"Whale" (고래): Un novela desde el prisma del realismo mágico sobre la posguerra en Corea
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Introducción
Esta reseña es sobre el libro de Cheon Myeong-kwan, “Whale” (고래), que resultó ganadora del Premio de Novela Munhakdongne en 2004, organizado por el Grupo Editorial Munhakdongne desde 1995; y, además la novela fue preseleccionada para el Premio Internacional Booker 2023.
Estamos ante un relato, a medio camino entre lo literario y lo cinematográfico, en el que se desarrolla la vida de tres mujeres: una anciana tuerta que controla las abejas con un silbato, Geumbok y su hija Chunhui, la cual es muda y tiene el don de comunicarse con un elefante que cuenta con unas habilidades fantásticas.
Las partes primera y segunda de la novela se centran en una chica que deja su hogar en las montañas y se convierte en una emprendedora de éxito. La parte tercera, y última, de la novela habla de la excarcelación de Chunhui, que regresa a la fábrica de ladrillos que ardió matando a 800 personas y de la que fue declarada culpable del incendio intencionado, hasta que se desencadenan los acontecimientos y se cierra un círculo vital en la muerte.
Una pequeña nota biográfica del autor
Cheon Myeong-kwan nace a 40 kilómetros al norte de Seúl, en la ciudad de Yongin (provincia de Gyeonggi), en 1964. Tras tener varios trabajos, como empleado en una tienda de golf o comercial en una compañía de seguros, acaba por ingresar en la industria del cine después de alcanzar la treintena. Empezó como asistente de dirección y acabó por escribir guiones. Cheon Myeong-kwan deseaba ser director de cine, pero alrededor de los 40 años es cuando fracasa en su intento de llevar a cabo su película como director, y según parece, su hermano menor le aconsejó que escribiera novelas, empezando en el mundo de la literatura con un relato corto.
Una propuesta de análisis
Desde el punto de vista de la reflexión sobre el arte, y la literatura lo es, de la misma manera que lo es, por ejemplo, el cine o bien la pintura, es que la obra de arte adquiere su auténtica dimensión y significado en la mente del espectador o en la audiencia. Es decir, que usamos toda una serie de recursos, desde más racionales hasta más emocionales, para recibir e interpretar la producción artística a la que nos exponemos.
Una de las impresiones que uno tiene al leer la novela de Cheon Myeong-kwan es la de estar ante una expresión audiovisual, en concreto cinematográfica, pero también literaria. Y, en cierta manera es así, tal y como hemos visto más arriba, y dada la trayectoria vital del autor.
En este caso, como sucede en el caso de cualquier lector de “Whale”, mi visión viene dada por mis experiencias en diferentes campos. Por tal motivo, para mí, el elemento que podríamos decir que es el que se fija como elemento central de mi experiencia con esta novela tiene que ver con pasajes cuyo foco es la ballena. Uno de ellos, el avistamiento de la ballena mientras Geumbok está en la arena:
“Algo caliente surgió de sus entrañas, la sensación de algo primario, vibrando de una criatura viva que sobrevivía a la amenaza de la muerte”. Myeong-Kwan, Cheon. Whale (pp. 52-53).
A continuación, nada en busca del cetáceo.
Geumbok, resulta ser uno de los tres personajes principales en las tres partes en la que se divide la novela, centrando la atención en su viaje a través de la Corea de la posguerra, hasta asentarse en un pueblo remoto de Corea del Sur, el cual crecerá hasta convertirse en un centro de población relevante. Hija de un borracho en un pueblo de montaña, Geumbok un día sale de allí con un pescadero ambulante, y su primer vistazo al mar la inspira a grandes cosas. En particular, la visión de una ballena saliendo al océano es una visión que permanecerá con ella en los años venideros, tal y como hemos visto más arriba.
También resulta interesante, más abajo trataré de dar mi visión e interpretación de este pasaje, cómo un día Geumbok oye que los pescadores han capturado una ballena azul, la cual resulta ser la misma que persiguió en aguas del océano sin que pudiera alcanzarla. Al empezar a trocear a la ballena azul, Geumbok mira entre fascinada y aterrada cómo al cortar el vientre de la ballena azul, entre la sangre y vísceras del animal, salen anclas, aparejos de pesca, jarcias, maderas desprendidas de embarcaciones, además de algas y peces.
Este pasaje también está vinculado, por lo menos en mi forma de ver la novela de Cheon Myeong-kwan, con el hecho de cómo Geumbok decide construir un gran cine, y que este lugar tenga la forma de la ballena azul a la que persiguió, sin éxito, obligándole a volver a la playa y a secarse con el viento, y que luego vio capturada en el puerto, y cómo de su vientre rajado salían jarcias, algas, peces, aparejos de pesca, etcétera.
Han pasado más de veinte años desde estos acontecimientos, y ahora está planeando la construcción de un cine ante la estación de Pyeongdae, para lo que se hacen traer ladrillos desde Nambaran. Merece resaltarse que, en la disposición de la sala de cine, a la que acuden multitudes y las personalidades de la población, se aprecia que la construcción tiene forma de ballena con la cola levantada: la sala de proyección se halla en la cola, en la cabeza del cetáceo está la pantalla y el público toma sus respectivas localidades en el vientre de la ballena. Esto refuerza la idea de que el arte no sucede en el objeto, sino en el observador, y a su vez pone de relieve una evocación muy interesante del espacio: si comparamos estos elementos con lo descrito anteriormente, respecto al modelo “original” visto por Geumbok tenemos una poderosa idea que merece la pena desgranarse, y que permite, a mi entender, comprender el sentido general de “Whale” y los distintos simbolismos e imágenes que emplea Cheon Myeong-kwan.
Es decir, que nos obliga a reaccionar de alguna manera como lectores para tratar de desentrañar la obra, cosa que lo sitúa en la categoría de creador cultural, y en cierta forma, social y cargado de elementos trascendentes, pues estamos ante el hecho simbólico, tal y como reflexionaba Bourdieu en “Les Règles de l'art. Genèse et structure du champ littéraire”.
"Whale" dentro del realismo mágico
Resulta conveniente situar la novela dentro del subgénero del llamado realismo mágico, pues ello nos dará una serie de elementos necesarios para poder tratar de explicar lo que a mí me ha llamado la atención de esta novela. Un factor clave de dicho subgénero literario es que parte del mundo de las artes plásticas, y por consiguiente de la imagen, y de allí pasó al de la literatura, y que consiste en mezclar realidad y fantasía de una forma natural, presentando lo extraño como algo cotidiano, común, irreal, a veces maravilloso. Su origen parte de una crisis, un socavón en el imaginario colectivo de una sociedad: después de la Primera Guerra Mundial nada discurre por unos cauces que todo el mundo consideraba firmemente establecidos, estamos ante una nueva perspectiva en la que todo discurre hacia lo desconocido, a gran velocidad, a menudo en una lucha interna y externa, incluso violenta. En este contexto un discípulo de Freud, Carl Jung, afirmará que el hombre ha de buscar aunar lo racional (o realista) con lo irracional (llamémosle “magia”). Jung será de una gran importancia para mi visión de “Whale”.
En el género del realismo mágico hallaremos estructuras realistas, una influencia de los mitos y de los héroes y heroínas, de la picaresca, la sátira, la novela gótica, y del hecho mismo de la posmodernidad, que sería la conjunción precisamente de todos estos factores, por ejemplo, además de la expresión del desencanto con la sociedad en general acompañada de cierta sensación de vacío. “Whale” cuenta con varios paralelismos, o influencias, de “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez: Macondo sería Pyeongdae, la fábrica de hielo de Aureliano Triste Buendía tendría su equivalente en la fábrica de ladrillos, la forma en que ambas fábricas son abandonadas, el impacto del cine o los medios que expresan modernidad en ambas obras como es el caso del ferrocarril, etcétera.
Por tal razón, los personajes de la novela propia del realismo mágico, y de “Whale” en particular, presentan rasgos arquetípicos, que son expresión a la vez de lo que Jung centra en el instinto biológico y el espiritual, cosa que los vincula como arquetipos a la imaginación, y son todos ellos, en una medida u otra, impresionantes y fascinantes en su presentación y evolución, ya que gozan de una inmanencia con algo en cierta forma atávico, y que es percibido por la psique, con sus abismos y alturas desmesuradas, como el oleaje del mar y el movimiento de las propias aguas ante la acción de un cetáceo, por ejemplo. A su vez, hay otro aspecto que marca la narración y tiene que ver con la sensación de observar una suerte de sueño, hay una atmósfera de alguna manera onírica y que, en mi opinión, podría entrelazarse en ciertos aspectos con la idea de destino. Jung también se referirá a ello, y esta misma idea la podemos hallar en “Ficciones” de Borges, el relato de un hombre que desea soñar a un hombre con la finalidad de crearlo, hasta que comprende que él mismo también está siendo soñado por otro hombre, creando al final una suerte de existencia en tres dimensiones, de la misma manera que “Whale” contempla esa misma estructura tridimensional a través de los tres personajes principales: Geumbok, Chunhui y Cheon. Interesante también es el hecho de que la novela abarca una serie de décadas en las que los personajes evolucionan (incluso Geumbok cambia su identidad), dividiéndose en tres partes.
De hecho, Cheon Myeong-kwan cuenta, como ya se ha mencionado, con una experiencia en el mundo del cine. Si el mundo “sueña” lo hace a través de la literatura y el cine (o el lenguaje del cine y de la literatura trasladado a otros soportes, como el cómic o la televisión), a lo que le añadimos el aspecto musical como refuerzo en la narración. Es así como la humanidad explica y nos explicamos, a través de los narradores o “chamanes”.
La importancia de los arquetipos: la clave de la lectura
Por tal razón los arquetipos son tan importantes, puesto que describen y movilizan al colectivo y, a su vez, buscan conectar con el lado más personal, y de esta manera alcanzar el inconsciente, tanto individual como colectivo. Por eso, debe primar la interpretación simbólica por encima de la semiótica. Tengo en mente en el momento de la lectura de “Whale” por ejemplo las obras de Jung siguientes: “La dinámica de lo inconsciente”, “Tipos Psicológicos”, “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” y “Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia”. Sobre el impacto de todo ello en el espectador debemos contar con las aportaciones, a su vez, de la psicología de la Gestalt, que parte también de principios del siglo XX. Se explica que la mente configura los elementos que llegan a cada persona a través de la percepción y de la memoria, generando una reacción que podríamos concluir en la frase que el todo cuenta con algo más que simplemente la suma de las partes.
Por ilustrarlo de alguna manera, Irvine Rock, psicólogo experimental, ha teorizado que la capacidad de percibir un objeto se hallaría en algo que va más allá del enfoque de la retina, también implicaría al sistema nervioso. Es decir, que desencadena una reacción extremadamente profunda en varios puntos: esto es lo que lo hace, en el conjunto que he tratado de explicar, algo poderoso e impactante, tanto a nivel individual como colectivo, y que nos puede llegar a superar, como concluye Pascal en sus “Pensamientos” cuando afirma que el ser humano “es por igual incapaz de ver la nada de la que surge y el infinito que lo engulle”. Esta idea se hallaría simbolizada por la ballena en el texto, y sería el punto de partida para una interpretación dotada de ciertos paralelismos con el mundo del audiovisual.
Por esa razón percibimos en la novela una serie de arquetipos: Geumbok representa el ingenio, la determinación y la iniciativa de Corea, que en ese contexto progresa en los negocios cambiando lo necesario buscando cuál será la siguiente novedad, la siguiente ola que hay que tomar en el momento oportuno para subir y dejar la antigua ola que ahora se hunde. Es así como Geumbok, como personaje arquetípico, representa a aquellas personas que cambiaron de estatus y de nivel económico por uno cada vez más elevado, aunque a veces se haga sobre la gente humilde y ahorrando en materia de seguridad de los trabajadores. A su vez, este período de libertad económica también estuvo reforzado por la represión política, que queda representada por la oscura figura de otro arquetipo, "el General", que con la cuestión del anticomunismo se presenta como una oportunidad para una mayor explotación y abusos, además de para una corrupción generalizada. Este aspecto se ilustra en la detención y proceso judicial que sufre Chunhui.
Sobre este particular, el manhwa "El club de los libros prohibidos", con guión de Kim Hyun Sook y Ryan Estrada, y dibujo de Ko Hyung-Ju, aborda la dictadura en Corea del Sur en los años 1980, pudiéndose rememorar en sus páginas la corrupción política en un entorno dictatorial opresivo donde abundan las fake news y la censura. El poder del miedo ejercido por los gobiernos y los peligros de la pacificación mediante el entretenimiento evidencian que la dictadura tenía perfectamente controlada a la población para distraerla de los abusos de tal sistema. La novela gráfica muestra cómo el activismo estudiantil puede llevar a una salvación del sistema a través del conocimiento (uno de los libros que leen en esta novela gráfica es, nada más y nada menos, que Moby-Dick o "The Whale", de Herman Melville). Una profunda reflexión que nos muestra cómo las democracias exigen ser constantemente actualizadas mediante la educación, la vigilancia y la acción.
La ballena como símbolo
Bien, hablemos del uso de la ballena, de una gran carga simbólica. En una medida u otra, cada persona a lo largo de su vida será tragada por una “ballena”, sea porque nos arrojaron por la borda de la nave nuestros compañeros de viaje (sociedad, “falsas amistades”) o bien porque cada persona es libre de equivocarse y estamos expuestos a las consecuencias, tengamos responsabilidad absoluta o seamos parcialmente responsables. Digamos que caemos en la oscuridad de las aguas de la existencia, o en palabras de San Juan de la Cruz, la “Noche oscura del alma”. Creo que este pensamiento se halla en la tradición budista, en la meditación Vipassana y las tres marcas de la existencia humana, que son el sufrimiento, la negación del yo y la impermanencia. Esta reflexión también se halla en Jung y enlaza, de acuerdo con él, con la idea del viaje nocturno por mar, un tema estudiado por el antropólogo Leo Frobenius en su libro “Das Zeitalter des Sonnengottes”.
De acuerdo con este esquema, estaríamos ante un tipo de historia universal en la que un monstruo marino, usualmente una ballena, traga a un individuo, el cual queda dentro del estómago de la ballena durante un tiempo indeterminado hasta que es arrojado a una tierra que no es la tierra de la que partió, generando un relato de transformación, muerte y renacimiento. Además, el cetáceo encarna en sí un símbolo de lo oscuro y el inconsciente. Estaríamos, siguiendo a Carl Jung, ante un proceso de observación y exposición del inconsciente colectivo que vendría a tratar a la sociedad coreana desde los años 1950, y también al uso de arquetipos que representan diferentes elementos de esos años de historia, como episodios de dictaduras militares, el gran desarrollo alrededor del río Han, el cambio profundo de una sociedad premoderna a una sociedad posmoderna. En ese sentido, la transformación acelerada de Corea del Sur deja sombras, incluso profundas: los espectadores del cine están en el vientre de la ballena, y acuden a tomar café y alcohol, sin lograr solucionar ninguna de las tensiones o problemas de fondo, pero reforzando más el nuevo sistema de organización del trabajo y el capital.
Es imposible no tener en mente, a su vez, otras obras de la literatura universal, como Moby-Dick (o "The Whale"), de Herman Melville, donde la gran ballena blanca simboliza la contradicción y las cosas incontrolables de la vida. Sobre la novela de Melville me viene también a la mente una referencia para Moby-Dick como es la obra de Carlyle, y en concreto "Sobre los héroes: El culto al héroe y lo heroico en la historia", en el que el pensador escocés reflexiona que el héroe es aquel individuo apegado, enraizado y empujado por la causa de la Realidad, de los Hechos, que da su vida para combatir contra la Falsedad y las Apariencias. Cabe reflexionar cuál de los tres personajes, si es que alguno de ellos puede entrar en esta definición, es la heroína del relato de Cheon Myeong-kwan.
Quizás para reflexionar e interpretar el sentido mismo de lo expuesto en el párrafo inmediatamente superior sería interesante señalar otro de los marcos necesarios para pensar "Whale" y la idea misma de quién es la heroína de esta historia, y que es la ficción wuxia (en pinyin: wǔxiá), que literalmente significa "héroe marcial", y que se trata de un género de ficción sobre héroes marcialmente poderosos, con capacidades mágicas, que existen en un mundo paralelo y en las sombras de la historia imperial china. Tendrían sus equivalentes en los samuráis del bushidō japonés, los caballeros andantes de los romances medievales y el Western estadounidense, especialmente con los desesperados que se embarcan en aventuras en pueblos aislados en busca de esa libertad siempre esquiva en un contexto donde enriquecerse es fácil si no se tienen escrúpulos sobre la vida y la fortuna de los inocentes. ¿Verdad que encontramos paralelismos interesantes? A mi juicio, sí.
Se puede pensar en los wuxia en estos términos universales, centrándose en temas como la justicia, la lealtad y la libertad, en una medida u otra en oposición abierta a la política contemporánea. Se trata de historias de marginados, que existen fuera de las jerarquías convencionales de poder. Por tales razones, este género de ficción ha sido prohibido por múltiples gobiernos a lo largo de su secular historia hasta nuestros mismos días. De hecho, la gran mayoría de los textos wuxia más importantes no están escritos por autores chinos que viven en China recibiendo reconocimiento, sino por una diáspora soñadora en medio o después de una gran agitación política. Lo que quiere decir que el mundo de wuxia está fundamentalmente ligado a aquellas jerarquías de poder que busca rechazar.
El héroe wuxia arquetípico es alguien que, apegándose únicamente a su propio código de honor personal, se abre paso en el mundo de los "ríos y lagos" (jianghu, en pinyin: jiānghú). Dicha expresión, "ríos y lagos", parte de una metáfora del filósofo taoísta Zhuangzi (siglo IV a.C.), para describir un espacio utópico fuera de la política despiadada de la corte, las ambiciones profesionales e incluso los apegos humanos. La evolución de esta palabra hará que acabe por significar "apátrida", cosa que subraya el rechazo del héroe hacia y por las maquinarias del poder. Jianghu es, por tanto, un mundo que rechaza los dictados del Estado en favor de la virtud y la razón divinas, pero también de un sentido de identidad creado a través del clan y la comunidad. Estos héroes están inevitablemente envueltos en venganzas personales e intrigas familiares, incluso cuando anhelan la libertad y buscan mejorar sus propias habilidades en las artes marciales. Si pudiéramos sintetizar todo ello en una palabra que recogiera la esencia misma de wuxia, esta sería "salvación".
Otra referencia de "Whale" podría estar en "Grandes Esperanzas", de Charles Dickens. En este caso, el elemento marino, la partición de la novela en tres partes correspondientes a fases distintas a lo largo de tres décadas de la vida de "Pip", el que un personaje adquiera una dimensión especial para el protagonista a partir de la entrada (y salida) de un presidio, con una sociedad en transformación, y un retrato de la miseria y de las personas que la habitan, buscando la forma de escapar de ella por el protagonista.
Este elemento dual de la ballena y de su simbolismo como representación personal pero también de un colectivo la podemos ver en la cinematografía de Fellini en “La dolce vita”, cuando el monstruo marino aparece en la playa y mira a Marcello Mastroianni, en oposición a la joven que lo llama pero con la que no puede comunicarse.
Sobre este mismo tema, pero en el aspecto colectivo en la adaptación del Satiricón, donde representa a la sociedad de ese momento, con el paralelismo trazado por el cineasta de la Emilia-Romaña entre la sátira de Petronio y la deriva de Occidente.
Bibliografía
Borges, Jorge Luis, Ficciones, Debolsillo, 2011.
Bourdieu, Pierre, Les Règles de l'art. Genèse et structure du champ littéraire, Seuil, 2016.
Carlyle, Thomas, Sobre los héroes: El culto al héroe y lo heroico en la historia, Athenaica, 2017.
Dickens, Charles, Great Expectations, Oxford World's Classics, OUP Oxford, 2008.
García Márquez, Gabriel, Cien años de soledad, Cátedra/Letras Hispánicas, 2007.
Jung, Carl Gustav, La Dinámica de lo Inconsciente, Trotta, 2013.
Jung, Carl Gustav, Los Arquetipos y lo Inconsciente Colectivo, Trotta, 2013.
Jung, Carl Gustav, Sobre el fenómeno del espíritu en el arte y en la ciencia, Trotta, 2013.
Jung, Carl Gustav, Tipos Psicológicos, Trotta, 2021.
Kim Hyun Sook, Ko Hyung-Ju, Estrada, Ryan, El club de los libros prohibidos, Sapristi, 2021.
Melville, Herman, Moby Dick, Penguin Clásicos, 2015.
Myeong-kwan, Cheon, Whale, Faber and Faber, 2023.
Pascal, Blaise, Pensamientos, Tecnos, 2018.
Petronio, Satiricón (Edición de Carmen Codoñer Merino), Akal/Clásica, 1996.
San Juan de la Cruz, Obras Completas, Monte Carmelo, 2021.
Películas
Fellini, F. (Director). (1960). La dolce vita [Película]. Pathé Consortium Cinéma/
Gray-Film.
Fellini, F. (Director). (1968). Fellini – Satyricon (Satiricón) [Película]. Produzioni Europee Associati.