Partamos del hecho básico: internet se basa en la interconexión de los ordenadores entre sí, en concreto, a día de hoy se superan los 4.770 millones de ellos. Estos ordenadores se hallan conectados mediante un cable a una centralita, que a su vez queda conectada a otra, y así hasta que el grosor de cables que se va simplificando en un solo cable compuesto de fibra ópt que recorre miles de kilómetros pasando por tierra y, pasando a conectar los diferentes grupos continentales a través de mares y océanos.

En este caso nos centraremos particularmente en aquellos que discurren por los lechos marinos de nuestro planeta, los cuales se pueden consultar con detalle usando este enlace. A modo de curiosidad, y para facilitar la comprensión de cómo funciona el proceso de búsqueda de cualquier información en internet, acompaño este otro enlace, donde se muestra el recorrido que sigue por el mundo la señal que manda, en este caso el ordenador desde el que están conectados ahora mismo, cuando desean visitar una web, aportando el dato interesante de qué distancia recorre dicha señal.

La lucha por comunicar continentes usando cables, primero para el telégrafo, más adelante los telefónicos, deben mucho a la idea y la determinación de Cyrus West Field, quien en 1850 comprometió su fortuna en ello. Recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo que aborda esa empresa que fue auténticamente prodigiosa y que sirve de pórtico perfecto para esta exposición.

Mapa del cable de telégrafo submarino tendido entre los territorios de los Commonwealth británica y Estados Unidos. Fuente.

El ascenso de China y la lucha por los datos antes del 5G/6G: la fibra óptica conquista los océanos.

El poder estadounidense en el campo de los datos se manifiesta en las Big Five, empresas que tienen en común haber sido fundadas por antiguos piratas informáticos y que se distinguen porque protegen de una manera física los datos, de tal manera que los macrodatos que captan son perfectamente accesibles en Estados Unidos y en su “espejo”, el Reino Unido. De hecho, al igual que durante la hegemonía del Imperio británico este dominaba en régimen de prácticamente monopolio los cables telegráficos submarinos, posteriormente fueron los norteamericanos los que han acumulado la hegemonía de las comunicaciones a nivel global... pero quizás otros escenarios se podrían empezar a percibir.

Para zafarse de este monopolio China construyó el cable submarino Sea-me-we 5 que une Singapur con Francia, y une el Sureste de Asia y Europa Occidental. Además, Huawei se ocupa de extender el tendido de cables submarinos entre varios países, como Brasil y Camerún, algo que también ya hizo Brasil anteriormente con España. Este hecho es muy remarcable, ya que más del 90% de las comunicaciones a escala global pasan por este tipo de cables. Y dicha tecnología será durante algún tiempo básica, ya que las inversiones masivas de los GAFAM en lo que se refiere particularmente a la transmisión óptica permiten superar algunos límites, y a la vez, cabe esperar capacidades en ascenso, de modo que las constelaciones de satélites para internet no son una competencia real para esta tecnología, ya que no tienen ni la misma capacidad, ni el mismo coste. No olvidemos que además de menor capacidad fruto de su capacidad inalámbrica, presenta obviamente la tecnología por satélite una mayor latencia, pues hay un retraso de unos 500 milisegundos sólo entre que la señal sube y baja de nuevo. De hecho, el internet satelital se dirige hacia lugares de difícil acceso.

Los cables submarinos se concentran como infraestructura en el eje transatlántico, el transpacífico y el eje Europa-Asia a través del Canal de Suez. A esta estructura básica se han ido sumando interconexiones regionales para Asia y una conectividad cada vez más notable de África con el mundo, cosa que atrae tanto a las GAFAM como a Huawei. También es preciso resaltar que aparecen nuevas rutas entre África y América Latina, fruto del ascenso de Brasil y de regiones de África durante estos años.

Los diferentes actores en el sector

Este sector tan estratégico presenta una serie de actores donde también se refleja una cierta posición de Europa, de Estados Unidos ante todo mediante las GAFAM y, cómo no, el ascenso de China se percibe también en este sector. Fundamentalmente hay tres tipos de agentes que participan en el mercado del cable submarino: estarían los propietarios del cable, es decir los operadores de telecomunicaciones establecidos o los nuevos establecidos, caso de los GAFAM y demás inversores privados. Otro bloque serían los fabricantes de los cables; y, el tercer bloque estaría compuesto por los instaladores, que despliegan y reparan los cables oceánicos.

Si hablamos de fabricantes hay que destacar a los norteamericanos como Subcom, a los europeos como Alcatel Submarines Networks y a los japoneses como NEC. A esta tríada se está sumando Huawei Marine en asociación con gigante Hengtong. En lo que respecta a los propietarios del cable nos encontramos aquí con un panorama mucho más diversificado, pues son los operadores de telecomunicaciones, como AT&T, China Telecom, Verizon, Orange, Tata y un largo etcétera.

Proyectos para 2021

Para este próximo año 2021 cabe destacar varias iniciativas como el proyecto Dunant, pagado por Google, y que pretende conectar Estados Unidos y Francia con una longitud de cable de más de 6.600 kilómetros y velocidad de transmisión media de unos 250 terabits por segundo. Otro proyecto que quiero destacar es el cable PEACE, pagado por China y que desplegará en total un cable de 12.000 kilómetros que unirá Marsella, en Francia, con Pakistán, enlazando con la ruta Europa-Asia y que servirá también para África entrando por Kenia a través de un ramal que seguirá hacia el Océano Índico. Cabe señalar también los cables ACE, que unirá Europa y toda la costa atlántica de África con 17.000 kilómetros en total y que alcanzará a Suráfrica. Otro proyecto interesante es África-1 que unirá Pakistán con la costa este de África y Europa. En el sector del cable submarino regional hay que subrayar el cable SJC2 que unirá Japón, Corea del Sur, China, Vietnam, Singapur y la gran zona de los ASEAN; y, por otro lado, el cable que unirá Europa con América Latina, que recibe el nombre de EllaLink.

Huawei sumó fuerzas con empresas occidentales, especialmente British Global Marine System en 2009 para crear la filial Huawei Marine Systems y así desarrollar sus capacidades en tecnología submarina. En diez años Huawei logró consolidar una posición destacada en este nicho de mercado dominado por unos pocos jugadores, tal y como hemos visto. En junio de 2019 la empresa anunció que cedería a otra empresa china, la mencionada Hengtong Optic-Electric, un fabricante chino de cables ópticos cuya sede se halla en Jiangsu, sus actividades de cable submarino de telecomunicaciones. También hay otros actores chinos en el sector, lo que confirma el ascenso de China en esta área.

Podemos decir que el 80% de los datos generados pasa por Estados Unidos, y esto da lugar, a su vez, a la geopolítica de los cables submarinos, pues se pueden colocar puntos de escucha para captar esa información bajo el mar. La tendencia marca una disputa geopolítica en esta dimensión bajo el mar entre China y Estados Unidos, o también en lo que se refiere a compañías luso-brasileñas que pretenden controlar el mercado económico en África, por ejemplo, caso de Mozambique y Angola.

Cortar y pinchar cables submarinos: desde los actos fortuitos hasta los actos de inteligencia o de guerra

La presencia de estos cables, incluso a profundidades tan impresionantes como los hasta 8.000 metros es evidente que entraña ciertos riesgos. Los cables se hallan recubiertos por varias capas de materiales, que alcanzan un groso total de alrededor de 1,5 centímetros, y que se encargan impermeabilizar y además asegurar una resistencia. Pero lo cierto es que se hallan expuestos a otros elementos, e incluso a la vida submarina, tales como terremotos, corrientes marinas, barcos de pesca de arrastre o, incluso, que un tiburón lo muerda hasta partirlo.

Sirva, a título de ilustración este artículo de Pepe Cervera de El Confidencial de 2018, donde aborda la cuestión de cómo Rusia y Estados Unidos cuentan con submarinos para "pinchar" esos cables y los datos de alto valor que pasan por ellos, desde las cotizaciones bursátiles, hasta correos electrónicos y otro tipo de información que tiene un altísimo valor, por no mencionar qué sucedería si se cortase tales cables como acto de guerra, algo ya sucedido en la Primera Guerra Mundial, cuando los británicos hicieron lo propio con los cables que comunicaban al II Reich. Recomiendo la lectura de este artículo de la BBC sobre el particular.

Conclusión

Hasta el momento Occidente se centra, por un lado, en China, que invierte en tecnología. Hay un ruptura en Occidente dada en los años ochenta del pasado siglo, momento en que "Occidente" se divide en dos, con los norteamericanos acaparando todo el poder y hegemonía de datos, quedando desplazados actores como Alcatel, por ejemplo. En el caso de Rusia, prefiere optimizar sus recursos y pasar a jugar un papel más amenazante frente a la infraestructura que hoy día existe.