¿Está Rusia de verdad al borde de la quiebra? La UE y Rusia, Estados Unidos, la OPEP+ y el papel de aspectos como el GNL. ¿Hasta dónde llegará esa eventual cooperación, si es que se llega a cuajar?

Una de las bazas del presidente ruso Vladímir Putin en las negociaciones acerca de un potencial alto el fuego es su voluntad firme de seguir luchando en la guerra de Ucrania hasta que Occidente le ofrezca las condiciones adecuadas, y ya les avanzo, y tendré ocasión de demostrarlo fehacientemente hasta para el más obtuso, que nada tiene que ver con "tierras", como los "genios" de la administración Trump-II afirman. Estoy pensando en Steve Witkoff y su "brillante" análisis a partir de 54:36 en el enlace a continuación:

Al respecto, desde Rusia han reaccionado al conjunto de declaraciones de Steve Witkoff (hubo un tiempo en que Kissinger cerró un acuerdo con la República Popular de China para trabajar juntos en varios niveles y asestar un golpe definitivo a la Unión Soviética... ¿ustedes se imaginan a Henry Kissinger y a Richard Nixon actuando así? Evidentemente, esto no es serio... como también Kissinger forjó una serie de acuerdos con los soviéticos... y de nuevo les pregunto, ¿ustedes se imaginan a Kissinger actuando así?).

Puestos a ponernos al nivel de este grupo de "genios" (es ironía, por si alguien no lo comprende) podemos imaginar reacciones tan vibrantes por parte de Rusia, si es que verdaderamente la administración Trump-II cree en las cosas que afirma, y se lo compara con lo que Rusia nos ha estado explicando durante 35 años a los occidentales con respecto a lo que Rusia necesita y precisa de nosotros, y que nada tiene que ver con esto. Por ejemplo, una posible reacción rusa podría ser esta:

Aunque yo tengo predilección por VITAS (con esta canción en parte en ruso y en parte en polaco):

Lo siento, yo no empecé a hacer análisis surrealistas y a comportarme de una forma "extraña", aunque se entiende perfectamente qué busca Estados Unidos, algo que también voy a explicar fehacientemente.

Pero, vamos a ponernos algo más serios y vamos a aclarar unas cuantas cosas que desde ciertas partes de Occidente, como por ejemplo el otro día en un taxi en Madrid escuchaba cierta tertulia de "expertos" en una emisora generalista con un programa de cabecera de las mañanas con análisis dignos también de lo mejor de las variedades culturales rusas, y que tiene que ver con la siguiente pregunta: ¿tiene Rusia el dinero para mantener la guerra?

Miren, vamos a ser serios de una vez, porque todo cansa, y se merecen una medida más próxima a la realidad. El aspecto determinante en lo que a la capacidad de Rusia para continuar su esfuerzo bélico está ligado con la cantidad de efectivo en su Fondo Nacional de Inversión, el Фонд национального благосостояния России (NWF, por sus siglas en inglés). La parte líquida del fondo se encuentra actualmente en su nivel más bajo desde 2019, habiéndose reducido a la mitad en tres años de guerra.

Bien, ahora no nos precipitemos. La parte líquida del NWF (es decir, sus recursos en yuanes, oro y rublos) valía 3,39 billones de rublos, es decir unos 39.000 millones de dólares estadounidenses en fecha de 1 de marzo de 2025. Para ponerlo en perspectiva, esto supone algo menos de la mitad del nivel anterior a la invasión a gran escala de Ucrania, cuando los fondos líquidos del NWF ascendían a 8,8 billones de rublos, o unos 102.000 millones de dólares estadounidenses.

Esta caída, de un carácter constante, ha llevado a las predicciones sobre el agotamiento inminente del fondo de guerra de Rusia y la consiguiente bancarrota del Estado ruso. Ni que decir tiene, que todo esto que explico aquí ni se menciona en los "análisis" que se oyen y leen. No obstante, a pesar de que, evidentemente, no se puede ni se debe negar los mayores riesgos a los que se enfrenta la economía rusa, lo cierto es que está muy lejos de ser razonable el hablar de una crisis basándose únicamente en los datos del NWF.

Bien, ¿y por qué afirmo esto?

Pues fundamentalmente, porque existen dos poderosas razones principales para ello:

  • En primer lugar, el NWF no se utiliza para el gasto público (aunque hay algunas excepciones). Su función principal es ayudar a equilibrar el impacto de la política fiscal del gobierno y proporcionar un colchón financiero en una crisis inesperada (como una caída a largo plazo de los precios del petróleo o un aumento repentino e ineludible del gasto).
  • En segundo lugar, desde un punto de vista puramente financiero, la situación no es crítica. De hecho, la parte líquida del NWF debería aumentar en un 50 % gracias a una inyección de unos 1,4 billones de rublos (16.000 millones de dólares) en ingresos procedentes del petróleo y el gas que deberían llegar en verano.

De acuerdo. Entonces, ¿cómo ha venido funcionando?

Antes de la guerra en Ucrania, las finanzas de Rusia se basaban en las llamadas reglas presupuestarias, y estas se encargaban de limitar el gasto estatal en años de abundancia con la finalidad de permitirse la Federación de Rusia el mantenerlo en tiempos más difíciles.

Al respecto, las normas dividían los ingresos en:

1/ Ingresos «petroleros y gasísticos», que quedaban inmediatamente sujetos a las fluctuaciones de precios; y,

2/ Ingresos de carácter «no petroleros y gasísticos», que dependían inmediatamente del crecimiento económico.

Cuando en la Federación de Rusia se ponían a planificar el presupuesto para el año siguiente, el volumen de ingresos petroleros y gasísticos se determinaba mediante un precio «de corte».

Así, por ejemplo, en la última aplicación anterior a la guerra de las normas presupuestarias, este precio era de 44,2 dólares por barril de crudo de los Urales, teniendo presente que el barril es una unidad de volumen para petróleo e hidrocarburos derivados. Equivale a 42 galones estadounidenses, o lo que es lo mismo, 158,987304 litros. En 2022 se situó en 76,09 dólares el barril, para caer a 62,99 para 2023, en enero de 2024 pasó a 62,99 dólares el barril. Hoy, día 26 de marzo de 2025 el barril cotiza a 65,490 dólares el barril, y presenta una disminución de 3,02 dólares estadounidenses el barril, o un 4,41% desde el inicio de 2025, según la negociación en un contrato por diferencia (CFD) que sigue el mercado de referencia de esta materia prima. Se espera que el petróleo Urales se negocie a 66,16 dólares el barril para el final de este trimestre, y se estima en un precio el barril de 68,23 dólares estadounidenses en un plazo de 12 meses. Pueden seguir la evolución aquí.

Siguiendo con mi disertación sobre este particular, cualquier ingreso de petróleo y gas recibido por encima de ese nivel se contaba como ingreso excedente, se convertía a moneda extranjera en el mercado y pasaba a transferirse al NWF. Es así como las autoridades financieras de la federación de Rusia impedían que el rublo se fortaleciera demasiado rápido y retiraban una parte del dinero del presupuesto, restringiendo los apetitos de los funcionarios deseosos de aumentar el gasto.

Esta norma también funcionó en la otra dirección, es decir: en la medida en que los precios del petróleo caían y con ellos los ingresos disminuían, entonces las autoridades financieras de la Federación de Rusia retiraban divisas extranjeras del NWF y compraban rublos. El resultado era que se ayudó de esta forma a apuntalar la divisa rusa y a reemplazar los ingresos «faltantes» del petróleo y el gas. No se permitió que los fondos del NWF se utilizaran para cubrir el déficit presupuestario, aunque sí se podían invertir.

¿Por qué he estado hablando en pasado? Pues porque todo cambió con la invasión a gran escala, cuando se eliminaron las normas presupuestarias. En su lugar, los ingresos excedentes del petróleo y el gas se han estado utilizando para financiar un aumento del gasto relacionado con la guerra. En 2022 hubo muchos ingresos adicionales (debido a los altos precios del petróleo), pero en 2023 y 2024 el NWF canalizó 4,5 billones de rublos adicionales al presupuesto.

¿Qué debemos añadir? Lo que te explicaba recientemente en este documento, en la línea del tránsito del gas ruso a través del Mar Negro... a esto debes sumar las adquisiciones de China, India... y Estados Unidos y Europa a través de la llamada "flota fantasma", de la que nos hablaba The Guardian, por ejemplo, ya en 2023. Esta flota reviste importancia estratégica debido a su papel en el mantenimiento de la posición del país como principal exportador de petróleo y en la generación de ingresos vitales por exportaciones y presupuesto. Esta flota ha permitido a Rusia aislar una parte significativa de sus exportaciones petroleras de la influencia de Occidente, de la que es cliente como otros Estados clave, lo que ha ayudado a Moscú a mitigar las sanciones. Rusia seguirá utilizando y expandiendo su flota fantasma y la red de empresas extranjeras asociadas con propiedad opaca para impulsar las exportaciones de petróleo y, en el futuro, las ventas de Gas Natural Licuado (GNL, en adelante).

Es evidente que no se puede descartar que las autoridades sancionadoras buscarán nuevas formas de imponer sanciones contra quienes participan en las actividades de la flota, y vamos a imaginar, que es mucho imaginar, que una aplicación más estricta de las sanciones interrumpirá las exportaciones petroleras rusas y aumentará los costos, pero aunque tal cosa sucediera esto no reducirá significativamente los volúmenes transportados. Además, debemos tener presente Rusia cooperará con la OPEP+ para impulsar los precios mundiales del petróleo, y hará lo propio con respecto del Gas Natural apuntando hacia Qatar, Irán... y en ambos casos, tanto petróleo a través de OPEP+ como con el caso del Gas Natural, se sumará Estados Unidos, que se mueve entre la cooperación, la ocupación de mercados en extrema competencia con Moscú, y la lucha de intereses en el caso último y final que tiene que ver con Oriente Medio y África y cómo enlazan ahí Europa y China, obsesión estadounidense que va a luchar por desbaratar como si le fuera la vida en ello, que le va, tanto como a Rusia le va la vida en otras cosas.

En este sentido, cabe que subrayemos la presencia de Arabia Saudita en la entente entre Rusia y Estados Unidos, pues las tres controlan el 40% de la producción mundial de petróleo. Y, tal y como señala Reuters, en las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia:

"Ambas partes afirman que desean negociar el fin de la guerra en Ucrania y discutir la posibilidad de importantes acuerdos comerciales"

Recordemos, en fin, que después de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, Estados Unidos, la UE y otras potencias aliadas desplegaron una ofensiva contra la industria petrolera rusa mediante:

1/ Imponer un límite de precio de 60 dólares por barril a las exportaciones de petróleo crudo ruso y de 100 dólares para los principales productos petrolíferos; y,

2/ Prohibir las importaciones de la mayor parte del petróleo crudo y los productos derivados del petróleo transportados por vía marítima desde Rusia.

A individuos y empresas se les prohibió enviar petróleo ruso a precios superiores a los niveles establecidos por el límite, y se negaron servicios financieros, de seguros y de corretaje a quienes se dedicaban a esa actividad.

¿Cuál fue la reacción de Moscú? Pues el inmediato anuncio que no enviaría petróleo a ningún país que se adhiriera a las regulaciones de precios máximos del G7. ¿Y a la vez que esto sucedía? Pues de forma simultánea Rusia desplegó una energía y capacidad de trabajo increíble para preparar rápidamente una gran "flota fantasma" de buques para mantener sus exportaciones de petróleo y productos petrolíferos. Esta flota fantasma incluye una "flota gris" —son los buques que ocultan su origen y propiedad para parecer respetuosos de la ley— y una "flota oscura" —que en este término se incluyen los buques que ocultan su origen mediante técnicas como la desactivación de sistemas de identificación automática o la interferencia de sensores electrónicos de localización, implicando el caso de la suplantación de identidad.

Aunque estas proporciones cambiarán a medida que Europa se convierte en un Superpower, en lo que respecta a las tierras raras: la capacidad de generar y gastar tierras raras es un indicativo de gestación de un poder global real, y esto va a cambiar en Europa, aunque a Estados Unidos quizás no le seduzca demasiado la idea.

No se trata de retórica ni de posiciones de negociación: son políticas dirigidas hacia la gestación de un Imperio, dejando atrás la República Imperialista estadounidense

Rosneft, que es la mayor petrolera rusa, estableció una red de empresas extranjeras de propiedad desconocida en todo el mundo, incluyendo China, Hong Kong, Oriente Medio, el Sudeste Asiático y Europa. Estas empresas comercializan y venden petróleo y productos derivados del petróleo de Rusia pero procedentes de otros países, como Kazajistán o Azerbaiyán.

La flota en la sombra se ha utilizado cada vez más para transportar cargamentos rusos después de que Estados Unidos intensificara la aplicación del límite de precios en octubre de 2023, cuando el Tesoro estadounidense comenzó a imponer sanciones a empresas e identificó buques que transportaban petróleo ruso con precios superiores al límite.

Los buques de la flota son en su mayoría antiguos, con una edad promedio de unos 18 años, y se estima que un tercio tiene más de 20. Algunos representan riesgos ecológicos considerables. Las aseguradoras occidentales no los aseguran; las compañías rusas sí, pero otras carecen de seguro. Adicionalmente, para comprender y aumentar la capacidad de discernimiento: el FT recogía, y cito textualmente, que:

"Los astilleros de la UE están reparando petroleros rusos de clase Ice y ofreciéndoles instalaciones de dique seco, lo que permitirá a Moscú seguir transportando gas a través del Ártico a pesar de las sanciones occidentales a su sector energético. Sin el trabajo de mantenimiento, proporcionado por el astillero Damen en Brest, Francia, y Fayard A/S en Dinamarca, la planta de GNL Yamal de Rusia tendría dificultades para acceder a mercados cruciales durante el invierno, cuando los precios del gas en el hemisferio norte están en su nivel más alto. Los dos astilleros han dado servicio a 14 de la flota de 15 buques cisterna especializados Arc7 que realizan envíos desde Yamal LNG, en la costa norte de Rusia, según imágenes satelitales y datos de seguimiento de escalas de Kpler, empresa de datos y análisis. Algunos buques hicieron escala en varias ocasiones."

Los principales destinos de los buques de la flota sombra rusa son India, China, Turquía y, en menor medida, Singapur, Brasil, Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bulgaria. Su petróleo y sus productos derivados se reexportan a menudo a otros mercados, a menudo con un certificado que indica un origen nacional diferente. El petróleo crudo ruso también se refina en países como India y luego se exporta a Europa y a otros países sancionados, como Estados Unidos. ¿Cómo se ha arreglado esto? Accediendo Estados Unidos con su petróleo (y el que hace pasar por suyo y es de Canadá, por ejemplo... o de otros orígenes), al mercado de India de la mano de Rusia.

He aquí un ejemplo de lo que estoy explicando.

Se estima que el número total de buques de la flota en la sombra de Rusia supera los 600, incluidos casi 400 petroleros, con una inversión en su pertrechado de unos 10.000 millones de dólares desde 2022.

De acuerdo con Vortexa y Windward, la flota gris rusa transportó alrededor de 1,4 millones de barriles de crudo diarios entre marzo de 2022 y abril de 2024, un aumento del 111 % con respecto al nivel anterior a la guerra. El volumen de productos derivados del petróleo transportados aumentó un 69 %.

Los volúmenes transportados por la flota oscura aumentaron respectivamente un 24% (crudo) y un 17% (productos) en los meses inmediatamente posteriores a la invasión. Sin embargo, los volúmenes disminuyeron ligeramente entre abril de 2023 y abril de 2024, ya que la flota gris absorbió la mayor parte de la carga.

El volumen de crudo transportado por las flotas gris y oscura en conjunto superó los 2 millones de barriles por día en marzo de 2024 y los 1,9 millones de barriles por día en abril del año pasado. La flota oscura transportó el 45 % de todo el petróleo exportado por Rusia en 2023.

Para mediados de 2024, la flota paralela rusa transportaba más del 70% de su petróleo y productos derivados del petróleo, lo que invalidaba el límite de precios, de acuerdo con la Escuela de Economía de Kyiv (KSE). La flota transportaba el 89% del crudo exportado y el 38% de los productos petrolíferos.

De hecho, Rusia ha creado una flota adicional: una flota fantasma para transportar GNL ( recomiendo la lectura de este artículo para el lector interesado: La flota fantasma de GNL aumentará en número – 22 de julio de 2024). Muchos de sus buques metaneros han sido registrados nuevamente en los Emiratos Árabes Unidos y la India. Se estima que podrían ser unos 50, nueve de los cuales se han identificado como buques fantasma.

En junio de 2024, la UE adoptó medidas dirigidas al GNL de Rusia, prohibiendo a sus entidades transbordar GNL ruso a países no pertenecientes a la UE y proporcionar asistencia técnica y servicios financieros y de intermediación conexos. A principios de agosto de 2024, imágenes satelitales captaron lo que posiblemente fue el primer buque metanero fantasma Pioneer cargando gas desde el Ártico ruso.

Hoy día 26 de marzo de 2025 empiezan a aplicarse las sanciones de la UE contra las operaciones de GNL de Rusia a través de los instrumentos como los que describo aquí. Es cierto, no obstante que la UE implementó una estrategia de diversificación de GNL para eliminar gradualmente las importaciones de gas ruso, pero lo cierto es que la UE ha venido aumentando la dependencia del GNL ruso, contrarrestando su estrategia de seguridad energética.

Así, la Comisión Europea y el Consejo Europeo acordaron acabar con la dependencia de los hidrocarburos rusos lo antes posible. Y para ese fin, la Comisión Europea optó por un enfoque de tres pasos:

1/ Acelerar las inversiones masivas en energías renovables en el marco de la REPowerEU;

2/ La reducción de la demanda de gas y reservarlo para su almacenamiento y consumo futuro; y,

3/ Diversificación del abastecimiento de combustibles respecto a los fósiles rusos.

Estos tres pilares estratégicos recibieron el sostén adicional en esta línea de la determinación de objetivos no secundarios, como son los de garantizar el suministro de energía a precios asequibles, preservar los mercados de la UE, evitar una gran desindustrialización de Europa y la propagación de la pobreza energética. Todos estos objetivos buscaron su armonización y coherencia con los valores promovidos por la agenda Fit-for-55, junto con la descarbonización de los sistemas energéticos de la UE.

Pero, paradójicamente, hemos de remarcar que una de las principales consecuencias de la estrategia de la UE en materia de GNL ha sido la creciente dependencia europea del GNL ruso. Aunque los países bálticos, que presentan evidentemente otras características, o algunos extracomunitarios, como el Reino Unido, han prohibido todas las importaciones de gas ruso, incluido el GNL, esto jamás se ha materializado en la forma de un embargo total del gas ruso dentro de la UE.

Fuente de la imagen. Esta imagen nos sirve para comprender la situación actual de la infraestructura rusa de gas a través de tubería sobre Europa.

En consecuencia, la dependencia de la UE del gas ruso ha pasado del 45-50 % de media en el período 2019-2021 a la situación que comenté ayer mismo en este documento.

Dados estos cambios de tan gran calado en el orden energético mundial, algunos exportadores de GNL han podido ampliar su cuota de mercado, caso de los estadounidenses, quienes, por ejemplo, en 2022, incrementaron sus exportaciones de GNL en un 11 % en comparación con el año anterior.

Resulta interesante que en el mismo año, Rusia aumentó las exportaciones de GNL en un 10 % anual, lo que reforzó la posición del país como cuarto mayor exportador del mundo en ese instante. Las estimaciones sobre la cantidad exacta de GNL ruso que llegó a la UE difieren. Esto se debe a la estrategia de las empresas energéticas de la UE de almacenar y reexportar volúmenes de GNL a otros mercados, incluidos los asiáticos, y a la gestión relativamente opaca de las infraestructuras de almacenamiento. Sin embargo, todas las fuentes coinciden en que en 2022 y 2023 un mayor volumen de GNL ruso fluyó hacia la UE, a menudo desviado de Asia hacia los lucrativos mercados europeos. Esta práctica persiste, cosa que pone de manifiesto la naturaleza estructural de esta interdependencia entre la UE y Rusia en materia de GNL, y continuará hasta que no se establezcan otras relaciones y capacidades en la proyección de Europa sobre África y Oriente Medio, donde Rusia cuenta con una estrategia de décadas enfocada tanto en el control de la competencia y fijación de precios de sus hidrocarburos como en la búsqueda de un espacio de negociación y lanzamiento de sus capacidades uniéndose a árabes, chinos, turcos y europeos en África. ¿Se dan cuenta que en esta lista no está Estados Unidos?

Para ser más precisos, la mayor cantidad de GNL ruso procede de la planta de GNL de Yamal, que se halla en el Ártico y está operada por Novatek, en asociación con empresas chinas y francesas.

Un elemento que hay que subrayar es la expansión paralela de las exportaciones rusas de GNL y la reducción de los flujos de los gasoductos ha elevado la cuota de GNL del 7 % al 40 % de todos los volúmenes de gas ruso que llegan a la UE, de modo que iremos a más importaciones de GNL rusos a través de terceros, utilizando una ingeniería a propósito para ocultarla.

El aspecto clave aquí es la forma en que en el mercado del GNL y a la que la UE se refiere, se sitúan como elementos claves Rusia, Estados Unidos y Qatar.

También debemos subrayar que la mayoría de los acuerdos contractuales existentes entre empresas de la UE y exportadores rusos de GNL expirarán dentro de 15 a 20 años. Y aunque es cierto que las principales empresas europeas afirmaron que no veían ninguna razón para dejar de importar GNL ruso, a menos que sea sancionado por las autoridades de la UE, cosa que cambió, en efecto en junio de 2024, cuando UE adoptó un decimocuarto paquete de sanciones contra Rusia, el primero con restricciones al gas ruso.

Sí que es cierto que el paquete prohíbe las reexportaciones de GNL ruso en aguas de la UE a partir de hoy, 26 de marzo de 2025, además de la prohibición de nuevas inversiones, a lo que se suma la prohibición europea respecto al suministro de bienes, tecnología y servicios destinados a nuevos proyectos de GNL ruso en construcción. Pero, vamos a ser claros, todo esto no constituye ningún tipo de impedimento para que los países continúen importando GNL ruso, más aún cuando se permite una excepción a la prohibición de transbordo cuando el destino de la carga es otro Estado miembro de la UE. Aunque quizás en un principio esta iniciativa podría perjudicar la reexportación de GNL ruso hacia Asia, el negocio del transbordo representa solo alrededor del 10 % de las exportaciones totales de GNL, y como ya he afirmado: se hallarán medios de sobra para continuar con este tráfico.

Y lo mismo sucede en otros ámbitos, como puede ser el acceso de Rusia a componentes clave de Occidente para su industria armamentística, aspecto este, el de la industria armamentística rusa que trataré en un documento en Hermes Kalamos, la revista académica digital del Instituto Symposium.

Bien, llegados a este punto, ¿qué cabe esperar respecto a la supuesta "inminente quiebra de Rusia"?

Lo que sabemos de cierto es que el presupuesto de Rusia para 2025 se calculó suponiendo un precio medio de 70 dólares por barril de crudo de los Urales y un tipo de cambio de 96,5 rublos por dólar, esto significaría unos 11 billones de rublos en ingresos de petróleo y gas, de los cuales unos 1,8 billones serían ingresos adicionales destinados al NWF. El precio actual del petróleo es de 65,490 dólares y se estima en un precio el barril de 68,23 dólares estadounidenses en un plazo de 12 meses, tal y como he explicado más arriba y a fecha de 26 de marzo de 2025; el tipo de cambio es de unos 84,07 rublos por dólar, lo que, si se mantiene en ese nivel, significaría un déficit de unos aproximadamente 2 billones de rublos, es decir un déficit de unos 22.122.860,00 euros de déficit. En ese caso, el NWF no se repondrá en absoluto.

Pero, imaginemos incluso que el gobierno de la Federación de Rusia decide seguir adelante e invertir 1 billón de rublos (como estaba previsto en el presupuesto), todavía quedará una liquidez significativa en el NWF. De hecho, aunque se gastara todo el NWF, esto no significaría la quiebra de la economía rusa en absoluto: el déficit presupuestario podría cubrirse fácilmente mediante préstamos. Aunque, eso sí, sería ciertamente algo incómodo para el Kremlin perder el NWF por completo.

Junto con las normas presupuestarias, las operaciones con activos líquidos del NWF son la única herramienta de que disponen las autoridades para influir en el tipo de cambio del rublo, que es políticamente sensible. En tal caso, es evidente que Rusia podría simplemente abandonar su enfoque de determinación del valor del rublo, más o menos basado en el mercado.

¿Existe alguna prueba o evidencia que vaya en esta dirección que acabo de señalar en el párrafo anterior? Absolutamente no. Nadie en Moscú parece estar considerando esta posibilidad en este momento, porque se cree que el enfoque actual ayuda a mantener estable el sistema financiero a pesar de las turbulencias de la guerra en Ucrania.

¿Y que sucedería si los ingresos del petróleo y el gas sufrieran una caída prolongada y significativa? Pues en tal caso las autoridades tienen otros medios para reponer el NWF. Por ejemplo, podrían vender algunos de los activos no líquidos del fondo, que incluyen una participación mayoritaria en el prestamista estatal Sberbank, además las negociaciones con Estados Unidos apuntan a una serie de cosas interesantes en este sentido a favor de este escenario, llegado el caso. Esto reduciría el valor total del fondo sobre el papel, pero preservaría una herramienta para influir en los tipos de cambio. No obstante, algo que podría resultar más sencillo sería transferir parte de las reservas de oro y divisas de Rusia al NWF. Incluso excluyendo los activos actualmente congelados en Occidente, estas reservas ascienden a unos 30 billones de rublos (350.000 millones de dólares), o casi 10 veces el valor actual del NWF. Eso permitiría a Rusia seguir suavizando las fluctuaciones de ingresos y los picos y valles de las divisas.

En conclusión, el NWF durará varios años más y, aunque se agote, no supondría un desastre inmediato. En cambio, las verdaderas amenazas para las finanzas y la economía de Rusia residen en acontecimientos repentinos e impredecibles, así como en una caída a largo plazo de los precios del petróleo o en unos niveles de gasto elevados y sostenidos que no están respaldados por los ingresos.

Por otro lado, en los meses de enero y febrero, los precios subieron significativamente en la Federación de Rusia, generando dudas razonables sobre si la desaceleración de la inflación es sostenible. A pesar de la reducción de los préstamos, la demanda sigue siendo alta, señalaron los analistas del Banco Central. La oferta monetaria sigue creciendo rápidamente como resultado del crecimiento del crédito y del gran déficit presupuestario; y hay un auge continuo del consumo en la mayoría de las regiones, impulsado por el aumento de los salarios y las bonificaciones.

En suma, las expectativas públicas de inflación han disminuido, pero siguen siendo altas. Recordemos que a principios de este año, la inflación se desaceleró hasta alrededor del 10 % interanual. Los precios de los productos animales (carne, lácteos y pescado) se han desacelerado, y los precios de las frutas y verduras están aumentando más lentamente de lo que cabría esperar.

A su vez, las expectativas de inflación pública en febrero, así como las expectativas de precios de los fabricantes, cayeron por primera vez desde septiembre. No obstante, ambas expectativas siguen siendo altas, lo que aumenta el riesgo de crecimiento de los precios por inercia. Por otro lado, la subida repentina de los salarios ha estimulado la demanda y el ahorro de los consumidores. Además, un rublo que empieza a moverse en posiciones de algo más de fortaleza, impulsado por factores estacionales, así como las mayores esperanzas de una distensión geopolítica, han mejorado aún más la confianza de los consumidores. Entre el 4 y el 10 de marzo, la inflación semanal se desaceleró del 0,15 % al 0,11 %. En el sector alimentario, el crecimiento de los precios fue del 0,18 %. La inflación anual cayó muy ligeramente del 10,07 % al 10,06 %. El Banco Central indicó que la inflación en el primer trimestre podría alcanzar el 10,2 %. A lo que hay que sumar que, por primera vez en la historia de Rusia, en 2024, el Estado recibió más del impuesto sobre la renta de las personas físicas que del impuesto de sociedades, según declaró el Servicio Federal de Impuestos en un comunicado de prensa el mes pasado. Las declaraciones del impuesto sobre la renta ascendieron a 8,4 billones de rublos el año pasado, frente a los 8,1 billones de rublos de impuestos de las empresas. Anteriormente, las empresas siempre habían hecho la mayor contribución. El aumento de las declaraciones de la renta se produce en un contexto de importantes subidas salariales: en 2024, el salario medio mensual aumentó un 19,3 % hasta los 87 952 rublos. Teniendo en cuenta las prestaciones y las bonificaciones, la cifra ascendió a 128 665 rublos. Este año, los tipos del impuesto de sociedades aumentarán hasta el 25 %, y Rusia introducirá un impuesto sobre la renta progresivo de hasta el 22 %.

Me van a permitir un guiño personal a este comentario. ¿Tiene alguna aplicación a lo aquí expuesto? Podría ser... o quizás no.