Tal y como hemos visto en la Parte 1 de este documento, la presidencia francesa no llega precisamente en el momento más favorable de la legislatura. Los tiempos vienen dados, y en un primer momento es cuando se deben lanzar las nuevas iniciativas que han de servir de brújula para los nuevos rumbos: por ejemplo, durante la presidencia rumana se adoptó, con fecha de junio de 2019, por parte del Consejo Europeo un programa estratégico para el quinquenio 2019-2024; fue durante la presidencia finlandesa durante el segundo semestre de 2019 que tuvo lugar la creación de la nueva Comisión en la que la presidencia de turno acompañó el proceso; durante la presidencia de Croacia, en el primer semestre de 2020, se forjó el primer programa de trabajo de la Comisión centrado en la transición ecológica y digital; mientras que durante la presidencia de turno de Alemania se logró la adopción del "Pacto Verde", a finales de 2020, en miras de reducir las emisiones de CO2 en un 55% en 2030 y hacer que la Unión Europea sea climáticamente neutra en 2050.
En el caso de la presidencia de turno de Francia no nos hallamos en un tiempo de fundación o refundación, aunque se anuncian bastantes elementos que han de poner a prueba a la Unión Europea en varios aspectos y probar la calidad, las capacidades y la voluntad de los socios en un devenir que se nos aparece cada vez más cercano. Tampoco se halla esta presidencia Francia en un situación en la que nos estemos acercando a la parte final de la legislatura, momento en que hay que actuar con celeridad para asegurar la adopción de los textos para dar punto final al programa legislativo de la Comisión saliente. Estamos, evidentemente y en estos aspectos, ante una presidencia intermedia, que no ha de contar ni con el impulso del principio ni tampoco con la urgencia de la conclusión.
No obstante, todos sabemos qué es Francia y qué supone verla en la presidencia de turno, así que los Estados miembros y las instituciones esperan de Francia un despliegue de sus capacidades y de su "grandeur" para que se acometa trabajo de una forma notable. Francia, resulta casi innecesario señalarlo, tiene una administración pública de una altísima calidad, muy seria y cuenta con una larga experiencia, a lo que hay que añadir que estamos ante uno de los "grandes", con lo que hay que contar con que se va a trabajar y dar impulso en la dirección de avanzar un cierto número de textos, decisiones y expedientes, cosa que señalará los innegables méritos de Francia, y será algo de lo que nos beneficiaremos en el conjunto de toda la Unión Europea.
Las bloques presidenciales de tres
La presidencia de turno de Francia vendría a inaugurar un bloque presidencial de tres miembros que abarcaría a la República Checa (durante el segundo semestre de 2022) y a Suecia (en el primer semestre de 2023). Este bloque es el equivalente formado por las presidencias de turno de Alemania, Portugal y Eslovenia (desde el segundo semestre de 2020- y los dos semestres de 2021). Cada bloque de tres presidencias viene a contar con su propio programa, diseñado por los tres, que establece las cuatro prioridades señaladas a partir de la agenda estratégica de 2019:
A/ La protección de los ciudadanos y de las libertades;
B/ El desarrollo de la base económica;
C/ Una Europa verde y social; y,
D/ La promoción de los intereses y valores de Europa en el mundo.
Esta presidencia francesa que abre el bloque de tres presidencias que nos ha de llevar hasta el segundo semestre de 2023 ha de desarrollar la iniciativa sobre el salario mínimo dentro de la Unión Europea, una idea perseguida hace tiempo, pero que ha sido impulsada por la presidencia portuguesa en el contexto de la cumbre social de Oporto, y seguida por la presidencia de turno de Eslovenia, que alcanzó una posición favorable en el seno del Consejo en diciembre de 2021 sobre el proyecto de directiva de la Comisión, cosa que habilita a la presidencia francesa esperar llevar a buen puerto las negociaciones con el Parlamento Europeo, siendo el espíritu de esta directiva el favorecer los "salarios mínimos adecuados" pero en modo alguno los impone. Un segundo ejemplo, que quiero destacar, es la que juzgo importante, dependiendo de la forma en que se haga y se reciba la acción ciudadana, Conferencia sobre el Futuro de Europa, un ejercicio de participación ciudadana que adquiere una relevancia especial al adoptarse a nivel paneuropeo, y que tomó inicio en el semestre correspondiente a la presidencia portuguesa, con fecha de 9 de mayo de 2021, y que debería haber comenzado bajo la presidencia de Alemania, pero la pandemia de COVID-19 impidió que así fuera. De modo que corresponderá a Francia acompañar este proceso hasta su conclusión.
No obstante, es bien posible que se planteen ciertos casos en los que la búsqueda de un compromiso requiera ir más allá de lo que el país con la presidencia de turno perciba como ir en contra de sus posiciones, en tal caso lo que se suele hacer es alargar ese expediente con miras a dar un impulso un compromiso de mayor ambición más adelante.
La PFUE 2022: elementos centrales de acción
Pasemos a abordar, llegados a este punto, los elementos centrales de acción de la presidencia de turno francesa.
Conviene que empecemos señalando que un Estado miembro que ejerce la presidencia de turno, a la vez que se presenta como una función al servicio de la Unión Europea y, por consiguiente, que ha de estar en sintonía con el interés general europeo, no resulta menos cierto que ha de buscar mostrar un perfil alto que suponga una mejora de su "Soft Power", y con ello lograr un éxito diplomático y lograr de esta forma dar un impulso a sus prioridades. En síntesis, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que se está ante una oportunidad para promover una agenda propia. Francia cuenta con un presupuesto de 150 millones de euros para organizar 400 actos políticos, administrativos y culturales durante el semestre de su presidencia, y con ello dará lugar a una movilización que abarcará toda su red diplomática y cultural, y me van a permitir que haga la mención especial de "La Nuite des Idées" (La Noche de las Ideas), que tendrá lugar este año el 27 de enero de 2022, y cuyo lema es "(Re)construire ensemble", es decir "(Re)construir juntos"
Tal y como ya hemos venido haciendo en este documento y en el anterior a este, vamos a establecer nuestro trabajo de aproximación trazando una comparativa con la anterior presidencia de turno francesa en el segundo semestre de 2008. En aquel momento la presidencia francesa de turno se había fijado una serie de prioridades que se llevaron a su ejecución con la forma de paquetes de decisiones concretas que se adoptaron:
A/ Un paquete energético-climático para aplicar el objetivo de los "tres 20", el cual ya se había acordado en 2007:
A.1/ Una reducción del 20% de las emisiones de CO2 con el punto de comparativa fijado en 1990,
A.2/ Una mejora del 20% de la eficiencia energética en la UE
A.3/ La consecución de un mínimo del 20% de energía renovable en el mix energético de la UE;
B/ Un paquete sobre migración y asilo;
C/ Elevar tanto las capacidades como las ambiciones de la defensa europea, precediendo al retorno de Francia al mando integrado de la OTAN en 2009;
D/ Bajo el impulso del que luego sería negociador del Brexit, Michel Barnier, y en aquel momento se desempeñaba en el ejecutivo francés como ministro de Agricultura, un examen de la situación del sector y una reforma de la Política Agrícola Común; y,
E/ El lanzamiento de la Unión por el Mediterráneo, que sucedió al "proceso de Barcelona" de 1995.
La presidencia francesa de 2022 se ajustará más a las prioridades generales de la Unión Europea, las cuales ya vienen predeterminadas. En su conferencia de prensa del 9 de diciembre de 2021, de la que hicimos un comentario que se puede consultar en la sección del Trazo de Kalamos, el presidente de la República explicó los tres ejes para la presidencia francesa de turno del primer semestre de 2022:
1/ Una Europa más soberana mediante el control de las fronteras y la regulación de la migración, la política de defensa y la política exterior de la UE;
2/ Un nuevo modelo de crecimiento que haga hincapié en:
2.1/ La agenda climática,
2.2/ El poder digital y
2.3/ La dimensión social;
3/ Una Europa humana con la clausura en mayo de 2022 de la Conferencia sobre el Futuro de Europa, y la atención prestada a los valores, la Historia y la cultura europeas, así como a la juventud, sobre lo que conviene recordar que 2022 ha sido proclamado "Año Europeo de la Juventud", y señalar que el Presidente Emmanuel Macron ha propuesto la creación de un servicio cívico europeo.
En realidad, esta situación ha sido un primer "momento cumbre" de algo que Francia contribuyó activamente a crear desde 2017:
1/ La lucha contra el cambio climático, con los esperados avances en los distintos textos legislativos del paquete "fit for 55", un proyecto de "impuesto sobre el carbono" llamado "mecanismo de ajuste del carbono en frontera", y una cumbre sobre los océanos,
2/ La soberanía digital, con la celebración de una conferencia ministerial y, llegados al caso, cosa que sería de desear, la adopción de los reglamentos:
2.1/ DMA (Digital Markets Act o Ley de Mercados Digitales, que refuerza las obligaciones en materia de competencia de los gigantes de la economía digital), y
2.2/ DSA (Digital Services Act o Ley de Servicios Digitales, que refuerza sus obligaciones para con los usuarios),
A lo que sumaremos el refuerzo de la autonomía estratégica europea, con una conferencia sobre política industrial que se celebrará próximamente y haciendo hincapié en el refuerzo de la defensa europea;
3/ La Europa social: con textos sobre el salario mínimo, pero también sobre la transparencia salarial y la igualdad de género.
Una aproximación a la PFUE 2022
A continuación, una vez definidos los elementos de acción de la presidencia de turno francesa, proponemos una serie de elementos de reflexión para tratar de comprender lo que Francia, y Europa, persiguen en ciertos aspectos.
Sea que estemos hablando de océanos, ciberespacio, el espacio exterior concebido como una suerte de prolongación de la dimensión marítima, o bien el Ártico, los llamados espacios comunes al hallarse en un punto más allá de las jurisdicciones nacionales, resultan ser también todos ellos y en este momento de definición de grandes bloques regionales, espacios de disputa por razones estratégicas de amplio espectro y que forman parte del nuevo sostén de lo que hace tiempo vengo señalando, que es una nueva lectura a partir de Clausewitz y su "ley de los números" que establece que el tamaño de los ejércitos era una ley variables determinante cuando las demás eran constantes (tecnología, armamento, teoría...), la antigua ley de los números que regía en la forma de hacer la guerra y organizar la sociedad favorecía que el ente político que se halla bajo ataque, al estar en su territorio, puede gestionar más recursos. En la Nueva Ley de los Números que vengo proponiendo, y que trataré de desarrollar más ampliamente en este Instituto Symposium, el número de soldados de los ejércitos es sustituido por un océano de herramientas de guerra y de gestión de la sociedad para prepararse ante tal escenario, siendo fundamental la Revolución Industrial 4.0 con todo lo que trae aparejado en cualquier campo, además de nuevas fuentes de energía, nuevos espacios políticos en términos de hegemonía gran regional y la definición de las condiciones de acceso, explotación y control de estas dimensiones sobre las que "navegamos" y nos movemos en unos términos cercanos a Clausewitz y a Mahan.
En definitiva, estas dimensiones son objeto de cuestiones de gobernanza internacional, pero también y sobre todo de cuestiones de una nueva soberanía que trae aparejada la creación de estos nuevos espacios de corte "civilizatorio", tal y como China está definiendo el suyo, y con una tensión creciente entre las grandes nuevas potencias que son los elementos centrales del nuevo gran juego por la hegemonía global en extrema competencia entre sí. La Unión Europea ha comenzado a posicionarse, pero debe adaptarse constantemente para defender sus propios intereses y valores, aspectos estos que no sólo deben ser enunciados y definidos: han de ser defendidos. Esto es algo que trasciende esta presidencia, pero eso es algo que debemos entender en la Europa y en la creación de nuestro espacio en los términos que defiendo. Es decir, la brújula estratégica europea que ha de ver su luz ha de contar con unas detalladas cartas e instrumentos de apoyo para llevar nuestra nave a buen puerto en navegaciones seguras para nosotros y los que nos rodean.
Sobre la cuestión de los datos, algo que ya se ha abordado en un dossier tecnológico en ocho partes publicado en el Instituto Symposium ahora hará un año, y que aconsejo repasar. En el sentido anotado en este documento y en el dossier desde el Instituto Symposium trataremos de abordar un nuevo enfoque sobre la cuestión clave de los datos y la nube próximamente.