Esta mañana empezaba el día como siempre, leyendo diferentes artículos y análisis. Así, he dado con este artículo de The Economist sobre el que he escrito el siguiente hilo en la cuenta de Twitter del Instituto Symposium:
La profesada defensa de la libertad de expresión de Elon Musk, que cuenta con un gran impacto y aceptación entre la actual hegemonía del GOP, que se ha venido quejando amargamente de que los controles sobre la difusión de la desinformación en línea son una afrenta a sus libertades. Esto está teniendo un gran impacto en quién usa Twitter. Mucha más gente sigue cuentas de izquierdas en la plataforma que de derechas.
Así, Marjorie Taylor Greene, que es una teórica de la conspiración y está en la esfera de Donald Trump en la Cámara de Representantes, estaba muy animada el 27 de octubre, y tuiteaba cuando Elon Musk, el autoproclamado nuevo "jefe de Twitter", tomó por fin el control de la compañía:
En el mes de abril, con el anuncio del interés de Elon Musk en adquirir Twitter, The Economist trazó cómo el centro de gravedad de Twitter se estaba desplazando hacia la derecha. ya que los senadores republicanos ganaron casi 160.000 seguidores en la plataforma de microblogging.
Bien, el pasado día 28 de octubre de 2022 Elon Musk tuiteaba el siguiente mensaje:
Y en esta cruzada de Elon Musk se ha buscado muy buenos socios para tal fin:
¿Un oxímoron?
Pero sigamos.
En los cuatro días siguientes a la toma de control efectiva de Elon Musk de Twitter, los congresistas republicanos ganaron colectivamente unos 470.000 seguidores, o una media de 1.800 cada uno. El aumento de seguidores al día siguiente de la firma del acuerdo fue algo más de la mitad del incremento registrado en abril. La Sra. Taylor Greene fue la que más ganó entre los republicanos en los cuatro días posteriores al acuerdo: el número de seguidores de su cuenta oficial creció un 7% (su cuenta personal fue baneada en enero). Lauren Boebert, otra representante republicana vinculada a QAnon, la delirante teoría de la conspiración, la siguió de cerca con un aumento del 5%. En la misma línea iba el propio Elon Musk, que tuiteaba un enlace a un medio conocido por su información falsa y con un sesgo ideológico muy concreto, en concreto la noticia hacía referencia al marido de Nancy Pelosi.
El derecho a la información se constituye como un derecho subjetivo de libertad que cumple una función de garantías en las sociedades democráticas. Así, las Constituciones de los Estados democráticos tienden a concebir el derecho a la información o la libertad de expresión como derechos humanos, reconociéndolos y protegiéndolos con sistemas específicos de garantías. El derecho a recibir información veraz se ha convertido en uno de los principales fundamentos de la democracia, y ha de ponerse en aras de permitirnos consolidar una opinión pública plural y libremente formada. Por consiguiente, el pluralismo implica una diferente visión de análisis de la realidad social, y esto supone que un mismo hecho puede ser explicado de diversas y plurales maneras, en un ejercicio de la libertad informativa, dejando patente que todas esas formas son veraces. Pero implica y requiere veracidad, no difundir información falsa y conspiranoica que persigue unos fines concretos de manipulación para alinear a la población con unos fines espurios y de dominación.
De modo que ya tenemos una definición bastante precisa de lo que se entiende por "libertad de expresión" por parte de la actual hegemonía del GOP, en la que hay que incluir a Elon Musk: difundir información falsa con un sesgo ideológico muy concreto, en este caso en el contexto de estar a escasos días de las midterms, obviamente esto espera tener un impacto sobre los Demócratas y romper su control del 118 Congreso, y otros aspectos, que se decidirán el 8 de noviembre de 2022. Resulta interesante, a su vez, esta entrevista en la que Fiona Hill afirma que: ‘Elon Musk Is Transmitting a Message for Putin’, dentro de un contexto marcado por sus planes para Ucrania y Rusia. En el mismo sentido tenemos que a Rusia no le gusta el uso que hace Ucrania de Starlink, sin embargo el Sr. Musk tomaba la siguiente decisión:
La tendencia es justo la contraria con los demócratas en ambas cámaras respecto a Twitter. Sus representantes en la Cámara y el Senado perdieron 420.000 seguidores entre el 27 y el 30 de octubre, una media de 1.600 cada uno. Los nombres más importantes de la izquierda recibieron golpes más duros. La vicepresidenta Kamala Harris, la senadora demócrata Elizabeth Warren y el senador progresista Bernie Sanders perdieron más de 35.000 seguidores desde la adquisición (aunque eso supone menos del 1% de sus seguidores).
Es probable que estos cambios sean el resultado de la incorporación de usuarios de derechas a la plataforma y de la salida de usuarios de izquierdas. En abril, Twitter dijo que los cambios repentinos se debían a la creación y desactivación de cuentas.
Los seguidores de las cuentas demócratas siguen superando a los de las republicanas, así que, en todo caso, la plataforma se está equilibrando más entre los dos partidos. Pero la oleada de nuevas incorporaciones puede estar teniendo ya un impacto. Un análisis realizado por Bloomberg descubrió que las menciones de un insulto racial no especificado en la plataforma aumentaron un 1.300% tras la adquisición del Sr. Musk. La palabra se tuiteó 170 veces cada cinco minutos. El Sr. Musk ha insistido en que Twitter "no puede convertirse en un paisaje infernal de libre acceso". Bien, lo que es evidente es que los primeros signos no son precisamente prometedores, en ningún aspecto.
Resulta interesante que en mayo de 2022, el Sr. Musk dijo que no podía "seguir apoyando" a los Demócratas y que, en su lugar, votaría a los Republicanos; y, argumentaba el Sr. Musk que fue el apoyo de Biden a los sindicatos y algo tan abstracto como su incapacidad para "conseguir muchas cosas". Este aspecto resulta muy interesante.
¿Qué busca realmente Elon Musk? La respuesta es implantar un modelo y dominarlo
Empezamos a situar ya los sillares de la nueva revolución industrial, que además va a ser energética, y lo hacemos en plena transición de hegemonía hacia la construcción de la hegemonía global y definitiva: los diferentes actores toman y fortifican sus posiciones para desatar una competencia por la hegemonía furiosa, de una gran intensidad. Esto define nuevos campos, campos aún futuristas pero que empiezan a materializarse. De la misma manera en que en el mundo de entreguerras la formación de un nuevo capitalismo futurista se afianzaba en un mundo bastante similar a este, sólo que a muy gran escala, con una gran concentración vertical y horizontal a nivel empresarial y otros factores. Trabajé estos aspectos en este documento, para quien desee ver una analogía y una serie de anticipaciones sobre la eventual hoja de ruta.
Una de estas revoluciones tiene que ver con en el precio del acceso a la órbita y la estandarización de la construcción de satélites, cosa que ya ha sucedido, y que han propiciado la aparición de una nueva economía espacial, aspecto sobre el que trabajé en un documento ahora hace algo más de un año. En definitiva, estamos ante una suerte de democratización del espacio, y sigue de una manera lenta pero continua y clara el modelo de la aviación. Por de pronto, estamos ante la fase de lucha entre bloques, donde hay que contar todas las herramientas y capacidades industriales y tecnológicas, además de financieras, y lo que antes eran sueños ahora empiezan a materializarse aceleradamente alcanzando la categoría masiva de usuarios y usuarias de un catálogo de servicios que ya empieza a hacerse presente y que afectará a otros elementos productivos. Este proceso es ultrarrápido, y uno de los motivos podría ser, entre otros, que está siendo impulsado por una sola generación, de manera tal que estamos ante los autores de las próximas normas, tanto corporativos como legislativos.
Por situarnos en los ejes necesarios para leer correctamente todo lo sucedido, y podernos anticipar, será necesario señalar, aunque sea brevemente, el desastre del transbordador Columbia, el cual se hizo absolutamente patente en 2011, cambiando la NASA y situándola en el campo del impulso de uno de los diferentes pilares industriales que se están abriendo paso. Había que sustituir el transbordador Columbia, y de paso salvar a la NASA, y en ese contexto tenemos a alguien que tiene un sueño: Elon Musk. El presidente Obama decidió que, por el momento, una buena idea podría ser trabajar en clave de dar un impulso a la colaboración internacional haciendo volar a sus astronautas a bordo de la nave rusa Soyuz, y con ello se abría también una puerta hacia Moscú que Putin decidió tomar y seguir su propia estrategia fruto de la idiosincrasia del capitalismo ruso. Mientras tanto, había que encontrar una nueva nave. La NASA decidió dar una oportunidad al sector privado, primero a las naves de suministro de la ISS y luego a una nave espacial tripulada. Se seleccionaron dos fabricantes, entre ellos SpaceX (empresa fundada en 2002) con su nave de carga Dragon, posteriormente Crew Dragon. Este proceso crearía el New Space, algo de lo que he hablado en otro documento hace ya más de dos años.
En concreto, Bill Gerstenmaier, director de vuelos tripulados de la NASA en aquel momento, se arriesgó a depositar la confianza de la institución en SpaceX cuando el cohete Falcon 9 no había volado nunca, confiándole a SpaceX 12 vuelos, y con ello salvó a la empresa de la insolvencia. Hasta entonces, Elon Musk, con su fortuna de entonces, y sus cofundadores sólo habían conseguido hacer pruebas. La confianza de Gerstenmaier permitió a SpaceX demostrar al mundo su idea, y posteriormente su negocio. Por cierto, si desea saber algo más sobre una posible propuesta para integrar esta economía en España, elaboré una somera propuesta en este documento. Sobre este particular, es muy recomendable el libro Liftoff: Elon Musk and the Desperate Early Days That Launched SpaceX, de Eric Berger.
Es así como llegamos al elemento central: la reutilización. El Falcon 9 es el único lanzador semipesado, de momento, que es enteramente de fabricación estadounidense, porque los demás utilizan motores rusos. La reutilización de la etapa principal permite ahorrar drásticamente en la producción de los motores y la estructura, que representan una parte considerable del precio del cohete. Sin embargo, SpaceX se ha encontrado con la extrema complejidad de la recuperación y ha experimentado muchas pérdidas de material antes de dominar completamente la técnica. Tal y como se explica de una manera muy gráfica en este enlace, SpaceX calcula que la renovación de un propulsor principal cuesta unos 200.000 dólares por vuelo, frente a los 15 millones de dólares de un propulsor nuevo. Un booster puede reutilizarse más de diez veces.
Es decir, que con el Falcon 9, SpaceX se centra en un enfoque de bajo coste para acceder a la órbita y romper todos los precios de la misma manera que las compañías de bajo coste lo hicieron en la industria aérea. Tras el modelo de negocio de SpaceX se está rompiendo con la carísima dimensión artesanal en la construcción y que se basa en dos pilares:
1/ Motores más pequeños; y,
2/ Fabricación en cadena.
Esta es la nueva metodología que convierte en eficiente este proceso permitiendo lanzar una industrialización con aplicación a varios aspectos y sectores, y que se convierte en la esencia del New Space.
A esto se añadirá otro pilar:
3/ La miniaturización.
Y es que por décadas, un satélite debía pesar al menos varios cientos de kilos, o incluso toneladas, con un impacto en el presupuesto que pasó a elevarse a cantidades que se situaban entre los 300 y los 800 millones de dólares. Pero, en el año 2003 se probó por primera vez un concepto: el CubeSat. Este concepto se basa en una unidad de volumen representada por un cubo de 10 centímetros, el nanosatélite por consiguiente pesa sólo unos pocos kilos, cosa que abarata la fabricación y el envío a la órbita, fijándose en unos 200.000 dólares.
De manera que, para aprovechar toda esta ofensiva, que se impulsó desde las universidades, durante la década de 2010, nos encontramos con una verdadera expansión de proyectos de constelaciones de satélites, con posibles aplicaciones cada vez más diversas y con un ecosistema que se impulsa y crece. Mientras que la reutilización apenas empieza a salir de la esfera de SpaceX, para terror de Elon Musk, el concepto de CubeSat se está convirtiendo en un éxito mundial y en la base de una nueva economía que busca reducir la complejidad excesiva.
El negocio es solvente y permite ofrecer aplicaciones que antes eran prerrogativa de los expertos, es decir, defensa, agencias o institutos de investigación, pero se apunta, y ya se empieza a materializar, también hacia la población civil.
La política estadounidense, seguida en todo el mundo, incluida China, pretende desarrollar todo este ecosistema, cuya existencia es posible gracias a las dos revoluciones básicas que he mencionado más arriba. A las invitaciones a invertir, la creación de fondos de inversión, los Estados multiplican los contratos público-privados y subcontratan lo que antes hacían sus expertos, y la competencia se dispara al entrar actores no ya de Estados Unidos o China, también de la Unión Europea... y de África, Asia y Oceanía, y a los actores consolidados de siempre se les suman otros actores que merecen especial atención, como India, además de Emiratos Árabes Unidos (y su vinculación con Israel y/o China), además de Pakistán (también cercano a China), Egipto (la sombra de China o Rusia se alarga), Nigeria, Marruecos y Nueva Zelanda, por ejemplo.
En lo que respecta a la legislación, el espacio parte de casi nada, con lo que, particularmente desde la desregulación de la administración Obama, al final el peso radica en la costumbre y el sentido común práctico que han impuesto a los demás los grandes actores estatales y los actores privados que han crecido bajo el paraguas de la administración pública, caso de la NASA con la propia SpaceX y otros elementos.
Estamos presenciando el elemento típico de las industrias futuristas cuando empiezan a entrar en la realidad en una pugna por la formación de una nueva hegemonía global, y que pasa por abandonar ciertas formas de una suerte de artesanía avanzada para pasar hacia un modelo fordista y la producción en masa, anunciando una revolución en el trabajo. Claro, en este contexto nos acercamos a un cambio también sustancial: hace falta una gran concentración vertical y horizontal, y esto está en camino, y por otro lado, las grandes administraciones han aprendido a ser más reactivas al cambio de ritmo y necesitan dominar todos los elementos en la lucha por la hegemonía global, ahora definitiva.
Sobre todos estos elementos, Elon Musk ha ido posicionándose y contando con transferencias de rentas por diferentes medios, siendo los poderes públicos el elemento central. Sin Obama no existiría Elon Musk, de hecho estaría absolutamente en bancarrota. Y gracias a ello, el resto de proyectos han ido hallando financiación, que en última instancia también se ha beneficiado de la expansión cuantitativa, porque los grandes inversores han tomado el dinero del mercado y lo han llevado hacia Elon Musk, porque daba mucho rédito en forma de capitalización bursátil y otros factores.
De hecho, los presupuestos espaciales gubernamentales impulsados por la exploración espacial y la militarización alcanzaron una inversión récord de 92 mil millones de dólares en 2021 a pesar del covid, con un pronóstico de 1 billón de dólares durante la década presente.
Las capacidades de China, y la irrupción de otros actores junto a potenciales socios y la forma en que China los capta (y los dominará), hace que estemos ya ante una división de bloques tecnológicos, industriales, de investigación, y un amplio etcétera. Lo explicaba en este breve pero fundamental comentario, y de hecho, lo que suceda en estas midterms puede afectar muy negativamente a Occidente, aunque beneficie muy personalmente a Elon Musk, por ejemplo (y a él le da exactamente igual Occidente, lo que le preocupa es cortar cuanto antes el corporativismo liberal, imponer el autoritarismo, que no haya sindicatos salvo que sean verticales y poner las mejores condiciones imaginables para sus sueños de dominación en régimen de monopolio o cuasi monopolio, con transferencias públicas de capital y unas condiciones financieras que optimicen sus ventajas destruyendo la democracia y la sociedad como consecuencia... pero como él piensa situarse arriba con "alas de pájaro azul", pues le parece fenomenal). En este sentido, Bezos, China, la Unión Europea (léase aquí las acciones con Rusia y sus propuestas diplomáticas... dentro de la esfera del GOP de Trump, por cierto), y la Fuerza Espacial de Estados Unidos chocan y se enfrentan a las realidades muy terrenales de la guerra, los altos costes e incluso el rejuvenecimiento con esta nueva generación que intenta tomar el relevo y dibujar una nueva imagen para el espacio.
Resulta también interesante que Bezos, al frente de la competidora Blue Origin, demandaba a la NASA por favorecer a SpaceX, aunque perdió el caso. Pero lo relevante es la competencia por un espacio que podría estar enfrentando una transformación de gran calado. Además, la empresa espacial de Bezos ha logrado un excelente contrato para el proyecto lunar. De ahí que Elon Musk cargara contra la gran producción de Amazon, The Rings Of Power, todo lo que sea atacar a tu competidor, que además tiene una posición importante en The Washington Post, es algo que no debe pasar por alto, a pesar de que Bezos, por lo menos de momento aunque podría ser inteligente cambiar de política sindical, sigue en la línea de Musk, a pesar de haber hecho ya algún movimiento que juzgo interesante respecto a los derechos sindicales, y también cabe señalar que, para disgusto y preocupación del Sr. Musk, el movimiento sindical en Amazon ya se ha empezado a anotar victorias que pueden tener un gran impacto en los derechos laborales: otro motivo más de odio de Musk hacia Bezos.
A su vez, también las acciones de Tesla perdían valor, por ejemplo a finales de 2021. Señalemos también un hecho: hay diversas dudas sobre la conveniencia del motor eléctrico, en lo que Tesla es un buque insignia, porque es como una soga al cuello de Occidente para beneficio de China, que domina ampliamente este sector en todos los aspectos, concentrando la ventaja también en la región de Asia Oriental (les recomiendo la lectura de este artículo). Contra esto sólo cabe una solución, que está tomando cada vez más forma: el motor de hidrógeno. Claro, esto perjudica a Tesla, Chevrolet... pero también a Volkswagen, aunque no a BMW en el caso de Alemania. En Asia Oriental las dudas de Toyota también podría enclavar al fabricante japonés en la esfera de ruptura con respecto a China y sus sueños de dominio, totalmente fundamentados, del coche eléctrico y de la conquista de los mercados de Asia y Europa, además de los de América y África. Adicionalmente, Tesla enfrenta una demanda por contar con información privilegiada.
Un factor que inquieta enormemente a Elon Musk y a los neoliberales es la cuestión de la inflación y los tipos de interés. No. No están mirando por su bolsillo. Miran por sus intereses. De hecho, es el desencadenante de este gran cuestionamiento de la conveniencia de seguir según qué rutas hacia la descarbonización y tiene que ver con la subida de los tipos clave de los bancos centrales americanos y europeos. Se ha estado haciendo todo lo posible para que se pospusiera el máximo de tiempo posible y seguir apoyando a las empresas, como las de Elon Musk, y al poder adquisitivo durante el mayor tiempo posible. Pero las enormes cantidades de liquidez creadas por la munición diversa de carácter monetario y fiscal a disposición de los bancos centrales y los gobiernos, que estuvo presente con gran intensidad durante 2021: baja fiscalidad, aumento del gasto público, endeudamiento, monetización de las deudas, tipos de interés a la baja, han ido conduciendo a una devaluación monetaria que contribuye a la tendencia inflacionista, la cual se ha disparado por diferentes causas tanto en Estados Unidos como con Europa como consecuencia de la guerra de Rusia en Ucrania, que también ha presentado otras consecuencias. El problema ha sido que cuanto más fue empeorando la inflación, con la guerra de Rusia en Ucrania como punto álgido que recoge el desastre causado por las ambiciones y errores de Alemania en Europa, más caro ha venido resultando el funcionamiento de la economía en términos de bienestar social y costes de producción, cosa que ha venido reduciendo el impacto del esfuerzo realizado. A esto cabe añadir la estrategia rusa sobre este aspecto orientada hacia derrotar a los demócratas y sacarlos del Congreso en las próximas midterns y posteriormente de la Casa Blanca en 2024.
Sobre esta cuestión conviene repasar el siguiente texto, recientemente publicado, y que aplica directamente a oligarcas como Elon Musk:
Precisamente, un elemento de esa convergencia llegó a través de lo que los juristas llaman la "revolución de los derechos". Se trata de la sucesión de acciones del Congreso y del Tribunal Supremo, sobre todo a partir de la década de 1960, que reforzaron el suelo de los derechos nacionales y redujeron la capacidad de los estados para restringir esos derechos, elemento central de la situación que analizamos en la primera parte. Los momentos determinantes de dicha revolución fueron la aprobación de las Leyes de Derechos Civiles y de Derecho al Voto y las decisiones del Tribunal Supremo que derribaron las prohibiciones estatales sobre la anticoncepción, el matrimonio interracial, el aborto y, mucho más tarde, las prohibiciones de las relaciones íntimas y el matrimonio entre personas del mismo sexo, a lo que se sumaba el avance de una economía donde los impuestos tenían un papel igualitarista y nivelador y de una economía impulsada desde la planificación estatal. Y es aquí donde entra la recepción en 1941, y que cabría leer como una forma de contener el New Deal, de Burnham (2019) transformado abiertamente en neoconservador con el tiempo, por parte de los partidarios del neoliberalismo afianzado y que tuvieron que ceder ante los desafíos de la época de la Segunda Guerra Mundial y su posguerra: todo esto resulta que no es más que una dictadura comunista, según el mantra, totalmente interesado, del neoliberalismo y su fuerte ofensiva. Keynes defendía que se negociaran políticas de ingresos y salarios a través de sindicatos libres, gremios patronales y gobierno, manteniendo como siempre al parlamento. Tal y como acabo de explicar, la Segunda Guerra Mundial puso en competencia al New Deal con los modelos fascista y potencialmente con el de la URSS, y acabó por definir al sistema ganador convirtiéndose en el más palpable éxito que podía tener la intervención estatal masiva para desarrollar aceleradamente la producción, reducir las desigualdades y acabar con el autoritarismo.
Por consiguiente, lo que Keynes al final pone de manifiesto es que cuando una sociedad es hiperfinanciera y hay grupos inversores rentistas, bajo la justificación de la moral victoriana y una lectura interesada de la ética protestante de la frugalidad y el ahorro, entonces se especula y se acumula el ahorro poniéndolo en una situación perdedora respecto a la inversión, cosa que lleva a situaciones de subempleo crónicas, de las que se benefician las industrias futuristas del momento al introducirse, porque empujan los salarios a la baja y destruyen derechos sociales y laborales. Lo que propone Keynes es que se beneficie en un pacto social descendente a aquellos grupos de interés que pugnen por capturar las rentas que surgían de la actividad del Estado en torno a su gasto compensatorio del faltante privado, interesado en contener esta ofensiva, seguir especulando, contar con un mercado laboral muy favorable e imponer líneas autoritarias. El gobierno, por consiguiente, podía determinar el nivel de demanda agregada pero no debía interferir ni en la producción ni en la fijación de precios. La estabilidad de los salarios es un factor que debe considerar como importante y su crecimiento tendería a reforzar más la demanda agregada que a comprometer la rentabilidad de los empresarios.
Phillips (1969) demuestra que el empleo tendía a aumentar bajo situaciones de demanda intensa e inflación, no así las condiciones para el rentismo y las malas condiciones laborales, y esto tiene un impacto sobre la democracia, directamente proporcional a la forma en que ataca los cimientos de la desigualdad y del autoritarismo. El pleno empleo tenía como costo 'algo de inflación", y eso implicaba una política concreta de tipos de interés que incentivaba acabar con el rentismo y todo lo que trae asociado, y que había que pagarlo porque el alto empleo era un compromiso de la democracia liberal frente a la población.
Aquí tenemos todos los elementos indicativos, a la ya mencionada negativa a los sindicatos de Musk, se sumaría la negativa a pagar impuestos acorde con su estatus económico e ingresos, a pesar de haberse beneficiado del dinero público y las políticas públicas. Sus posiciones son absolutamente contrarias a la igualdad, y así hay que leer su particular "guerra cultural" (no es sentido común, o mejor dicho, sí lo es: se trata del sentido común neoliberal y la forma de imponerlo con fines autoritarios, que son los que despliega la actual hegemonía de los republicanos). En este sentido, Elon Musk defiende el modelo chino, por ser precisamente lo que él desea: o no hay sindicato o si lo hay es un sindicalismo vertical en un contexto de sindicato único con un partido único. O dicho de otra manera, para Musk los demócratas han abandonado la senda de confluencia con ciertos pensamientos económicos en un momento en el que a él no le conviene nada de todo esto. Debido a que el corporativismo de la URSS ha desaparecido, nos quedan dos posibles corporativismos en este contexto: o el autoritario, o bien el mismo en que se construyó el New Deal.
De igual manera, Elon Musk en agosto de 2022, escribió un artículo para China Cyberspace, la publicación oficial de la Administración del Ciberespacio de China, cuyo cometido principal es el de hacer cumplir la censura de Internet en China, y paradójicamente y por increíble que parezca, me van a permitir el sarcasmo, resulta que la redacción del artículo de Musk estaba en conflicto con su supuesta defensa de la libertad de expresión. Más recientemente, Musk abogó por que Taiwán se convirtiera en una región administrativa especial de China, lo que generó críticas de los legisladores taiwaneses que tildaron las declaraciones de Musk de "mal informadas"... o igual es que los mal informados son los legisladores de Taiwán.
El hecho de que Tesla, una empresa que acaba de superar los 20 años, y en la que se han invertido más de 20.000 millones, y cuya valoración alcanzaba el billón de dólares a finales de 2021 tras un aumento del 40% en el valor de sus acciones en 2021, sin embargo presente dificultades para satisfacer la demanda que resulta del desequilibrio entre las promesas de su márketing dirigido a captar inversiones y la realidad de su capacidad de producción. Tesla tiene problemas para producir lo suficiente y además sigue produciendo vehículos muy caros que aún no son autónomos (aunque se suponía que lo serían en 2020 según el propio Elon). Recordemos que China cuenta con trescientos fabricantes de vehículos eléctricos, y el monopolio de la tecnología en todos los aspectos, cosa que hace que los precios bajen y la calidad aumente y, por supuesto, tiene en el punto de mira los mercados europeos jugando con Volkswagen y sus ambiciones para repetir la estrategia con Hamburgo: penetrar en Europa vía Alemania. Como resultado, el precio de un Vehículo Eléctrico chino ha bajado un 47% en 10 años, mientras que en Europa ha subido un 28%. Lo sucedido en Italia cabe leerse, entre otros factores, como un reposicionamiento de Occidente respecto a la agenda con China y a un giro estratégico en su capitalismo.
Resulta interesante también que Elon Musk fundó Paypal con Peter Thiel, el cual recientemente ha dejado Facebook... para centrarse en diseñar una campaña que lleve a Trump a la Casa Blanca en 2024, o a un sustituto en caso de que sea necesario, en este sentido también Elon Musk ya se ha pronunciado a favor del gobernador de Florida, De Santis mientras que también anticipa una gran victoria de los republicanos, obviamente está en ello. A ver cómo le puede sentar a Trump que lo utilicen como ariete para que De Santis sea el presidente, llegado el caso.
En este momento es más que conveniente que entiendan la forma autoritaria y cómo se construye en nuestros días leyendo el siguiente artículo:
En fin, antes de llegar a esta situación, Elon Musk ha estado poniendo recurrentemente en sus redes sociales la siguiente imagen:
Conclusiones
Es evidente qué persigue Elon Musk con sus acciones y el uso de Twitter es una parte fundamental, que él mismo anunciaba meses antes porque se vio en la necesidad de seguir una nueva estrategia que ahora cristaliza:
Sobre la forma en que se ríen y de lo que se ríen personas como Elon Musk les recomiendo la lectura de este análisis:
Sobre la forma en que Elon Musk asume el rol de D. B. Norton en la película de Frank Capra y con qué fines les recomiendo este análisis:
Y por último, pero no por ello menos importante, si quiere conocer en qué se fundamenta esa forma de retorcer el derecho de la libertad de expresión y la estratagema clásica de los oligarcas para imponer sus puntos de vista utilizando la democracia para pervertirla y el papel que los medios de comunicación de masas, ahora también las redes sociales obviamente, juegan en este proceso es absolutamente fundamental que lean el siguiente artículo: