Cuando la Federación de Rusia se anexó Crimea en marzo de 2014 produjo en este escenario unos efectos que podríamos equiparar a los desencadenados por el tratado de Küçük Kaynarca, firmado el 21 de julio de 1774 en Küçük Kaynarca o Dobruya (hoy día, Kaynardzha en la Silistra búlgara) entre el Imperio ruso y el Imperio otomano tras la derrota de este último en la guerra ruso-turca de 1768-1774. El Imperio otomano cedía al Imperio ​ruso la región de Yedisán o Edisán, entre los ríos Dniéper y Bug Meridional, cosa que incluía el puerto de Jersón/Kherson, y permitió al Imperio ruso acceder directamente al Mar Negro; este elemento ahora está hallando su réplica perfecta, tal y como expliqué aquí. El tratado de Küçük Kaynarca hizo que Rusia obtuviera los puertos crimeos de Kerch y Yeni-Kale (en la Crimea anexada por Rusia en 2014, los paralelismos siguen firmes y lacerantes, no ya para Ucrania, también para Turquía) y la región de Kabardino-Balkaria en el distrito Cáucaso Norte limitando al norte con Stávropol, al este con Osetia del Norte-Alania, al sur con Georgia (el conflicto de 2008 vuelve a resonar exactamente en esta misma región) y al oeste con Karacháyevo-Cherkesia. Como he explicado recientemente, esto tiene un porqué, y enlaza con una visión estratégica rusa que tiene un marcado acento y un carácter permanente, tal y como se puede ver aquí, y que abarca exactamente los mismos escenarios, tanto aquí como en otras partes.

En definitiva, el aspecto más significativo del tratado para la historia naval es que dio a Rusia acceso a puertos de aguas cálidas y paso a través de los Dardanelos y del Bósforo, dos de los principales cuellos de botella del espacio mediterráneo y fundamentales para salir del mar semicerrado a las aguas cálidas y alcanzar los otros diez cuellos de botella, además de proyectarse hacia el Índico y apuntalar la ofensiva rusa por el Oriente Medio, manifestada histórica y secularmente en Siria.​ Los otomanos, por supuesto, también perdieron el Kanato de Crimea, al que se le concedió la independencia, y pasó realmente a depender de Rusia, siendo anexado al Imperio ruso en 1783 como óblast de Táurida. El tratado también concedía a Rusia varios ítems no-geográficos. Adicionalmente se eliminaron las restricciones sobre el acceso ruso al Mar de Azov, ampliando las limitaciones que pesaban por el Tratado de Belgrado de 1739 por el que Rusia había obtenido territorio adyacente al mar de Azov, pero que prohibía la fortificación del área o el uso del mar para transporte de mercancías. De igual manera, cerrar por completo el control del Mar de Azov y de su Zona Económica Exclusiva es otro de los elementos que guían a Rusia en esta guerra de 2022.

Rusia interpretó unilateralmente el tratado, algo que suele hacer, en este caso en lo que respecta a las disposiciones con los cristianos ortodoxos y su protección como una prerrogativa para controlar los principados de Moldavia y Valaquia, fijando su sombra sobre un espacio en el que ahora también se proyecta a través de la Transnistria, y sobre el que traza una línea que va de Tiraspol al islote de las Serpientes en este 2022: seguimos con los paralelismos absolutamente evidentes.

Uno de los elementos que tendemos a pasar por alto es que el final de la Guerra Fría, y la implosión que acompañó con ella de la Unión Soviética y, sobre todo, la crisis financiera rusa de finales de la década de 1990 habían reducido considerablemente la influencia de Moscú en el Mar Negro y su capacidad para proyectar fuerza desde esta cuenca marítima, elementos estos que vuelven a salir con todo su vigor para situarse en pleno centro del conflicto actual y de los auténticos fines de Moscú, entre otros diversos, tal y como señalé en este documento.

Lo cierto es que Turquía a finales de la década de 1990 no había vuelto a convertir al Mar Negro en un lago turco, pero Ankara sin duda había recuperado su estatus como potencia costera líder. Por sintetizar, los motivos hay que hallarlos en los siguientes elementos, que también han definido otras líneas de las relaciones internacionales de Turquía. Con el tiempo el partido Refah, en concreto el 25 de diciembre de 1995, logró la primera victoria del islamismo o islam político en unas elecciones en Turquía con un 21% de los votos, en un contexto dominado en la región MENA por episodios como la insurgencia islamista en Chechenia, la guerra civil de Argelia, los talibanes en Afganistán. La victoria del Refah, ajustada, seguida muy de cerca por los partidos de centroderecha ANAP (Anavatan Partisi, el Partido de la Patria) del liberal Mesut Yılmaz; y, el Partido de la Recta Vía (DYP), de la populista de centroderecha, Tansu Çiller, llamada la “Dama de Hierro turca”.

Por presiones de los más importantes medios de comunicación del momento, el Ejército y la TÜSİAD, la principal organización de la patronal turca, Yılmaz y Çiller, que compartían agenda e ideología, cerraron un acuerdo de gobierno que dejó fuera al Refah de Erbakan. Pero los odios personales entre Yılmaz y Çiller llevaron al primero a filtrar a los islamistas documentación que comprometía a la “Dama de Hierro turca” y a su marido en escándalos de corrupción. Erbakan jugó el papel que quería Yılmaz, y Çiller llamó a Erbakan para ofrecerle el cargo de primer ministro si bloqueaba la investigación contra los Çiller. Erbakan aceptó y el 28 de junio de 1996 era jefe de Gobierno tras jurar el cargo abandonando la bandera de la limpieza en el poder, que había sido el monotema de los islamistas en la campaña electoral. Además, Erdoğan lograba para el Refah la alcaldía de Estambul. El partido de Erdoğan, el AKP, empezó siendo un partido de masas que se había escindido del Refah, islámico, para conquistar el poder y ser un partido de ideología "atrápalo todo" al más puro estilo de lo que se da en Europa, para mutar hacia un partido con un marcado liderazgo personalista, por el momento.

Erbakan renunció a todo lo que pudiera contradecir la agenda del centroderecha turco, quedando Exteriores, Interior, Defensa y Educación en manos del DYP, aceptando los deseos de la cúpula militar del momento de cerrar un acuerdo de cooperación militar con Israel, o cuando se expulsó a varios oficiales por supuestos vínculos con cofradía islámicas.

No obstante, Erbakan cometió un error. Propuso reconvertir el museo-basílica de Santa Sofía en una mezquita y adicionalmente anunció la construcción de una inmensa mezquita en la plaza Taksim, en aquel momento el centro de la intensa vida nocturna de Estambul, pero las protestas le obligaron a echar marcha atrás. De hecho, 22 años más tarde, el AKP de Erdoğan llevó a cabo este proyecto, erigiendo una mezquita en Taksim como parte de un proyecto de reforma urbanística para esa zona que implicaba la construcción de una réplica de unos barracones militares otomanos que tendrían un uso de centro comercial, ejemplificando la esencia misma del erdoğanismo: una visión del pasado otomano, hasta en la sopa, centro comercial que ejemplifica la Nueva Turquía próspera y la megamezquita, que finalmente sería la Büyük Çamlıca Cami, la mezquita más grande de Turquía finalizada en 2016, con capacidad para unas 63.000 personas, que excede con mucho a Ayasofya, y que cuenta con una galería de arte, una biblioteca y un museo en su interior. Y todo ello impulsado por el ladrillo y la concesión pública, y definiendo una revolución urbanística (y social) de la mano de estas actividades.

Retomando la cuestión, adicionalmente Erbakan propuso la abolición de la normativa que impedía a las mujeres acceder con el velo a la Universidad o al funcionariado. Se inauguraron también por parte de los islamistas nuevos colegios religiosos, llamados imam hatip, aumentando en un año alrededor del 20% el número de ellos, y abriéndose la Administración a sus miembros militantes.

En política exterior Erbakan emprendió un discurso antiimperialista y panislamista, propuso crear y lideró el llamado D8, por Developing 8, que era la réplica al G7, con la finalidad de que pudiera añadir países musulmanes en vías de desarrollo, interesando y avanzando en firme con Egipto, Irán, Bangladesh, Indonesia, Malasia, Pakistán y Nigeria (país dividido religiosamente, pero con una comunidad islámica concentrada ante todo en el interior del país) que crease un mercado común entre ellos y compitiese con la UE, con la que Turquía, por cierto, había firmado en 1995 un acuerdo de Unión Aduanera que entró en vigor el 31 de diciembre, año en que también fue reconocida como miembro de la OMC desde el 26 de marzo.

Además, Erbakan logró aumentar las relaciones con los Hermanos Musulmanes de Egipto, cosa que supuso una protesta formal de El Cairo, y lógicamente con el movimiento palestino Hamás. También se aumentaron e intensificaron las relaciones con Irán y Libia.

En definitiva, estas líneas y la afirmación del dominio absoluto de las olas del Mar Negro propició que la afirmación de la soberanía rusa sobre Crimea y la usurpación con ella por parte de los rusos de la Zona Económica Exclusiva que la acompaña, dispuestos ahora los rusos a obtener el control absoluto del estrecho de Kerch, el Mar de Azov y la costa de Ucrania hasta la línea trazada desde Tiraspol hasta el islote de las Serpientes (por supuesto, con la Zona Económica Exclusiva consiguiente) ha cambiado, y deberíamos ser conscientes, el panorama.

Estos hechos se tradujeron en una declaración hecha en mayo de 2014 por parte del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, anunciando un mastodóntico plan de rearme naval valorado en casi 2.500 millones de dólares que, para 2020, equipase a la flota del Mar Negro con nuevos sistemas de defensa aérea, buques de guerra y submarinos. Rusia también desplegó el sistema de defensa antimisiles S-400 en Crimea, completando así la transformación de la península en el epicentro de una burbuja A2/AD (negación de acceso/negación de área) que convertía, a priori, el Mar Negro en algo prácticamente impenetrable gracias a la Convención de Montreux, que impide una entrada de una flota de la OTAN al completo.

Al respecto, cabe destacar estas palabras del presidente de la Federación de Rusia:

"Espero que a nadie se le ocurra cruzar la línea roja con Rusia"

Estas palabras fueron las más significativas de todas las pronunciadas por Vladímir Putin, en la sesión plenaria del parlamento del 21 de abril de 2021. El mensaje fue no dirigido tanto a los disidentes internos, sino a los rivales externos que "confundirán nuestras buenas intenciones con la debilidad". Para ellos "la respuesta será asimétrica, rápida y dura".

Es cierto que Putin no especificó en qué consiste realmente esta línea roja, pero en una cosa fue diametralmente claro: "Nosotros mismos determinaremos por dónde pasa".

Planteamiento de valor geopolítico extremo. De hecho, una línea roja se diferencia de unas líneas de amistad (o "Lines of Amity") por un detalle no indiferente: es unilateral. Representa el comienzo y el final de una escalada, o más bien de la progresiva intensificación de un esfuerzo económico, militar o cultural.

Para los estrategas, una línea roja perfecta, la gran línea roja, es la línea más corta y recta entre dos zonas inalienables, y es así por dos simples razones:

1/ Es más defendible; y

2/ Requiere menos asignación de recursos.

Es decir aunamos eficacia con eficiencia, y se hace sobre el terreno o sobre los conceptos, la tecnología, etcétera.

En esta coyuntura histórica, se ha registrado en el cuadrante de Europa centro-oriental, es decir, en esa vasta franja de tierra entre los mares Báltico y Negro. En particular, las principales fricciones se encuentran en Ucrania y su vecindad inmediata, pasándose a apoyar en el Cáucaso, Siria, Libia, los Balcanes Occidentales y el espacio definido entre el Mediterráneo y el Golfo de Guinea.

En definitiva, la línea más corta entre los dos mares semicerrados es el istmo de Europa, que corresponde aproximadamente al eje entre los territorios "rusos" más occidentales: el oblast de Kaliningrado y la región separatista moldava de Transnistria. Cuando Putin espera que nadie cruce la línea roja, implica que ningún poder debe superar físicamente el límite virtual del llamado russkij mir ("mundo ruso"), la hegemonía regional rusa en este cuadrante de su proyección... y la deriva de la guerra podría hacer saltar por los aires esta línea roja rusa.

De ahí la idea recurrente de instalar puestos de avanzada militares en Bielorrusia en Baranavičy (Brest), Lida (Hrodna) y el aeródromo de Babrujsk (Mahilë aimed) con el objetivo de enfrentar el avance hacia el Este de las estructuras político-militares occidentales nunca se perdió. El interés lineal del Kremlin es desplegar una combinación de sistemas de misiles tácticos tierra-aire (S350 Vityaz, S400 Triumph, S500 Prometheus) y tierra-tierra (Iskander-M) en Transnistria. Los misiles tácticos tierra-aire serían capaces de proteger eficientemente el espacio aéreo de la línea roja, mientras que los Iskander-M (tierra-tierra) contrastarían de forma conceptualmente simétrica las peculiaridades del doble uso, defensivo y ofensivo, de la base de misiles Aegis Ashore en Deveselu (Rumanía). Los misiles de crucero con capacidad nuclear 9M729 Novator, cuyo alcance se sabe que supera los 500 kilómetros, harían esto. La solución prevista para Transnistria replicaría perfectamente la ya adoptada para el enclave de Kaliningrado. Sólo la marginación logística de Tiraspol impide que Moscú establezca el puesto Sur de la línea de demarcación hegemónica, de ahí la importancia de controlar el sur de Ucrania y unir esas tierras con la Transnistria en el plan ruso, además del colapso del resto de Ucrania, que pasaría a ser un títere de Moscú.

La carrera hacia el istmo de Europa ha situado a Rusia en una marcada desventaja en comparación con Estados Unidos. Los estrategas estadounidenses se han movido con mucha anticipación, cerrando las filas de los países de Europa Central y vinculándolos desde prismas tan fundamentales como la logística y en los aspectos defensivos a las decisiones de Washington. El proceso es de larga duración y continúa de forma simétrica, lenta y fluida.

El Mar Negro ha venido a ser un nudo gordiano para Ankara con el eje en dirimir sus posiciones entre una "alianza" forzada con Occidente y el deseo de exhumar los cimientos de la geopolítica kemalista y, por tanto, desplazar su centro de gravedad geopolítico hacia Eurasia, cosa que sería uno de los factores que podrían explicar las posiciones adoptadas por determinados elementos y partidos turcos en lo que podríamos llamar la esfera rojiparda turca, que ha pasado de posiciones contrarias a una URSS más poderosa en el plano militar y que los situaba en posiciones abiertamente a favor de Estados Unidos, hacia unas posiciones contrarias hacia Estados Unidos y a favor de Rusia y China, hilvanándolo con cierta geopolítica kemalista, aspectos que ponen a Turquía en una posición de un socio minor que puede ser abiertamente vasallo si se desprende Turquía de la OTAN, con una mayor autocracia y unos condicionantes totalmente próximos, por una vía nacionalista kemalista y eurasianista o por una vía vinculada al islam político que representaría Irán, pero que en ambos casos supondría poner a Turquía completamente en las manos de Rusia y China, como ha sucedido con la hegemonía de Irán, y con ella, el país entero.

Durante algo más de la última década, podríamos situar el marco temporal en la guerra entre Rusia y Georgia de 2008, Turquía ha venido fluctuando entre la OTAN y Rusia: durante la guerra ruso-georgiana de 2008, los turcos negaron el acceso al Mar Negro a dos barcos hospital estadounidenses, reforzando ya entonces la exclusividad de un espacio marítimo turco-ruso, pero ahora la ventaja de explotación de recursos y de dominio del espacio del Mar Negro pone a Turquía como potencial vasalla, en un escenario, insisto, parecido al de Irán con Rusia y con China. Después de la crisis de noviembre de 2015 con Moscú, Erdoğan solicitó y obtuvo un aumento de la presencia militar de la Alianza Atlántica en el Mar Negro, para que, tras la solución de la crisis con Rusia, pasase a inclinar la balanza hacia la cooperación con Moscú, y ahora tras percibir las intenciones rusas, pasar a activar la Convención de Montreux y cerrar el paso de los navíos de guerra de los países contendientes a través de los Estrechos turcos. En 2016 Erdoğan lamentaba que el Mar Negro se hubiera convertido en un lago ruso. Pero Turquía emprendió un giro estratégico, invirtiendo mucho en sus capacidades navales, realizando con éxito ejercicios exigentes.

Con estas circunstancias, Putin desarrolló una estrategia con Turquía que se ha basado en dos pilares:

1/ Los turcos tienen que aceptar que Rusia está en una categoría geopolítica diferente y que, por consiguiente, sólo pueden aspirar, como mucho, al papel de socio menor, y además se han asegurado una influencia política, y con otros factores adicionales, dependiendo del país, en todo Oriente Medio, jugando cartas diplomáticas, energéticas, de la industria armamentística y de los medios de guerra y equilibrios entre los actores regionales, junto a los chinos que han desarrollado su estrategia BRI.

2/ A pesar de su supuesta superioridad militar, Moscú no ha tenido intención de amenazar la integridad y la existencia de la República de Turquía. No, mientras Ankara no amenace los intereses vitales y en total expansión dadas las circunstancias de Rusia. Por tales motivos, incluso en los momentos más agudos de la crisis, por ejemplo entre noviembre de 2014 y junio de 2015 o en 2020, Turquía no contempló la idea de cerrar el tránsito por los Estrechos turcos a los buques de guerra rusos con destino a Siria, a pesar de tener derecho a hacerlo en virtud de la Convención de Montreux. Pero esto ahora ha cambiado, y tiene que ver con la expansión rusa y sus deseos de control, aunque Turquía trata de buscar equilibrios y que se mantenga la integridad territorial de Ucrania (no sólo por el terror a un Kurdistán, también porque todo ese territorio ucraniano cae en manos rusas y puede ejercer palancas de influencia y presión sobre Kazajistán, Azerbaiyán y el espacio túrquico creado por Turquía en Asia Central, minando el crecimiento de Turquía, situándola como vasalla, y logrando la aquiescencia de China para desarrollar la BRI sin cortapisas de Turquía, cuya única alianza posible es con Occidente, de una manera pactada y negociada, si desea tener un papel que no sea el de vasalla.

Es por ello que Turquía sigue considerando a Crimea parte integrante de Ucrania, país con el que tiene relaciones consolidadas en diferentes aspectos tanto desde el punto de vista comercial como militar, e incluso, cultural. En los últimos años, las relaciones de defensa turco-ucranianas han dado grandes pasos, incluidos proyectos conjuntos sobre tecnología satelital, misiles de largo alcance y cohetes espaciales, drones, etcétera. Tampoco debemos olvidar que la pérdida de toda la flota naval tras la anexión de Crimea por parte de Rusia ha convertido a Ucrania en un cliente potencialmente muy importante para la industria naviera turca, dentro de la OTAN.

El inicio de la mencionada "Fase 2" para Moscú supuso el cambio en el liderazgo de las operaciones: con el aura ganada en Siria, el general Aleksandr Dvornikov, llegaba a Ucrania con unas órdenes meridianamente claras: conquistar todo Donbas, desenclavar Crimea y así preparar el empuje decisivo hacia Odessa y Transnistria, acercando el proyecto de Nueva Rusia y reduciendo el resto de Ucrania a un estado fallido, sin salida al mar, cosa que permite eliminar a un aliado a Turquía y preparar la consecución de la eliminación del tercer agente en Asia Central, que es el país euroasiático, quedando el juego entre Rusia y China. De estos aspectos hemos venido hablando hace más de cuatro meses, como en este caso.

La importancia concedida al control del Mar de Azov, algo planificado con tiempo pormenorizadamente, y lo que implica para el dominio del Mar Negro, tiene como corona el dominio del puerto de Mariupol y puesto bajo soberanía rusa, que consolida el control de Crimea, asegura a Moscú una posición central en el Mar Negro, y establece un atajo entre el "heartland" de Rusia y el Mediterráneo/Adriático, asomándose a un elemento donde se establece un punto de creciente tensión como son los Balcanes Occidentales; desde el Instituto Symposium hablamos del ejemplo que supone Albania en un Trazo de Kalamos que aconsejamos repasar.

El Mar de Azov, conectado con el Caspio por el canal Don-Volga, es clave en el sistema ruso de los Cinco Mares (Negro-Azov-Caspio-Báltico-Blanco) que convierte a Rusia en una suerte de "potencia naval continental", y sigo con ello la propuesta del capitán de navío de la Armada francesa, Pierre Rialland.

Y todo ello, sin acceder con seguridad y firmeza a los mares cálidos. Para ello son precisos los misiles de la Flota del Mar Negro. Hablamos de los Kalibr, de los que hablé mientras trataba el resurgir de la brecha GIUK en este artículo que aconsejo repasar. En definitiva, pueden atacar en un escenario que ronda los 6.000 kilómetros de largo, desde Lituania hasta Egipto, desde Italia hasta Afganistán.

En efecto, desde el punto de vista militar, el Mar de Azov es simbiótico con la península de Crimea, y podemos aducir, fundamentalmente dos razones:

1/ Las facilidades logísticas que permite el río Don habilitan al dueño de este espacio concentrar en este mar las fuerzas necesarias para atacar o defender la península; y,

2/ El carácter prácticamente cerrado del Mar de Azov, reforzado por las características del puente construido por Rusia en el estrecho de Kerch, y por la cuestión que emana de la Convención de Montreux (y recordemos que Rusia había conseguido una interesantísima concesión respecto al Canal de Estambul que podría anular la ventaja inherente al texto recogido en esta convención), todo esto lo convertía en una suerte bastión que flanqueaba el este de Crimea, lugar donde tenemos el estrecho de Kerch, con las ventajas que ya he subrayado.

Precisamente, todos estos elementos concomitantes, con la lógica excepción del texto de la Convención de Montreux, fueron las que concurrieron durante la conquista rusa de Crimea en 1771 y la posterior construcción de Odessa y su puerto, el principal de aguas profundas en esta región; pero también se hicieron patentes durante la Guerra de Crimea (1853-1856), durante la Guerra Civil entre Blancos y Rojos que siguió a la Revolución de Octubre (1917-1923) y durante la Segunda Guerra Mundial.

Es decir, que es como una suerte de salto del caballo, abarcamos "tres casillas", porque controlar sin fisuras el Mar de Azov determina el control de Crimea, que a su vez otorga una posición central en el Mar Negro, y que, nos lleva por una doble vía, la terrestre, a través de Moldavia y los Balcanes, y siguiendo la vía de la llanura húngara, hasta el Adriático; o bien, por la vía marítima la ruta más corta desde el centro del país hasta el Mediterráneo, momento en que concatenamos los accesos a los 13 cuellos de botella que se halla en el espacio definido entre el Atlántico, el Canal de Suez y los estrechos turcos.

De hecho, la importancia geopolítica de esta ruta para Rusia pasa a ser puesta de manifiesto mediante la falsificación del testamento de Pedro el Grande, que recoge las realidades de otro tiempo, pero interpretando sus ambiciones. En el mismo sentido podemos seguir a Mahan, con su "The Problem of Asia and Its Effect Upon International Policies", que data de 1900, y desde luego a Halford John Mackinder y su artículo a la Royal Geographical Society en 1904, "The Geographical Pivot of History".

De hecho, dicha importancia no hace más que experimentar un mayor peso dada la política soviética de desarrollo de las vías navegables interiores. Particularmente, a partir de la apertura del Canal Don-Volga en 1952, el Mar de Azov se ha convertido en un eje del mencionado "sistema de los cinco mares", que une el Mar Negro con el Mar Caspio, y que a su vez está conectado con el Báltico y el Mar Blanco.

Sumémosle el aparato simbólico: esta región fue conquistada por los rusos al islam (los otomanos... y la continuidad en la Turquía actual, de la misma manera que el Imperio ruso tiene su continuidad en la URSS y esta en Rusia, y quien domina Rusia estaría "legitimado" para afianzarla, proyectándose sobre Minsk, que ya intentó mediante Lukashenka el dominar Moscú en época de Yeltsin, y sobre Kiev; ahora Kadyrov sirve otro parangón, que busca coserse en los intereses exportadores de hidrocarburos del Oriente Medio), mientras proyectaban su ofensiva transcaucásica; y sin embargo, también fue defendida contra los franco-británicos durante la Guerra de Crimea en un eje múltiple (la India, Asia Central, el Cáucaso, Oriente Medio) y en la época de entreguerras contra esta dupla por el petróleo del Cáucaso se preparaban para enfrentarse con los soviéticos, hasta que la prioridad de la gran competencia de la transición de hegemonía apuntaba al ascenso del III Reich, y sería precisamente aquí donde se desarrollaron episodios centrales de la "Gran Guerra Patriótica" contra el nazismo.

Tomemos también otros elementos simbólicos que permiten a Moscú ambicionar el territorio definido como la "Nueva Rusia": los dos principales puertos del Mar de Azov, Mariupol y Berdyansk, fueron fundados por los rusos en 1779 y 1827, respectivamente. Pero lo mismo piensan los ucranianos y su legitimidad para controlarlos, en la medida en que Rusia se apoyó en gran parte en los cosacos para conquistar Crimea y el Mar de Azov.

Como ya he mencionado, y para cerrar este collar de dominación ruso, y como muy bien percibió el capitán Rialland, la creciente tensión en el mar de Azov esté correlacionada con un suceso que tuvo lugar en 2015: los barcos de la flotilla rusa del Mar Caspio dispararon misiles Kalibr contra las bases de Daesh en el Levante. Evidentemente, este hecho no tuvo un impacto real sobre el conflicto contra el Estado Islámico, más bien se trataba de una auténtica revolución que hacía saltar en aquel momento el marco referencial clásico establecido tanto por Mahan como por Mackinder, y que hace que el Mar Caspio, ubicado en pleno medio del Heartland, carente de todo interés geoestratégico, pasaba a desempeñar un papel central en la "estrategia naval continental" de Rusia, porque los misiles Kalibr disparados desde allí pueden alcanzar el Golfo.

Sin embargo, ya hemos hablado de la necesidad del gran espacio occidental de transformarse de un espacio euroatlántico a uno eurotlántico-asiático-africano. En efecto, y aquí es donde hilvana con Turquía, como señalé aquí. Y de nuevo, entramos con el concepto de Trimarium, un concepto incompleto, si no cuenta con el Caspio, y para ello debe usarse el polo de Turquía, que rompa hasta Asia Central y se una al norte de India, y a través de un Cáucaso cada vez más importante, que busca afianzarse como socio privilegiado en su espacio proponiéndose tanto a Europa como a China y enlazando además con el eje Extremo Oriente/Próximo Oriente, al que sumaría el Norte-Sur y las posiciones en África, que sólo tienen sentido si Europa y China se encuentran y potencian en el continente africano, entre otros escenarios.

De modo que podemos concluir que tanto en un sentido negativo como en uno positivo, detener al competidor y convertirlo en vasallo, Rusia ha tenido interés en detener a Turquía. De hecho, ciertos medios turcos, el 8 de febrero de 2017 se hacían eco de que Atenas y Moscú firmaron entonces tres acuerdos relativos al suministro de nuevos misiles para el sistema de defensa S-300. Desde la perspectiva turca, una posible consolidación del eje ruso-griego tan sólo podría verse con recelo, porque estaría permitiendo a Rusia un ataque a Anatolia desde el Mar Negro, Siria, Grecia y, potencialmente, Armenia. En este sentido, el pulso con Atenas y el conflicto de Nagorno Karabakh de 2020 permitía a Turquía un respiro, porque puso a Grecia en posiciones OTAN y no rusas, y de paso, abrió Turquía un camino muy interesante para consolidarse como el tercer pivote de Asia, con China y Rusia, para lo que necesita a Occidente, por lo menos a Europa... algo que, realmente también persigue Rusia por exactamente los mismos motivos y por otras causas, algo que analizaré más adelante en este mismo espacio.

Es en este sentido que estamos explicando aquí que el ex primer ministro turco, Ahmet Davutoğlu, entre finales de noviembre de 2015 y principios de abril de 2016, realizó una serie de visitas al exterior que perfilaron una media luna dentro de la esfera de influencia rusa: Chipre, Azerbaiyán, Bulgaria, Serbia, Kazajstán, Ucrania, Finlandia, con el contexto de Rusia trabajando en la consolidación de la hegemonía del Mar Negro con la anexión de Crimea, como segundo paso de una serie de elementos estratégicos, que habría empezado en Georgia 2008 y que sigue en 2022 (y seguirá hasta alcanzar sus objetivos, en esta región y en otras).

Turquía ha venido siendo consciente que a la larga, el cambio del eje geopolítico hacia Eurasia y África le producirá unos beneficios gigantescos, pero después del juego a corto plazo con Putin, y que ahora se puede ver en la recepción de dinero ruso, Erdoğan ahora ya no necesita forjar una relación amistosa con Rusia, necesita que Estados Unidos y los socios europeos, incluido el Reino Unido, generen una estrategia euroasiática y africana en la que poderse situar para mejorar el balance con respecto a Rusia y no verse como está acabando Irán (al respecto, recomiendo encarecidamente leer esta traducción que el Instituto Symposium ha hecho de un artículo del Dr. Ali Fathollah-Nejad), país que es un objetivo estratégico ruso que no ha podido seguir a plenitud precisamente por Turquía y ante todo por China. Beijing ha establecido una línea de dominación tanto sobre Irán, al que necesita para poder salir a Siria pero al que balancea utilizando a Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.

Turquía, en este sentido, se postula en el tablero de Asia Central en la línea de la Organización de Cooperación de Shanghái, donde los movimientos cristalizan alrededor de una China más poderosa y una Rusia más debilitada, siendo la gran perdedora de la cumbre en Samarcanda (Uzbekistán) de dicho foro. Es por ello por lo que se mueve Turquía, como decimos, y se plantea la integración en la Organización de Cooperación de Shanghái, en una suerte de doble maniobra: presión a la UE, con su posición de enlace a la zona MENA en oposición a Rusia, y por el otro lado, percibe una cuestión de pesos relativos y vasos comunicantes: si China aplasta a Rusia y se la traga, quizás Turquía pueda sacar partido en el Cáucaso y Asia Central, de ahí su movimiento que admite muchos significados. De ahí que Turquía expresase en su día, por medio de su presidente que 'Las tierras que fueron invadidas serán devueltas a Ucrania'. También es en este sentido la propuesta rusa de convertir a Turquía en un hub gasístico, que hay que sumar a sus reservas de minerales estratégicos y tierras raras.

Esto explicaría las dificultades que se encuentra Rusia en cuanto a convencer a China de la necesidad de emprender el proyecto Power of Siberia 2, que es el proyecto de exportación más importante y ambicioso de la compañía rusa Gazprom. Si se lograse acordar la construcción de un gasoducto para suministrar gas desde los yacimientos de Yamal a China, Rusia podría convertirse en el mayor proveedor del mercado chino. Rusia está tratando de impulsar el comercio con Asia como forma de sustituir las exportaciones perdidas a Europa, los lazos económicos con Occidente se han deteriorado por las acciones de Moscú en Ucrania.

En particular, Rusia lleva años con la pretensión de lograr aumentar el suministro de gas por gasoducto a China en 50.000 millones de metros cúbicos (bcm) al año a través de Power of Siberia-2, un gasoducto de 2.600 km, mientras que el actual gasoducto Power of Siberia deberá suministrar 38 bcm al año durante este 2025. Y aunque, incluso con un desarrollo favorable de los acontecimientos, Gazprom, según los expertos, no compensará completamente la pérdida del mercado europeo, la nueva ruta seguirá siendo una gran ayuda para el negocio del consorcio ruso. A su vez, la guerra también ha puesto en peligro el funcionamiento a largo plazo de los corredores terrestres de la BRI hacia Europa, que pasan por los territorios de Rusia y Ucrania. Esto empujó a Xi a potenciar la ruta que pasa por Asia Central y Oriente Medio y contribuir así al deshielo entre Irán y Arabia Saudita. Ahora, las tensiones entre Israel y Palestina, con la implicación de los hutíes, convierte potencialmente también este camino en un callejón sin salida, lo que lleva a China a unir minerales, cortar dependencia de hidrocarburos por parte de Rusia y buscar la transformación energética en Asia Central, donde sumamos la cuestión de inestabilidad gestada en el cambio de liderazgo en la República Islámica de Irán, con sus diferentes actores internos y su difícil equilibrio interno, y la forma en que necesariamente se ha de exportar hacia el exterior como vehículo de inestabilidad y afianzamiento de un actor como el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, pero también hay que contar a Rusia, en varias variables en la región ampliada, a la par que nos sirve para entender la pugna por el acceso seguro a una de las reservas clave de Uranio del mundo en Kazakhstan, donde sumamos las dos variables clave en el eje Mar Negro-Mar Egeo, Mar Mediterráneo. Este escenario abre también oportunidades para corredores marítimo-terrestres, pues las esperanzas en el comercio energético a través del Mar Rojo podrían venir abajo, después de que en febrero de este año un transportador de GNL de Omán navegase a través de los cuellos de botella que marcan la ruta a través del Mar Rojo y el Canal de Suez, de sur a norte, sin ser atacado, algo que no sucedía desde junio de 2024. Recordemos que circunnavegar África implica 14 días más navegación y arrostrar dificultades para la navegación, tales como piratería. Y esto va más allá de la energía, ampliándose a cualquier forma de comercio. De hecho, contando con este escenario y la posibilidad de que se volviera extremadamente volátil, Maersk, Hapag-Lloyd, JERA y Kogas se habían negado a transitar a través del Mar Rojo, implicando caídas del 11 % en el tránsito a través de Bab al-Mandab y Canal de Suez en enero de 2025, escalando hasta el 21 % para el mes de febrero de 2025.

Hasta el momento, los ataques hutíes se han dirigido principalmente al estrecho de Bab el-Mandab, punto crítico en el Mar Rojo a través del cual transita alrededor del 10% del petróleo crudo y los productos derivados del petróleo a nivel mundial. El Mar Rojo también sirve como ruta principal hacia el Canal de Suez, conectando a los principales consumidores europeos con importantes proveedores en Asia. Representa más de 1 billón de dólares en bienes al año… esto pondrá potencialmente en tensión el comercio entre Asia y Europa/Occidente. Para contrarrestar las actividades hutíes en el Mar Rojo, Estados Unidos anunció la formación de la Operación Guardián de la Prosperidad el 18 de diciembre de 2023, una iniciativa de seguridad multinacional que involucra a miembros de la OTAN y varios gobiernos anónimos bajo el paraguas de la Fuerza de Tarea Combinada (CTF) de las Fuerzas Marítimas Combinadas 153, establecida en 2022 para mejorar la seguridad marítima en el Mar Rojo, Bab el-Mandab y el Golfo de Adén. Sin embargo, el impacto de una fuerza marítima de este tipo se manifiesta limitado, tal y como se preveía. De ahí la activación de la acción de la Unión Europea con la Operación Aspides.

La agenda de los hutíes, los motivos por los que aceptan el juego y se prestan a ser una pieza de Irán en este contexto hay que hallarlos en reforzar la capacidad negociadora con Arabia Saudita para obtener mejores concesiones sobre un alto el fuego en Yemen. También pretenden obtener más apoyo de la población de Yemen, desviando la atención de los fracasos políticos, incluidas las ausencias en los servicios de bienestar social y las cuestiones salariales. Además, los hutíes quieren mejorar su perfil regional en la dinámica de Oriente Medio, y situarse como parte fundamental de la arquitectura regional y global, logrando inversiones, etcétera. Si bien están significativamente armados y entrenados por Irán, los hutíes operan con relativa autonomía, no exclusivamente dictados por Teherán. Aunque comparten objetivos comunes con Irán en cuanto a contrarrestar a Israel y oponerse a la presencia estadounidense en la región, conviene no exagerar la influencia de Irán en las decisiones políticas de los hutíes… digamos que se usan mutuamente, pero están en Yemen.

A pesar de beneficiarse de la alianza, los hutíes mantienen objetivos políticos distintos centrados en controlar y ganar autonomía en el norte de Yemen, enfatizando su identidad única en comparación con grupos como Hezbolá del Líbano, que si viera la ocasión le daría la patada a Irán y a su imperialismo, y más viendo Siria.Hay que señalar que la escalada en el Mar Rojo amenaza la tregua de Yemen de 2022, lo que conducirá a una violencia continua y marginará al gobierno reconocido y al consejo presidencial de las conversaciones con los hutíes y Arabia Saudita.

En el campo de las alternativas, que podrían consolidarse con fuertes inversiones logísticas, de tal manera que diversifiquen la competencia del Canal de Suez hace décadas que se plantean y esta situación favorece su desarrollo. Una de ellas es es el recientemente creado "corredor terrestre" Dubái-Haifa, una "ruta terrestre rápida" que conecta el puerto Jebel Ali de Dubái, en los Emiratos Árabes Unidos, con el puerto israelí de Haifa, a través de carreteras que pasan por Arabia Saudita y Jordania.

Esta línea terrestre ha adquirido rápidamente una importancia vital para Israel, especialmente con respecto a su importación y exportación de productos perecederos como productos alimenticios frescos, así como materias primas y artículos que requieren una entrega rápida a los clientes.

Las operaciones de conducción de camiones se llevan a cabo desde el puerto de Dubai hasta Haifa a través de dos compañías navieras, Trucknet de Israel y PureTrans de los Emiratos Árabes Unidos. Ambas compañías afirmaron que la nueva ruta entre Israel y Emiratos Árabes Unidos a través de Arabia Saudita y Jordania, contribuiría a reducir los costos de transporte de carga en más del 80% en comparación con los costos actuales del transporte marítimo debido al desvío de los barcos comerciales para tomar la ruta más larga alrededor de África para evitar el riesgo de ataques hutíes.

El uso del corredor terrestre Dubái-Haifa como alternativa al Mar Rojo redundaba principalmente en interés financiero de los Emiratos Árabes Unidos, ya que era el Estado del Golfo que se había normalizado en mayor medida con Israel. De hecho, Israel también había planteado la posibilidad de conectar la nueva red de tránsito con los puertos egipcios en el Mar Mediterráneo, desde donde se podrían establecer rutas hacia Europa.Estas afirmaciones se hicieron a pesar de que Israel tiene claras aspiraciones de hacer del puerto de Haifa la principal puerta de entrada a Europa. Por ejemplo, el puerto de Haifa será la piedra angular del Corredor Económico India-Oriente Medio-Europa (IMEC), un megaproyecto de infraestructura que busca mejorar la conectividad y la integración económica entre la India, el Golfo y Europa. El IMEC ha sido respaldado con entusiasmo por Estados Unidos como un contrapeso percibido a la antigua Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) de China…

De modo que, alrededor de Power of Siberia-2, el verdadero problema, sin embargo, ha sido, es y será que las autoridades chinas tienen alternativas a los suministros rusos y, por lo tanto, pueden negociar las condiciones más favorables para ellas (y desfavorables para sus socios) durante las negociaciones, además de observar el baile de intereses entre Estados Unidos y Rusia con interés.

Por tal razón, hasta el momento, Beijing ha estado llevando a cabo negociaciones "desde una posición de fuerza", y la implementación del proyecto en sí puede verse ralentizada debido a la prolongada búsqueda de un compromiso. Por ejemplo, el pasado octubre de 2023, en el contexto del 42º encuentro entre Xi y Putin se confirman las vacilaciones y la desconfianza de ambas partes. Durante un cara a cara de casi dos horas, el presidente chino presionó a su colega ruso sobre la crisis ucraniana, causa principal, si no única, de la reducción de la Belt and Road Initiative (BRI, Nueva Ruta de la Seda), ahora en su décimo año con demasiados problemas, como podéis apreciar. Al parecer, Xi ha prometido trabajar por el levantamiento del veto ucraniano para negociar con Putin, una prohibición que de momento le sirve de algo al jefe del Kremlin, que sigue convencido de que el tiempo juega a su favor... pero no hay guerra imperialista que salga bien, a la corta o a la larga. En el plano económico, se firmaron en octubre de 2023 en Pekín varios acuerdos que aceleran la reorientación de las exportaciones rusas, entre ellos un contrato de suministro de cereales, legumbres y oleaginosas por valor de 25.700 millones de dólares en 12 años. Y aceleran los suministros de gas, fuente de contenciones internas en Moscú entre quienes aclaman a China y ven la interdependencia como el resultado de una complementariedad estratégica destinada a durar, por un lado, y el nutrido grupo de escépticos (también presentes en círculos gubernamentales) que se quejan de la excesiva dependencia rusa de la República Popular.Los desconfiados no aprecian la creciente restricción energética, pero al mismo tiempo critican los retrasos chinos en la construcción del nuevo oleoducto Power of Siberia 2. Xi está aprovechando la coyuntura, pero no quiere atarse las manos construyendo tuberías, dicen: si los chinos no confían en ellos, por qué deberíamos confiar nosotros.

Hoy en día, Gazprom suministra gas a China a través de un solo gasoducto, el Power of Siberia, con la expectativa de alcanzar un volumen anual de 38 mil millones de metros cúbicos en 2025. Otros 10 mil millones de metros cúbicos pasarán por el oleoducto desde Sajalín, previsto para después de 2027. Pero si Gazprom lograse cerrar el acuerdo Power of Siberia 2 y vender otros 50 mil millones de metros cúbicos por año a la empresa estatal china CNPC, su participación en el mercado chino del gas podría alcanzar entre el 15 y el 20% en 2035. Junto con el suministro de GNL, esto haría que Rusia sea el mayor exportador de gas a China. Pero China prefiere quemar carbón a hacer esto. Y algo más que eso, también.

Según el plan, el "Power of Siberia - 2" debería pasar desde los yacimientos de Yamal de Gazprom, a través de Siberia occidental y Mongolia, hasta las provincias del noreste de China. La idea de suministrar gas desde Yamal a China comenzó a discutirse a mediados de la década de 2000: ya entonces estaba claro que las gigantescas reservas de la región serían suficientes para exportar tanto a Occidente como a Oriente. Pero el proyecto se pospuso: los campos de Yamal funcionaban sólo para Europa, y el gas de las secciones de Gazprom en Siberia Oriental iba a China.

Con el cierre del mercado europeo del gas ruso, incluso las capacidades de producción existentes en Yamal -por no hablar del desarrollo de nuevos yacimientos- corren el riesgo de no ser reclamadas. A esto se suma el cese de tráfico de gas a través de Ucrania a partir del uno de enero de 2025. Rusia envió alrededor de 15 mil millones de metros cúbicos (bcm) de gas a través de Ucrania en 2023, solo el 8% de los flujos máximos de gas ruso a Europa por diversas rutas en 2018-19. Rusia dedicó medio siglo a construir su cuota de mercado del gas en Europa, que en su punto máximo llegó al 35%, con su entente con Alemania. Moscú ha perdido su participación frente a rivales como Noruega, Estados Unidos y Qatar desde la invasión rusa de Ucrania en 2022, lo que impulsó a la UE a reducir su dependencia del gas ruso. Los precios del gas en la UE se recuperaron en 2022 hasta alcanzar máximos históricos tras la pérdida de suministros rusos. El gasoducto Urengoy-Pomary-Uzhgorod, construido en la época soviética, sirve para transportar gas desde Siberia a través de la ciudad de Sudzha (que ahora está de "candente actualidad"), en la región rusa de Kursk, y luego atraviesa Ucrania hasta Eslovaquia. En Eslovaquia, el gasoducto se divide en ramales que llevan a la República Checa y Austria. La mayoría de las demás rutas de gas ruso hacia Europa están cerradas, incluidas la de Yamal-Europa a través de Bielorrusia y la de Nord Stream bajo el Báltico.Así las cosas, la única otra ruta operativa de gasoducto ruso hacia Europa es el Blue Stream y el TurkStream hacia Turquía bajo el Mar Negro. Turquía envía algunos volúmenes de gas ruso a Europa, incluso a Hungría.

Tras el cierre de los gasoductos Nord Stream y Yamal-Europa, Gazprom perdió exportaciones de unos 80 mil millones de metros cúbicos al año, y casi todas ellas procedían de los yacimientos de Yamal. Sólo hay un mercado en el mundo que puede albergar volúmenes de escala similar: China, teniendo presente que India desea hacer lo propio con la parte del extremo oriental rusa... y que hay que encajar piezas de competencia y limitación entre India y China, con Rusia en el extremo del tridente.

Según el plan, el nuevo gasoducto de exportación constará de dos partes: 2,6 mil kilómetros del tubería "Power of Siberia - 2" a través de Rusia hasta la frontera con Mongolia y 960 kilómetros del tubería "Soyuz-Vostok" a través de Mongolia hasta la frontera con China. Esta es la más corta de las rutas planificadas y existentes hacia los mayores centros de consumo de gas en la región de la capital de la República Popular China, Beijing - Tianjin - Hebei y Shanghai.

Incluso con el nivel medio de los precios del gas vendido, el lanzamiento del Power of Siberia 2 está comercialmente justificado, ya que la renta de los recursos podría alcanzar los 4.300 millones de dólares al año por encima de la tasa interna de rendimiento del 12%, lo que es bastante aceptable para este tipo de proyectos... Pero aún así, esta cantidad es significativamente menor que los 20 mil millones de dólares en renta que, según cálculos de expertos, generaban anualmente las exportaciones a Europa.El volumen de suministro a China también será menor que en Europa: en 2021, Rusia exportó alrededor de 155 mil millones de metros cúbicos de gas a Europa, mientras que el suministro a China, incluso en el caso de la puesta en marcha tanto del gasoducto Sajalín como de Power of Siberia 2 también aumentaría los volúmenes de GNL, que se estiman en 110 mil millones de metros cúbicos al año.Además del alquiler y la venta de las reservas de gas de Yamal, la construcción de Power of Siberia 2 permitiría a Gazprom gasificar zonas del territorio de Krasnoyarsk y Buriatia que no están cubiertas por infraestructura, así como apoyar a los contratistas que están acostumbrados a trabajar en grandes proyectos de inversión a escala.

La demanda de gas en China en 2022, en medio de las estrictas restricciones por el coronavirus, cayó un 1,2% hasta 365 mil millones de metros cúbicos, la peor cifra desde principios de los años 1990, acorde con datos oficiales. Sin embargo, el bajo desempeño de los últimos años años no afecta en modo alguno la estrategia de China de aumentar la participación del gas en el balance energético del 10% al 15% para 2030. Esto significa que, a finales de la década, el consumo de gas podría ascender a 600 mil millones de metros cúbicos por año. De hecho, se podría esperar que la demanda de gas en China crezca hasta 2040, alcanzando valores máximos de 700-800 mil millones de metros cúbicos. La producción propia de China crecerá hasta, por lo menos, unos 300 mil millones de metros cúbicos en 2030, y se importarán otros 300 mil millones. De ellos, ya se han contratado los siguientes: gasoductos - 100 mil millones de metros cúbicos, GNL - 120 mil millones de metros cúbicos, lo que deja libres alrededor de 80 mil millones de metros cúbicos. Hay varios contendientes para estos volúmenes:

A ) El proyecto turcomano “Línea D”, que prevé el suministro de 30 mil millones de metros cúbicos al año desde el campo Galkynysh;

B ) "Power of Siberia - 2" (50 mil millones de metros cúbicos por año);C) Proveedores de GNL, con la ventaja de establecer contactos con los países del Hub del Golfo, Mar Rojo, isla de de Socotra... con lo que gana socios en miras de tratar de cooperar en la estabilización de Israel-Palestina y el desarrollo general de la región, además del conector con el Norte de África y Europa, junto a todos los euroconectores transmediterráneos, y unirse todo allí, algo que preocupa a Estados Unidos... y podría interesar sin embargo a Rusia.

La "Línea D" de Turkmenistán se considera el principal competidor de "Power of Siberia 2", ya que se cree que es poco probable que China, que prefiere diversificar sus fuentes de energía, quiera construir ambos sistemas de gasoductos al mismo tiempo. Al mismo tiempo, fuentes de Reuters dijeron que China podría firmar contratos tanto con Turkmenistán como con Rusia, pero que se daría prioridad en el ritmo de construcción a la Línea D. Se espera que el gas Siberia 2 sea más barato que el gas turcomano y los nuevos volúmenes de GNL, pero esto aún no es suficiente para firmar un contrato. Por ahora, China puede permitirse el lujo de esperar y observar la lucha entre Rusia y Turkmenistán por el mejor precio ofertado antes de la inminente ola de suministro de GNL, que debería comenzar en 2025-2026.Habiendo rechazado el suministro de gas a Europa, Rusia se encontró en un punto muerto: la única alternativa a vender gas de Yamal a China era suspender parte de los campos. Esto coloca a Gazprom en una posición negociadora deliberadamente débil y permite a China negociar las condiciones más favorables.

En dos ocasiones en 2023, durante las reuniones entre Xi Jinping y Vladimir Putin en marzo y en octubre, se esperaba que Rusia y China firmaran el contrato sobre Power of Siberia 2, pero fue en vano. En diciembre, el primer ministro Mijail Mishustin viajó a Beijing para asistir a una reunión de la comisión intergubernamental. El evento brindó a las autoridades rusas “la última oportunidad este año de registrar avances en las negociaciones sobre el gas”.

Durante el conflicto, hasta ahora, para China, la compra de recursos energéticos rusos incluso muy baratos entra en conflicto con la política tradicional de diversificar las fuentes de materias primas, cosa que podría afectar a la política de transición energética de China si el país decide depender más de los hidrocarburos baratos y opta por exportar equipos de almacenamiento de energía solar o eólica. Y está la cuestión del Uranio, que es uno de los pilares clave para la construcción del dominio global.

Por otro lado, China necesita una nueva ruta de gasoducto desde Rusia para garantizar la seguridad del suministro energético: si la situación en Taiwán empeora, las rutas marítimas por las que llega el GNL a China podrían dejar de estar disponibles. Al mismo tiempo, el contrato Power of Siberia 2 significaría que China apuesta por la estabilidad de Moscú en su forma actual, lo que serviría como una forma de seguro para dicho régimen, incluso a costa de una mayor dependencia sobre China y la pérdida de la oportunidad de influir en la situación. Así que China debe gestionar cómo gestiona esas potencialidades, y en qué momento podría decidir hacer uso de ella: y la cuestión del Uranio en Kazajistán entre Rusia y China, junto a despejar camino hacia Europa por la vía terrestre y asegurar Oriente Medio... y acceder a semiconductores punteros para la Revolución Industrial 4.0 suenan a elementos de peso.

En fin, las hostilidades entre Azerbaiyán y Armenia se suman a los choques fronterizos entre Kirguistán y Tayikistán, lo que potencialmente habría obligado a Moscú a intervenir... o a constatar lo evidente, su debilidad de una forma muy interesante para ambos escenarios, donde no deben dudar que los movimientos se van a producir. Actualmente me hallo en plena redacción de un dossier especial sobre Azerbaiyán y Armenia, y en particular la posición de Azerbaiyán, y mantengo monitorizada la región de Asia Central, entre otros escenarios y sus posibles consecuencias, como puede ser el Norte de África y el caso de Argelia, que deberá inclinarse hacia China abiertamente o bien buscar una entente vía Turquía y otros elementos para encajar en la zona, o someterse a muy grandes tensiones por la potencial deriva de Rusia en la región.

Y es aquí cuando llegamos a Chipre. Con la excepción que debemos reservar para el caso de los Estrechos turcos, para Turquía ninguna ubicación geográfica tiene una importancia comparable a la de Chipre, por su carácter equidistante de Europa, Asia y África y por estar ubicada más o menos a mitad de camino entre los Estrechos turcos y el Canal de Suez, que dividen, o que unen, a Europa, Asia y África. Más aún, hay que sumar los privilegios británicos en la isla y en la región ampliada, a lo que no podemos dejar de lado a Francia. A esto hay que sumar la proyección desde Chipre hacia Anatolia, Oriente Medio y el hecho de ser uno de los pilares del equilibrio estratégico en el Mediterráneo Oriental, los Balcanes y África.

Además del gas chipriota y griego, y de la proyección de ese coloso que es África, y poderse encontrar allí como un actor a tomar en consideración también por China, Europa y los principales actores árabes... siempre y cuando la administración Trump-II no logre desbaratar toda esa entente y juego de proyección y afirmación de poder de Eurasia. También sumaríamos aquí el aspecto energético, pues Anatolia sería la plataforma ideal para llevar el gas israelí (y de otros actores) a Europa, algo que desde el Trazo de Kalamos hemos seguido con atención, pues Israel-Grecia-Chipre... y Turquía se han necesitado mutuamente hasta ahora... pero la opción de Siria y afianzar las posiciones en una eventual gran negociación es algo que se plantea clave para Europa, Rusia, Estados Unidos, Turquía/Azerbaiyán, Irán, Irak, Israel... La construcción del gasoducto submarino que conduzca el gas desde el yacimiento Leviatán hasta el puerto turco de Mersin es clave, aunque dicho gasoducto debe pasar necesariamente por la Zona Económica Exclusiva de Chipre, cosa que requiere la autorización del gobierno de Nicosia y, por lo tanto, alguna forma de solución a la crisis chipriota, y también del Reino Unido y de Francia, junto a Italia, y desde luego, Estados Unidos.

Hablando de Siria, después de trece años de guerra civil en Siria, con los enfrentamientos todavía sin finalizar, con lo que no ha habido tregua y ha sido a menudo una suerte de "Battle Royale" a lo Takami, pero con todo tipo de fuerzas, agentes interpuestos y otros actores, el panorama energético sirio ha quedado transformado, de la misma manera que le ha sucedido a Libia, para satisfacción de actores clave en el sector energético y dispuestos en la región MENA (Oriente Medio, Norte de África), el Sahel, el Cáucaso... y cierta proyección hacia Asia Central con amagos en Kazajistán y Afganistán por parte de Rusia, y apuntando hacia competidores como Turkmenistán.

Antes de 2012 Siria era el principal productor de petróleo y gas natural del Mediterráneo Oriental, produciendo hasta 380.000 barriles por día de crudo y bombeando entre 8.500 y 9.000 metros cúbicos de gas natural al año, si a esto le sumamos las reservas halladas en la región más próxima, y en la vecindad estratégica tenemos, históricamente, junto al Norte de África y Golfo de Guinea, Isla de Socotra, Golfo Pérsico, más cuellos de botella, etcétera... un peligro para el control del mercado y la orientación estratégica que Rusia/URSS y Estados Unidos han perseguido aquí, y en América Latina, además de el Sureste de Asia, hasta que Moscú perdió allí.

El sector de la energía suponía prácticamente el 25% de los ingresos de la dictadura siria, y por consiguiente, era una de las principales piedras angulares de la seguridad económica siria, además de una palanca geopolítica que Al-Assad quiso usar, a lo que Turquía opuso la estrategia "Mavi Vatan". Pero Occidente impuso fuertes sanciones a Damasco.

Resulta interesante señalar aquí que la UE prohibió cualquier tipo de importaciones de petróleo sirio, además de prohibir seguros, préstamos y transferencias tecnológicas (sobre esta base es sobre la que Rusia ha jugado también en Siria, para variar... asegurarse la no cooperación Norte-Sur, para privilegiar su oferta al núcleo industrial Occidental. En todo esto, Alemania también jugó un doble papel: privilegiar su opción por décadas por el gas ruso, con su alianza estratégica con los oligarcas rusos del sector; y, dos, soñó con marcarse una marcha militar por Siria para "liberarla" y apuntar hacia Irán vía Irak, con la ayuda de Turquía.

La UE ha recurrido más a las sanciones que Estados Unidos en ese periodo de tiempo, especialmente al comienzo del levantamiento, además de que las sanciones han tendido a apuntar a la punta del iceberg en lugar de a las vastas redes locales e internacionales construidas a lo largo de décadas de actividades ilícitas, lo que limita su eficacia. Así, al comienzo de la sublevación, la UE y Siria tenían fuertes vínculos económicos. La UE participaba en varios proyectos e inversiones en Siria; el Banco Europeo de Inversiones (BEI) invertía en 17 proyectos, incluida la construcción de centrales eléctricas, y tenía una cartera de 1.300 millones de euros (aproximadamente 1.930 millones de dólares estadounidenses). En 2010, Alemania, Italia, Francia y los Países Bajos importaron en conjunto el 80% del petróleo crudo de Siria, atención petróleo y no gas natural, para eso Alemania privilegiaba la vía rusa sobre todas las demás para Alemania y para el conjunto de la Unión Europea porque el Gas Natural es la fuente de energía clave para la industrialización y el salto hacia la Revolución Industrial 4.0. ¿Vemos el detalle, que no es menor? En fin, esto representó el 30% de los ingresos del gobierno sirio ese año (4.100 millones de dólares estadounidenses).

Además, las sanciones de la UE están generalmente alineadas con los resultados de las reuniones del Consejo de Seguridad de la ONU, lo que refleja la frustración por parte de otros actores que no fueran Alemania, ¿por qué? Pues porque los reiterados vetos de Rusia a la condena de las atrocidades cometidas por el régimen sirio acababan por dirigir los intereses gasísticos de Rusia y Alemania como elemento hegemónico en la dirección de la Unión Europea. China venía apoyando a Rusia en estos aspectos, pero por esa razón China prefiere quemar carbón, profundizar en otras tecnologías y diversificar de forma masiva en cuanto al gas natural, para escapar de esa "trampa rusa" (y también, vamos a ser claros, estadounidense, ya sea en la competencia feroz o en la cooperación interesada entre Moscú y Washington, apuntalada por el superávit recurrente ruso y su desplazamiento hacia Estados Unidos para su gestión).

En fin, el resultado para Siria ha sido una desconexión prácticamente total de los mercados del petróleo y del gas natural... y es evidente que las implicaciones de esto han sido multidimensionales. Dada la gran dependencia de los hidrocarburos para sostener y lanzar la economía interna de Siria, además de asegurar un mínimo suministro de energía y electricidad para hacer funcionar infraestructura básica, incluida la sanitaria más básica, el escenario energético de Siria es un vínculo determinante entre la situación estratégica sobre el terreno, la influencia de las potencias extranjeras (Rusia, Irán, Estados Unidos, Turquía, Israel... y ahora, ¿Arabia Saudita puede tener una cierta influencia atendiendo el perfil personal del líder de HTS? Veremos).

El Estado ha venido teniendo un papel directo en el control de la industria de la energía en Siria, y lo ha hecho históricamente a través de la General Petroleum Company (GPC), con capacidad para supervisar actividades de la Syrian Petroleum Company (SPC) en el sector del petróleo, y de la Syrian GAs Company (SGC). Dichos entes empresariales de carácter público venían gestionando una cartera, bastante amplia, de acuerdos estables de producción compartida (PSA) con empresas internacionales del petróleo y el gas natural... La presencia de la francesa TotalEnergies, la china Sinopec y la británica Gulfsands, las convirtieron en las más expuestas.

Las principales reservas de hidrocarburos en el país se hallan concentradas en dos grandes regiones:

1 / La frontera oriental con Irak, siguiendo el margen del río Éufrates; y,

2 / Al este de la ciudad de Homs, en el centro de Siria.

En el apogeo de la expansión del Estado Islámico, tanto en Irak como en Siria (2015-2016), la inmensa mayoría de dichos recursos estaban bajo control de este grupo del Islam político, incluidos los principales y más estratégicos oleoductos. El ISIS se organizó y preparó y ejecutó planes muy complejos para mantener la producción de petróleo, además de las refinerías a pleno rendimiento, para producir tanto gasolina como "mazout", que es una forma de diésel que se utiliza de forma local para el funcionamiento de los generadores. También se hizo contrabando a gran escala a través de las fronteras de Jordania, Líbano... y Turquía, obteniendo desde las refinerías de Alepo, a través del contrabando por la frontera norte, unos 50 millones de dólares mensuales para gasto militar, a título de ejemplo.

Para sostener a Al-Assad, Irán tuvo que abrir cartas de crédito por valor de unos 3.000 millones de dólares para poder cubrir el suministro de petróleo básico que era utilizado para, entre otros casos, sostener a las SAAF en sus operaciones militares. Los petroleros viajaban tanto de Irán e Irak hasta el oleoducto Sumed, en Egipto, donde partían hasta alcanzar los puertos del Mediterráneo bajo control de los gubernamentales sirios de Al-Assad. El petróleo pasaba a refinarse en la refinería de Baniyas y a continuación pasaba al mercado interno para satisfacer el consumo (y sacar un buen dinero).

El caso es que el estado de las infraestructuras energéticas y eléctricas de Siria es realmente grave, tanto que los apagones hoy día alcanzan a toda Siria y pueden llegar a durar hasta 20 horas al día. Se ha venido hablando de unas pérdidas directas en el sistema energético sirio por valor de 40.000 millones de dólares, a los que hay que añadir otros 80.000 millones de dólares en pérdidas indirectas.

En términos de reconstrucción China ha tenido una posición que ha contado, pues añadieron a Siria a la Franja y la Ruta de la Seda, el 80% de la red eléctrica del país ha sido construida por empresas chinas, y había planes gubernamentales para fortalecer en este contexto la colaboración entre China y Siria, tanto en términos de electricidad... como energéticos... y aquí potencialmente tanto Rusia como Estados Unidos... podían torcer el gesto.

Por este motivo, el régimen sirio también impulsó importantes programas para acelerar el despliegue de plantas renovables, ya ya sabéis que en esto China está muy fuerte. Por ejemplo, con hasta 2.500 MW de capacidad solar y 1.500 MW de capacidad eólica para 2030 cerca de las zonas desérticas. Emiratos Árabes Unidos tenía un proyecto para construir una planta de energía solar de 300 MW en las cercanías de Damasco a través de sus empresas que colapsó en 2024.

De fondo, los grandes proyectos gasísticos de la región ampliada, y su despegue si se estabiliza. Estamos en el "si se estabiliza", no en la realidad de verlo estabilizado. ¿Y quién se guardará la bala para dispararla porque no le conviene que se estabilice? De hecho, estamos hablando de generar un gran corredor que se sumaría a los tres en desarrollo por parte de Europa hacia África y Asia, y que tomaría el Mar Negro, el paso a través de Irak, Armenia, Georgia, Azerbaiyán, Turquía... y Siria-Jordania-Israel hasta entrar en el parteaguas de la península arábiga. Sobre el tramo entre el Golfo Pérsico y la forma en que se une a la zona del Mar Negro en su proyección euroasiática analizaré el desarrollo de una interesante iniciativa.

Para afianzarse en la región, tal y como lo hace en Georgia, Ucrania y, potencialmente, Moldavia a través de la Transnistria, Rusia se proyecta en este aspecto a través de la inseguridad energética, las recesiones en la economía y los conflictos internos por parte de las tropas gubernamentales actuales y las tropas leales a Al-Assad implantadas en los territorios de mayoría regional limitada alauita, y en las inmediaciones de las bases de Rusia en Siria, donde Rusia también juega la baraja gubernamental a través del suministro del diésel usando su "Dark Fleet". De todas formas, la zona toma una dimensión interesante en cuanto a un posible choque entra Turquía e Israel por Siria, donde ambos países contarían con desplazar hacia el exterior y reafirmar sus ambiciones de paso, sus respectivos cuestionamientos al poder.

Este documento sirve como primera aproximación a la definición de este espacio estratégico clave y a su devenir, pues de él depende que China y Europa se encuentren con éxito para ambos en África y Oriente, potenciándose a sí mismos y en una entente, a la que tanto Irán, Turquía y Rusia esperan sumarse con éxito... no es de la misma opinión Estados Unidos, así que inestabilidad será todavía mayor, más si cabe dada la construcción imperial estadounidense que implica la afirmación de un diamante estratégico y la absorción de los vasallos antes de que se forme este vector múltiple que estoy definiendo aquí. Estados Unidos hasta ahora ha sido una República Imperialista, con episodios expansionistas y de injerencia, pero a partir de Trump-II pasa a maniobrar para hundir a su competencia en la formación de un gran espacio de dominación global multicontinental y multivectorial. Esto es algo que también analizaré detalladamente en esta misma publicación.