Buenos días y buen principio de semana,
El Trazo de Kalamos de hoy va a ser extenso, pero porque la situación lo requiere. Hablaremos esta semana, en el Trazo de Kalamos, de la alianza franco-italiana y del acuerdo de gobierno de Alemania, entre otros temas.
"La idea fija". Es este el título de un libro de Paul Valéry escrito en los albores de una década que acabaría en la Segunda Guerra Mundial, y contiene el diálogo entre un médico y un paseante durante sus días de asueto frente al mar. En el diálogo aparece la siguiente sentencia: "Lo más profundo que hay en el hombre es la piel".
En el diálogo entre el médico, que pesca y pinta (sin hacer una cosa ni otra) y el transeúnte y las ideas entre ambos que surgen en la conversación, aparecen los temas que obsesionan a Paul Valéry, la condición del tiempo, adecuación del lenguaje y discurso, naturaleza del intelecto, la posibilidad de un orden en el mundo. A su vez, a mí este título y esta idea, "Lo más profundo que hay en el hombre es la piel" siempre me ha retrotraído a la novela que catapultó a la fama a Honoré de Balzac, "La piel de zapa", que aborda el clásico de la venta del alma al diablo, que en la sociedad burguesa es la omnipresente ley del dinero y de los deseos, y que en la novela es un talismán de piel curtida, donde se mezcla la ambición, la juventud, la posesión de la riqueza y el afán de quemar deseos.
¿Qué tiene que ver "La idea fija", su frase "Lo más profundo que hay en el hombre es la piel", "La piel de zapa" y la geopolítica?
Pues mucho, y lo vamos a ver juntos.
El acuerdo franco-italiano
Empezaremos por el eje que se ha establecido entre Francia e Italia. El pasado 26 de noviembre el Financial Times recogía el siguiente comentario del hombre que salvó al euro, y con él el desastre de Mariano Rajoy, entre otros. El prestigioso diario, titula citando a Mario Draghi: Draghi insta a la UE a hacer frente a la inevitable ''reforma de las reglas fiscales".
Continúa el Financial Times citando a Emmanuel Macron y Mario Draghi, diciendo:
Los líderes abordaron la necesidad de una mayor coordinación de la UE sobre las normas presupuestarias, la inversión y la migración, y abordar otros desafíos comunes como la transición energética. "En cuanto a las reglas presupuestarias que estaban en vigor hasta antes de la pandemia, ya habían demostrado ser insuficientes desde la crisis financiera [global]", dijo Draghi en una conferencia de prensa en Roma el viernes. “Hoy la revisión [de las normas] es inevitable, no solo por el altísimo coste de la pandemia en términos económicos y sociales, sino también por los retos futuros de la UE, desde la lucha contra el cambio climático hasta las nuevas tecnologías, pasando por las gigantescas inversiones en semiconductores. Necesitamos corregir nuestro pasado y diseñar nuestro futuro”.
Lo cierto es que París y Berlín cuentan con una alianza similar a la que han forjado París y Roma, pero el contexto está ahí. Se podrían estar poniendo las bases de la entente geopolítica, el motor de verdad de la Unión Europea que viene. Y ahí no está España.
Y hablando de España. Ayer, domingo 28 de noviembre de 2021, el diario El País publicaba un artículo del economista Raymond Torres, titulado "Las políticas españolas y las de Draghi", y su subtítulo es el siguiente: "España opta por transformar a fuego lento, frente a una reactivación inmediata a la italiana".
Menciona Raymond torres lo siguiente:
"Uno de los resultados más llamativos de la valoración de política fiscal divulgada esta semana por la Comisión Europea es la potente apuesta por la inversión que revelan las estrategias presupuestarias del presidente francés Emmanuel Macron y el Primer Ministro italiano Mario Draghi. Según esta valoración basada en los resultados de ejecución presupuestaria del Gobierno francés, la inversión crecerá este año un 18%, y en el caso de Italia el empujón alcanza el 27%, lo nunca visto en la economía transalpina desde que existe el euro. En comparación, España se parece más a Alemania, con tasas de crecimiento de la inversión pública que rondan el 10% en 2021, un esfuerzo importante en comparación con el periodo poscrisis financiera, pero claramente inferior a los registros de los países vecinos."
Continúa Raymond Torres:
"La rápida tramitación de los fondos europeos es sin duda un factor diferencial. Francia e Italia han optado por controles a posteriori, que agilizan la aprobación de los proyectos (a diferencia de la metodología tradicional, aplicada en nuestro país, que consiste en escrutar cada detalle antes de autorizar el desembolso). Los países vecinos también han puesto en marcha un plan que supera ampliamente el marco de las transferencias directas de Bruselas: en Francia este dinero solo cubre el 40% del total, y el resto proviene de recursos propios. Italia, por su parte, ha decidido recurrir a los préstamos facilitados por el programa Next Generation. Sin embargo el plan español, además de entrar en funcionamiento de forma desigual, se circunscribe a las transferencias no reembolsables aportadas por el erario comunitario."
La lógica indica que el modelo franco-italiano presenta un modelo más keynesiano, porque maximiza el impacto a corto plazo y aprovechar plenamente el contexto de bajos tipos de interés y abundante liquidez del BCE. Estos gobiernos confían en el dinamismo generado por el fuerte impulso fiscal, y esperan que el sector privado tomará el relevo. De alguna manera, consideran que el mercado dispone de músculo para responder a los estímulos del Estado. A su favor es que tanto Francia como Italia cuentan con burguesías nacionales, a diferencia de España que contamos con pequeños núcleos burgueses/oligárquicos y no un capitalismo que haya generado una industria nacional (la SEAT empezó siendo italiana, los modelos eran simples adaptaciones de Italia, el capital era de FIAT, que de hecho SEAT es un adaptación de FIAT... y SEAT tras el paso fugaz por el INI y la construcción de la factoría de Martorell, pasó a ser del grupo Volkswagen, algo que parece que no se quiere entender: el franquismo no creó ninguna empresa nacional ni ninguna burguesía nacional, a diferencia de la dictadura de Primo de Rivera que algo sí que hizo en ese sentido, por cierto... imitando a Italia). Por otro lado, la proximidad de escenarios electorales tanto en Francia como Italia impulsan también en esta dirección: hay que dar resultados, y lo más pronto posible. La suma de ambas variables explica el contexto.
En el caso español, que por si no se han dado cuenta, España no es Alemania (disculpen la ironía, y luego hablaremos con más detenimiento de ello), el Gobierno español parece que ha emprendido una estrategia de largo recorrido. Los resultados por el momento son heterogéneos, de ahí el retraso en la recuperación, pero la valoración podría ser positiva tras un esfuerzo sostenido. Se trata por consiguiente de fortalecer el tejido productivo mediante una acción focalizada y más diluida en el tiempo. Según este enfoque, la capacidad ociosa es relativamente limitada —algo que choca con la elevada tasa de paro o la reducida inflación subyacente— pero es coherente el menor tirón de la demanda pública, según explica Raymond Torres.
¿Qué hubiera sido lo ideal? Lo que explica, y advierte, Raymond Torres:
Lo ideal sería una combinación de impulso y transformación, es decir una expansión keynesiania generada por el despliegue de los proyectos rupturistas previstos en el plan de recuperación. Si bien esto no parece fácil de conseguir en un plazo corto, al menos habría que evitar el peor escenario: un proceso “nini” (ni impulso ni transformación), que entrañaría una ejecución de fondos europeos a la vez lenta y mal orientada, con proyectos que no logran mejorar el modelo productivo.
Carlos Martín Urriza aporta en su Twitter mediante un hilo una visión que creo que merece ser subrayada:
Es decir, siguiendo a Carlos Martín Urriza,
(Los economistas del PSOE) "Ahora no están invirtiendo todos los recursos habilitados por el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia. Sólo han asignado 70.000 de los 140.000 millones de euros. En cambio Italia lo invertirá todo. Esto es incomprensible en el país de la UE con la tasa desempleo más alta, sólo por detrás de Grecia. Pudiendo ser el MRR el mecanismo de estabilización supranacional que se ha reclamado tras el euro. Y sabiendo que vendrá una etapa de consolidación fiscal. El problema es el rechazo a la planificación económica. Única manera de gestionar bien tanto en tan poco tiempo. Draghi y Macron, en cambio, no lo han dudado y se han puesto a planificar el futuro de sus economías en pro del bienestar de sus sociedades. ¡Planificad, planificad, planificad! Como están habiendo Italia y Francia. Como ha hecho la CEOE montando una oficina especial para gestionar los fondos. Como hace el gobierno chino. Como hacía la socialdemocracia francesa con su planificación indicativa y ahora hace Macron."
Y es que Carlos Martín Urriza ha mencionado "la bicha". Por algo nos parecemos a Alemania (en la gestión de los fondos, que no en otras cosas). Porque la "planificación" es tabú.
Hablemos algo más de España.
España y Alemania (y la Unión Europea)
Entrar en Europa, entonces la CEE, implicaba para España y para cualquier país que quisiera hacerlo, una apertura del comercio, una liberalización del mercado de bienes y servicios y una libre movilidad de capitales. España, al igual que la inmensa mayoría de países en aquel momento no está en condiciones. Es lo que Krugman llama, “La gran divergencia”. En la década de los años 70 del siglo XX, primero y más fuertemente en Estados Unidos, en menor medida en Canadá, y sumándose después los países de la Europa Occidental, la desigualdad en los ingresos económicos y, por ende, la desigualdad social empezó a crecer. El término escogido por Krugman se opone a la llamada “Gran convergencia”, consecuencia del New Deal. Es el resultado de la aplicación del neoliberalismo. Recomendable este "paper" al respecto.
Esto para España, y para muchos países, implica reconversión industrial, que resulta un proceso muy duro, debido a que la industria española es una industria no consolidada para esta fase económica; esto repercute en la desindustrialización y la concentración en un modelo que, como ya decía anteriormente, ya se estaba formando: la España del ladrillo, concentrada en segundas residencias para los polos fordistas y administrativos, el sector servicios, el turismo y la especulación del suelo sobre todo, como consecuencia inmediata y lógica, pero ahora mucho más extendida.
Así, por ejemplo, entre 1986 y 1992 hubo una burbuja inmobiliaria que afectó ante todo a los precios, pero no tanto al volumen total construido. Esto coincide con la firma del Acta de Adhesión de España a las Comunidades Europeas, que es de 12 de junio de 1985, y que entró en vigor el 1 de enero de 1986. Es interesante cómo en ese momento España también logra el 17 de octubre de 1986 en Lausana que el COI proclame a Barcelona vencedora para organizar los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, cosa que supuso la liquidación de una parte del modelo industrial que tenía Barcelona y su transformación en una de las abanderadas de España, junto a Madrid, de un modelo de ciudad global neoliberal. También Sevilla gana la asignación para organizar la Exposición Universal en 1982 para celebrarla en 1992, siendo ocasión para inversión en infraestructuras, etcétera.
La siguiente burbuja inmobiliaria corresponde al ciclo que abarca 1997-2007/2008, pero de una manera más destacada a partir de 2002. En este momento, dentro del ciclo 2002-2007, la deuda privada se multiplica, pues pasa de 1,1 billones de euros a 3,2 billones de euros (del 155% al 300% del PIB). Esto es precisamente consecuencia del mal diseño del proceso de Unión Monetaria de la UE. Lo que explica este acelerón correspondiente al año 2002 es que el Banco Central Europeo rescató a Alemania ese año, ya que Alemania se vio expuesta a un problema doble: por un lado, la masa de dinero que costó a la RFA absorber a la RDA, además de la liquidación de todas las empresas del este que eran inasumibles para las empresas de la RFA. Es difícil de precisar cuánto dinero ha costado, ya que se hablan de cifras que bailan entre los dos billones de euros, hasta los 1,3 trillones de euros. En todo caso, lo que es evidente es que la UE ha sostenido como conjunto a la RFA en esta operación. Además, en 2002 sucedió que Alemania tenía una gran sensibilidad al estallido de la Burbuja tecnológica de las “.com”. A partir de ahí, vino una contracción y, en vez de activar una política fiscal para impulsar la demanda interna alemana, lo que se hizo fue implementar una política monetaria muy expansiva. Como consecuencia, se bajan los tipos de interés hasta el punto de que en España el dinero tiene precios en negativo. Esto es lo que explica la gran expansión de la burbuja inmobiliaria, ante todo en el ciclo 2002-2007. Además, desde la política española nadie, ni el gobierno de Aznar ni tampoco el de Rodríguez Zapatero, le puso freno. Se habló por parte de varios ministros del gobierno de Zapatero de tratar de pinchar paulatinamente esa burbuja. ¿Dónde se aprecia el impacto de esta burbuja? Las sociedades financieras en 2002 tienen una deuda sobre el PIB del 19,3%, para que en 2007 sea del 92,5% del PIB, y del 107,3% en 2011. Es decir, los depósitos españoles no podían financiar esta burbuja a partir de 2002, de enorme tamaño, así que había que introducir deuda de los mercados capitalistas financieros.
Los resultados en empleo, de los que hablaremos más abajo en sus consecuencias a día de hoy y para el futuro mientras se mantenga este modelo, generación de impuestos, actividad, etcétera eran muy buenos (eran porque ya no lo son ni lo volverán a ser), consecuencia de la burbuja que captó esa expansión tan enorme de la política monetaria del Banco Central Europeo y de los bancos alemanes, franceses, anglosajones, etcétera. Pero esos buenos datos en empleo y en recaudación por diferentes vías, tremendamente cortoplacistas y debidos a la burbuja, eran un buen aval para ganar elecciones tanto para PP como para PSOE. Además, el acceso a deuda también implicó contratos públicos adjudicados a empresas concesionarias para construir infraestructura, que tampoco es que fuera estratégica, pero sí que engrosaba balances del establishment español. No obstante, como es natural, los datos de competitividad y productividad iban de mal en peor, debido a la naturaleza cada vez menos industrial y más apegada a la especulación del suelo, el turismo, la restauración, etcétera. Además, la subida del coste de la vida, fruto de un mayor empleo, comportó un aumento del consumo; la subida de precios del metro cuadrado en un mercado inmobiliario alcista en la vivienda, tanto de alquiler como de compra, implicó que se hizo necesario recurrir a vías de crédito para apuntalar unos salarios que no crecían al ritmo del coste de vida. Todo ello según Richard Koo, que es economista jefe de Nomura Research Institute, Ltd.
Respecto a la deuda pública España pasó del 40,2% del PIB en 2007 a superar el 100%. Esto se debe también al hecho de que en Europa no existe ni una Unión Fiscal ni tampoco una Unión Bancaria. En 2008 en todos los países de la Unión Europea había autonomía fiscal con una alta asunción de responsabilidades. Ante esta situación, en España, en lugar de que sea el sector privado el que asuma las responsabilidades de su mala gestión y muy malas decisiones, sucede que se produce un “rescate” por parte del Estado ya que no hay quita, hay ayuda estatal.
Así, la otra cara de la moneda de este activo del Banco de España, pues la deuda de la banca y la tenencia de bonos se contabilizan como activo del Banco de España, en la misma cuantía, es el pasivo de la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos. La cifra, que alcanzó los 670.521 millones de euros, equivale a más del 60% del PIB previsto para la economía española en 2020, que según todas las estimaciones caerá más del 10% respecto al año pasado. La principal magnitud en esta parte es la del sistema de pagos instantáneos Target, a través del que se liquidan grandes transacciones entre entidades con cuentas en el banco central, y que alcanza el máximo de 445.632 millones. Atención porque la deuda es a través del Banco de España. los préstamos del Banco Central Europeo han acabado en el pasivo del Banco de España, con lo que España adeuda estas cantidades y responde de ellas. Pueden repasar esas cifras para comprender la situación en la que se halla España y la difícil salida que tenemos realmente.
Nuestras élites escogen, como país, apostar por los pilares de el sector servicios, el turismo y la especulación del suelo sobre todo, y liquidan la industria. Esto ofrece las ventajas de sintonía con la hegemonía neoliberal de Estados Unidos, el acceso a capitales financieros, la rápida especulación y la transformación sociológica definitiva y paulatina de España en un país cada vez más a la derecha en lo económico, mientras la cosa ha funcionado para los de abajo. A su vez, esto ha impulsado la liquidación del sindicalismo y de los partidos de izquierda… es una versión “a la española” de lo sucedido en Estados Unidos con el giro hacia el neoliberalismo y el neoconservadurismo. Esto es válido para España, pero ojo, con la salvedad del País Vasco. Con la desindustrialización hace mella el escenario de la “Gran divergencia” de Krugman, y entonces se hacen inversiones desde el conjunto del Estado para dirigirlos hacia el turismo, lo que hace que su economía algo se reactive. No obstante, los políticos vascos saben que ese panorama no es el deseado por la hegemonía y el establishment del País Vasco, y se preparan para industrializar partiendo de un tejido industrial propio, y apuestan por la industria de alto valor añadido, y las pymes reciben un doble esfuerzo: una voluntad política clara y planificada y las cajas de ahorros del País Vasco que impulsan el desarrollo, ahora concentradas en Kutxabank, optando por no salir a bolsa para no perder la base de implantación y negocio que tienen, tal y como reflexiona Esteban Hernández en un interesantísimo artículo. Resultado de ello es que la renta per cápita más alta de España la tiene el País Vasco, y más aún, donde hay más estabilidad laboral y mejores contratos, también. Donde se presenta el mejor modelo asistencial. Porque, y esto es muy importante comprenderlo en su magnitud, el modelo económico lo permite y es justo lo opuesto que vale para el resto del territorio nacional, grosso modo, con consecuencias opuestas en todos los aspectos.
Esto se manifestó en España en una suerte de Estado del Bienestar en la época de Felipe González que, en sus palabras, se basaba en la política de redistribución. Pero él explica cómo, cuando dice: “La nuestra no era por vía salarios porque nos salíamos de la competencia, era que la gente tenía acceso a la educación y a la sanidad, y que todo el dinero que le quedase, por poquito fuera, era dinero que se podía gastar”. Esto es así porque se ha liquidado la industria y se genera una redistribución de la renta basada en lo estacional del mundo agrario, de la construcción y del turismo.
A su vez, esta “redistribución” de la que habla Felipe González repercute en el capitalismo patrio que se había reforzado en sus características, porque ahora la gente gastaba ese dinero en esos sectores. A su vez, la eliminación del fordismo debilita la implantación del sindicalismo en su base, quedando tan sólo en la Administración Pública y en las grandes empresas que aún quedan, completándose mediante una segunda “distribución”, esta vez hacia los agentes sociales, lo que incluye a sindicatos y patronal, que a menudo se menciona una parte, los sindicatos, pero se suele excluir de este binomio a la patronal, con la dirección del Gobierno o de los gobiernos autonómicos en caso de darse circunstancias estructurales que así lo posibilitan, como la Administración Autonómica o allí donde quedan grandes industrias.
Para continuar profundizando en la cuestión de España y la Unión Europea, creo oportuno mencionar el libro de Matthew C. Klein y Michael Pettis que lleva el título de este subtema. El libro, que señala como uno de sus sillares la obra de John Hobson, Imperialism, A Study (1902), arranca explicando que "la lucha por los mercados, el mayor afán de los productores por vender que el de de los consumidores por comprar, es la prueba de una falsa economía. El Imperialismo es el fruto de esta falsa economía".
Es decir, que la globalización no es la causa de que las clases medias de Occidente se estén pauperizando en todas partes, más bien es que la desestructuración interna de ciertos elementos la que lleva a una globalización, motivada por necesidades geopolíticas y estratégicas y por mantener la hegemonía global eliminando competidoras.
Es decir, que los desequilibrios dados dentro de cada país ha servido para que se produzcan transferencias de riqueza desde las clases medias y trabajadoras hacia las clases con más recursos. Cuando tienen que recurrir a un capitalismo de microconsumo y micropagos, por microsalarios en minitrabajos o no tan minis dadas las horas que hay que dedicar, sucede que no se pueden consumir todos los bienes que se necesitan ya que carecen de los recursos para hacerlo, entonces las clases que sí pueden empiezan a acumuar excedentes de capitales que no reinvierten en su país ya que no hallan rentabilidad, así que los llevan fuera, a otros mercados. No se invierte tampoco ni en inversiones productivas, ni en infraestructuras ni en bienes de producción.
Dichas transferencias que se hacen de abajo hacia arriba provocan toda una serie de efectos negativos en cualquier parte, pero el estudio de Klein y Pettis proponen el estudio de tres de ellos: Estados Unidos, Alemania y China. En China se produjo el fenómeno de tal forma que las transferencias desde abajo fueron a parar al Estado, llevando a una suerte de ciclo virtuoso por el que se generaba un crecimiento remarcable, pero hace unos 10 años este modelo empezó a sufrir cambios. ya que las transferencias que hacen los trabajadores chinos a sus élites empieza a distorsionar la economía de China porque reduce el poder adquisitivo y subsidia la producción afectando al consumo, cosa que afecta a la economía global porque se crean demasiados productos manufacturados y suben los precios de acciones, bonos y bienes raíces. Este bajo consumo de los hogares chinos destruye empleos en otras partes mientras que los valores de los activos se presentan con claridad inflados llevando a ciclos de auge, a los que le siguen ciclos de crisis y deuda.
En lo que respecta a Alemania y a Estados Unidos, durante los últimos decenios ambos países experimentaron un aumento de la desigualdad, con cambios de la distribución de los ingresos desde el trabajo hacia el capital y se ha buscado una fuerza de trabajo a la que se ha pagado menos fuera del territorio de la República Federal de Alemania, caso de Europa Central y del Este, a la que se podría añadir ahora los Balcanes. Los estadounidenses hacían lo propio, sólo que hacia México y China. Tanto Alemania como Estados Unidos experimentaron una fuerte bajada de impuestos y modificaron la leyes laborales. Y paradójicamente, Alemania se convirtió en el país con el superávit más alto del mundo, mientras que Estados Unidos pasó a ser el Estado con el mayor déficit del mundo.
¿Cómo explicar esta paradoja? Pues por el sistema financiero estadounidense, dotado de una flexibilidad, tamaño y captación de inversión extranjera que lo convirtió en el lugar más destacado a la hora de trasladar los excesos de capitales acumulados por las transferencias que en los países las clases medias y trabajadoras hacían a sus respectivas élites, porque la deuda soberana de Estados Unidos es abundante, fácil de negociar y sin riesgo de incumpliento, a ello se suma la formación del dólar como moneda fiat de reserva global a partir de finales de los años sesenta del pasado siglo XX.
Si entramos, siguiendo a Klein y Pettis, en el caso de Alemania, podemos relacionar esta economía con la española de una manera muy intensa. Las empresas alemanas iban aumentando su rentabilidad extrayéndola de sus trabajadores mediante la reducción de salarios y cotizaciones, junto a la reducción de las inversiones de capital en los hogares consecuente, a lo que se sumaba la subcontratación del trabajo y el traslado de líneas de producción a Europa Central y Europa del Este. Al mismo tiempo, el Estado redujo la inversión pública en la economía interior, y el resultado total llevó a que las diferencias de clases sociales y territorios se fueron ampliando, dando lugar a una fuerte concentración de riqueza. Así, el alemán, si tomamos la trampa engañosa de la estadística, es por promedio un 50% más rico que el italiano promedio y el 100% más rico que el promedio español. A su vez, la desigualdad ha aumentado exponencialmente dentro de la sociedad alemana, ya que el hogar promedio de Alemania es más pobre que el hogar promedio de España, y se sitúa a la altura de los polacos o griegos. Siempre de acuerdo con Klein y Pettis, que citan "una encuesta exhaustiva realizada por el Banco Central Europeo, según la cual los alemanes con ingresos más bajos tienen mucha menos riqueza neta que los estonios y que los húngaros que presentan bajos ingresos".
Con estas condiciones las empresas alemanas tuvieron que buscar fuera para evitar el consiguiente estancamiento del mercado, porque los alemanes que antes podían consumir, muchísimos de ellos han dejado de poder hacerlo, situándose antes del 2008 en una economía en la que el 25% del valor generado por el trabajo y el capital alemán había sido trasladado al extranjero. Entonces, las ganancias subieron porque los costes salariales estuvieron, como mucho, estables, mientras que los ingresos por exportaciones aumentaron en igualdad con el crecimiento global. Este gasto más reducido alemán comportó ingresos que se acumulaban en forma de excedentes y que pasaron íntegramente a usarse para la acumulación de activos financieros en el extranjero, cosa que daba un mayor impulso a la demanda extranjera de ciertos productos alemanes y aumentaron así la rentabilidad corporativa, pasando de centrarse en el mercado de la Unión Europea a llevar sus productos a China, Estados Unidos, Rusia, Brasil... Y entonces llegó el "Fuck the EU", es decir, Alemania, de Victoria Nuland y Pyatt en Kiev, por el que el mercado del lujo de Rusia experimentó limitaciones para Alemania. A ello se ha ido sumando la ofensiva estadounidense con Donald Trump y la evolución de China, el triunfo de Bolsonaro como síntoma de la pugna entre China y Estados Unidos por Latinoamérica, expulsando a Alemania de la ecuación.
El resultado fue que mientras esto duró los alemanes con más dinero, y las compañías que estaban bajo su control financiaban el gasto de los países europeos porque acumulaban billones de euros mediante activos financieros extranjeros, que a su vez tenían un rápido retorno, y permitía a los líderes políticos que recibían esas inyecciones de liquidez, en el descentralizado sistema español, las Comunidades Autónomas o las grandes ciudades, dotar de financiación a los ayuntamientos, de acuerdo con la ley hecha por el Presidente del Gobierno, José María Aznar, la llamada Ley del suelo de 1996... pero también hemos podido comprobar que también se ha financiado la maquinaria de grandes partidos muy apoyados por las empresas, como el Partido Popular, y que el Tribunal Supremo avaló la existencia de una doble contabilidad en el Partido Popular.
Después de la crisis, y siempre siguiendo a Klein y Pettis, realmente nada ha cambiado, porque los excedentes en Alemania y los Países Bajos han seguido siendo compensados por déficits en España y Grecia. Los países vecinos de Alemania, los llamados frugales, caso de Países Bajos o Austria, “se vieron obligados a copiar sus supuestos éxitos [de Alemania]. Desafortunadamente para ellos, y para el resto del mundo, adoptaron las patologías de Alemania: consumo deprimido, austeridad del gobierno, inseguridad laboral, subinversión y aumento de la desigualdad”.
“La guerra comercial a menudo se presenta como un conflicto entre países. No lo es. Se trata de un conflicto principalmente entre banqueros y propietarios de activos financieros, por un lado, y los hogares comunes, por el otro; entre los muy ricos y todos los demás. El aumento de la desigualdad ha producido pérdida de empleos, un exceso de productos manufacturados y aumento del endeudamiento. Es una perversión económica y financiera de lo que se suponía que lograría la integración global. Durante décadas, Estados Unidos ha sido la mayor víctima individual de esta perversión. Absorber el exceso de producción y ahorro del resto del mundo, a costa de la desindustrialización y las crisis financieras, ha sido la carga exorbitante de EEUU. Pero los estadounidenses no son las únicas víctimas. Todos los pueblos del mundo sufren a causa de este acuerdo”.
La consecuencia es que la profundización de la globalización y la creciente desigualdad se han reforzado mutuamente, a la que se ha sumado la variable tecnológica:
“Las empresas de todo el mundo utilizan la competencia internacional como una excusa para conseguir salarios más bajos, regulaciones ambientales y de seguridad más débiles, regímenes fiscales preferenciales y transferencias regresivas. Aparentemente, exprimir a los hogares comunes ha sido mucho más fácil que aumentar la productividad, invertir en infraestructuras y mejorar la salud y la educación. Sin embargo, esto es insostenible porque los salarios deprimidos deben conducir a una combinación de menor consumo, lo que reduce el gasto total en la economía global, y mayor endeudamiento, que en última instancia es autolimitante y contraproducente. No es una coincidencia que, a lo largo de la historia moderna, los altos niveles de desigualdad hayan coincidido con altos niveles de deuda".
Implicaciones
El pasado 3 de enero de 2021, el periódico La Vanguardia publicaba un artículo en que explicaba que "Grecia, Portugal y Polonia superan a España en I+D y la hunden en la cola europea"
El artículo explica que la inversión en innovación y desarrollo (I+D) en España, quinta economía europea, se sitúa en la posición 18 de los 28 estados miembros de la UE, incluyendo al Reino Unido en el 2019 en inversión en I+D respecto al PIB. Y de las últimas en la eurozona, y esto a pesar de que se viene aumentando en los Presupuestos Generales del Estado en los últimos años la inversión en esta partida, pero luego sucede lo que menciona el titular, y se da además la situación de que el Ejecutivo deja sobre la mitad de lo presupuestado sin ejecutar. ¿Por qué?
Lo explica perfectamente bien Bernardo Hernández, exdirectivo de Google y uno de los emprendedores e inversores que más éxitos acumula en el país, critica, sin embargo, que aquí pocos se salvan. ¿Qué falla? “Liderazgo para saber cómo invertir en I+D. No es problema de recursos, el problema es que estratégicamente no se sabe dónde invertirlo para conseguir unos retornos que tengan un sentido económico.” ¿Y de quién es entonces la responsabilidad? “Es más privada que pública, aunque la carencia de liderazgo de I+D es igual de problemático en el Ibex 35 que en el sector público. Muy pocas excepciones lo saben hacer bien”, señala. Y concluye: el peligro es que España siga básicamente como “un país de servicios con pocas ventajas competitivas técnicas”. De sol y playa, construcción, hostelería y restauración... cosas todas que acaban por atraer al crimen organizado.
Roberto Saviano lo explicaba perfectamente en 2017 en La Vanguardia, cuando explicaba que:
"Los españoles están convencidos de que en España no hay mafia, que es problema de los rusos, italianos.. cuando el tejido económico español está totalmente infectado. La crisis económica se generó por esto. La burbuja inmobiliaria ha sido causada por el blanqueo de capitales"
El autor ha culpado de esta situación al hecho de que no existe en España el delito de asociación mafiosa y por ello cree que es una "zona franca".
Según Saviano, la policía española hace un trabajo mayor que los jueces en su lucha contra este tipo de delincuencia
"porque esta está mucho más anclada al pasado: cuando la magistratura española empiece a investigar temas de blanqueo, España se despertará con una historia completamente diferente a lo que ha visto hasta ahora".
Podemos comprobar, no sólo en el sur de Europa, también en otras partes que, tal y como se recoge en el libro Delincuencia, finanzas y globalización, editado por Armando Fernández Steinko, que el capitalismo financiero genera comportamientos delictivos independientemente de los individuos, se basa en una economía no real y depende de coyunturas, opiniones, contactos, imágenes, cercanías al poder, amiguismo, estafas y comportamientos fuera de la ley.
Al respecto, Rhoda Weeks-Brown, directora del Departamento jurídico del Fondo Monetario Internacional, recogía en un artículo publicado por el propio FMI, elementos que son dignos de destacarse como los siguientes:
“La corrupción y la evasión fiscal dificultan que los gobiernos logren un crecimiento sostenible. La actividad criminal socava la autoridad estatal y exprime la actividad económica legítima. El lavado de dinero puede crear burbujas de activos en mercados como los bienes raíces”.
Y señalaba en su artículo el mercado inmobiliario. De hecho, país, región o ciudad que presenta una burbuja inmobiliaria, turismo, hostelería, restauración, etcétera país que está vinculado a una suerte de "lavandería del mafioso moderno" a través de la compraventa de casas, en palabra de la señora Weeks-Brown.
Y no es, como decía propio de países en vías de desarrollo, o del sur de Europa. No, la funcionaria señala en su artículo lo siguiente:
“Los gobiernos de Australia, Austria, Canadá y otros países han llegado a la conclusión de que sus propios mercados inmobiliarios también podrían utilizarse para invertir y lavar dinero sucio”
Podemos señalar ciudades tales como Malmö o la propia Estocolmo. Suecia es un país que presenta desde hace más de veinte años una burbuja inmobiliaria continuada, donde el precio de la vivienda ha aumentado un 232%. En general, en Suecia se registraron 320 tiroteos con un saldo de 41 muertos y más de 100 heridos en 2019, obligando a Dinamarca a suspender de forma temporal el sistema Schengen en noviembre de 2019, para impedir la entrada del crimen organizado, tras que en agosto de 2019 una fuerte explosión destruyese una sede de la agencia tributaria en Copenhague, acción tras la que estaban el crimen organizado que opera en Suecia. De hecho, Ylva Ehrlin, analista en la unidad de protección contra bombas de la policía sueca, que ha observado la tendencia del uso de explosivos en Suecia desde 2013, afirma: “Ahora tenemos tantas explosiones en Malmö que se puede comparar con lo que ocurría en el País Vasco con ETA”, afirmó a la cadena pública SVT. Para todo ello, ver el siguiente enlace.
Hace ya unos años, Norberto Bobbio, en el contexto de una reedición de las estimables obras de Gaetano Mosca, introdujo una lúcida reflexión que sirve para comprender más y mejor la cuestión. Norberto Bobbio toma una crítica que hace Mosca al mecanismo electoral-parlamentario. Bobbio explica de una forma sucinta que un joven Mosca, entonces con unos pletóricos 25 años cargaba contra la idea que transforma el mecanismo electoral simplificando a "mercado", y añadía lo siguiente:
"De lo que no se daba cuenta el joven Mosca era que el mal del que se lamentaba era inherente al sistema democrático en cuanto tal, más específicamente al sistema de la democracia representativa (...) La idea, por lo demás, nada nueva, de que la democracia pueda ser parangonada a un grande y libre mercado en el que la mercancía principal es el voto no es nada digno de exaltar; sin embargo, debe tenerse siempre presente para entender el comportamiento de los políticos, especialmente al aproximarse las elecciones. Al igual que el mercado económico, también el político se escapa a todo control que se le quiera imponer desde arriba y también desde este punto de vista la analogía es un hecho comprobado". La Stampa
El hecho de competir en la carrera electoral implica que, por la lógica de un dilema del prisionero, si uno de los actores concurrentes va a utilizar los medios extra para lograr la influencia necesaria para ganar las elecciones mediante la búsqueda remunerada de simpatías en medios de comunicación, personas concretas, mejores publicistas, etcétera. Es evidente que todo ello comporta un coste, y es evidente que, contando con un presupuesto y una prerrogativa normativa, el poder permite dar concesiones, contratos públicos, tomar decisiones, escoger proveedores, compañías que ejecuten obras o que concurran en la gestión de servicios variados. Es un simple quid pro quo.
Hablábamos en este artículo de los datos que publicaba La Vanguardia, de los que se desprendían varias cosas: un aumento en la inversión en I+D, también se puede apreciar que la única Comunidad Autónoma que se acerca al 2% (1,97%) es el País Vasco. Mientras, hay otras Comunidades, particularmente Baleares y Canarias que se hallan muy lejos de estas cifras. No obstante, la mitad de lo presupuestado no se ejecutaba, pues no había proyectos que concurriesen con éxito. Claro, resulta complejo cuando los distintos espacios de poder de España, donde el modelo de nuestras élites es el que ya se ha mencionado, con la excepción del País Vasco, y que destaca tal y como estamos viendo; pues bien, resulta complicado que nuestras élites quieran cambiar, y también que ciertos partidos políticos quieran cambiar la dirección económica de este país, pues dejarían de percibir presuntos ingresos que presuntamente luego compensarían con concesiones.
Tal y como mencionaba en el artículo Bernardo Hernández, exdirectivo de Google, es un problema de los sectores público-privado de España, pero la gran responsabilidad de este fracaso corresponde a la parte privada. Dicho de otra manera, el I+D es la gasolina, ¿dónde están las centrales generadoras, los motores, que queman esa gasolina para dar un rendimiento económico y social de retorno? Los datos muestran que en el País Vasco, único vector industrial-tecnológico, pero los datos demuestran que como motor, empieza a ir ahogado. Necesitamos más motores en España, y de mucha más potencia.
Efectivamente, el problema es público-privado, y la solución ha de ser pública-privada. Si hay ideas, hay que dirigir las actividades económicas principales hacia el sector industrial-tecnológico y entonces se podrá ejecutar la totalidad del presupuesto, con las implicaciones que eso tendrá en estabilidad laboral, mucho mejores salarios, más fortaleza social, reducción de la desigualdad y de la brecha de género.
Y hablemos del empleo en España. El pasado 27 de noviembre de 2021 Laura Olías y Raúl Sánchez publicaban los datos de un estudio demoledor: cada día se crean al empezar el día y se destruyen al finalizarlo 100.000 puestos de trabajo. España es líder destacado del trabajo temporal en la Unión Europea, con más de uno de cada cuatro asalariados (26,3%) en esta situación en 2019, previo al shock que supuso la pandemia. La mayor parte de este ir y venir de trabajadores se debe al empleo temporal, aunque además los contratos indefinidos también son menos "fijos" que en el pasado. Es decir, que el contrato tiene nombre de indefinido pero el resultado es que ya antes de la pandemia se era también muy "temporal", sólo que de otra manera.
Para contribuir a aclarar más el mapa del empleo en España y cómo se organiza el establishment español (y luego nos extraña lo de VOX, por abajo y por unas élites amenazadas, o el independentismo catalán con los mismos ingredientes) vamos a recurrir de nuevo a Carlos Martín Urriza:
Lo que nos queda por delante, lo digan o no
El FMI ya ha empezado a revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para Estados Unidos en 2021 (de 7 a 6%), Asia (de 7,6 a 6,5%), la zona euro (de 5,4 a 5%), y el mundo (de 6 a 5,9%).
En el caso de Francia se comportaría para 2021 demostrando un crecimiento mayor del esperado (del 6,3 al 6,75%), pero su crecimiento previsto para 2022 pasa del 3,9 al 3,7%, según Reuters.
La inflación se presenta cada vez más como presente, por lo menos durante todo el próximo año 2022, Esto se debe, en particular, a los elevados precios de la energía, las materias primas y los productos en general, que se encuentran atascados en puertos saturados y con falta de personal que probablemente no volverá mientras los salarios sigan siendo bajos. En Estados Unidos los aumentos salariales, que ya se han dado en China, no son suficientes para compensar la inflación y el poder adquisitivo se está empezando a erosionar ostensiblemente. Desde las instituciones europeas, donde la inflación en Europa es actualmente mucho más baja que en Estados Unidos, se habla de un salario mínimo aplicable a todos los países miembros, pero personalmente no creo que esta propuesta del Parlamento Europeo se vote y aplique en 2022. Así que lo que tenemos es pobreza y una demanda débil.
¿Qué está pasando con las enormes cantidades de dinero público procedentes de los paquetes de estímulo acumulados desde Trump, continuados con Biden y que se han replicado, un poco, en Europa? Pues lo que cabía esperar: que fluyen hacia los mercados financieros y siguen yendo hacia las nuevas tecnologías que prometen una sociedad de crecimiento no material dentro de 5, 10 o 20 años, con lo que el crecimiento tendrá que esperar, los paquetes de estímulo se seguirán acumulando para apuntalar de paso al dólar, las monedas se depreciarán, y el poco crecimiento que han inducido los paquetes de estímulo será anulado y destruido por la inflación en la mayoría de las regiones.
China no puede seguir impulsando el crecimiento mundial y más entrando en la fase de competencia entre bloques geopolíticos y geoeconómicos. De hecho, la pugna entre Estados Unidos y China podría tener la lectura de ante la desconexión de China es Estados Unidos quien agarra el cable y tira antes de que a China le convenga. Sea como sea, la República Popular de China está organizando su propia desaceleración y la transición a una sociedad de consumo con una legislación antimonopolio, anti especulación, pro-distribución de la riqueza y aumento del precio de la energía, etcétera, tal y como podemos ver por este artículo de Reuters.
En Occidente sólo se habla de reducir su dependencia de la máquina de producción china… y tiene que hacerlo, porque entramos en la competencia entre bloques de forma inminente, y de allí a plantear la hegemonía global en una carrera loca. Pero lograr lo que se afirma en el eje Atlántico, particularmente en Europa, es más fácil de decir que de hacer: las anteriores políticas de reducción de energía en nombre de la ecología son incompatibles con la rápida recreación de un aparato productivo capaz de alimentar la economía… salvo que se reoriente la energía de la movilidad a la industria, se produzca una federación en Europa, se cree un euro soberano de verdad con eurobonos de verdad, se planifique la economía, se produzca una gran concentración europea, y un amplio etcétera. Si es esa la idea, sí que es posible, ya que hemos de contar que si China utiliza el 57% de su energía para la producción industrial, frente al 9% para el transporte y el 11% para los hogares, en Europa estamos hablando del 31% para el transporte, el 26% para los hogares y el 25,6% para la producción. Incluso si se optimiza la eficiencia energética, es difícil ver cómo Europa logrará a corto y medio plazo reorientar la producción en casa para recuperar el control de la cadena de valor de su consumo.
En definitiva, si las poblaciones occidentales se empobrecen, si los países pobres amplían aún más la brecha tras la pandemia, como parecen indicar las cifras del Banco Mundial, y si China se autoabastece, ¿a quién venderá Europa, léase Alemania, sus productos si alguna vez consigue reactivar una industria a escala europea para arrostrar la transformación en la Revolución Industrial 4.0 y la competencia entre bloques que se desatará una vez se fortifiquen las posiciones de partida del gran juego en grandes bases territoriales?
Porque también va de esto: el gráfico a continuación demuestra lo que vengo diciendo desde hace tiempo. Ningún país de la Unión Europea, absolutamente ninguno, puede hacer frente a la Revolución Industrial 4.0. Ninguno, sin paliativos. Y la Unión Europea tal y como existe hoy día tampoco. La única forma es unir Europa de verdad mediante el federalismo, lanzar la Revolución Industrial 4.0 en todos y cada uno de sus rasgos y potencialidades... y, por si todavía no os habéis dado cuenta, se requiere un gran espacio, como China, India o Estados Unidos ampliado por su nuevo tratado con Canadá y México que lo constituye en el aglutinador de la América del Norte.
Hay que contar que África Oriental se hunde en una gigantesca crisis geopolítica que proviene del muy estratégico Cuerno de África. La guerra civil etíope se extiende. Teniendo en cuenta que Addis Abeba es la capital de la Unión Africana, ésta queda especialmente desacreditada en su valor añadido para resolver las crisis africanas. Y África necesitaba estar unida para resistir a los embates que se le vienen ya encima, que ahora está formada por varios actores que compiten entre sí, con posibles alianzas instrumentales, pero hay que contar que los tres grandes bloques de poder: Eurolandia, Dólarlandia y Yuanlandia competirán entre ellos, como ya sucede con europeos, estadounidenses, chinos, árabes, israelíes, rusos, etcétera y en la región del Norte de África Arabia Saudita, Irán, Israel, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Turquía se están preparando en la reorganización de fronteras iniciada por Estados Unidos, tal y como demostramos aquí. La región del estrecho de Bab-el-Mandeb (Yemen, Cuerno de África y su proyección) es particularmente frágil en ausencia de una organización regional legítima de control, ya que Arabia Saudí y su Nueva Alianza del Mar Rojo hace que los actores clave estén excluidos, aunque tal y como vengo diciendo en El Trazo de Kalamos del jueves y del viernes pasado, veremos cómo evoluciona.
Los países en desarrollo integrados en el sistema del dólar, entre ellos muchos países africanos e India, también sufrirán la inflación estadounidense, que hace subir el precio de los bienes de consumo y los tipos de interés en estos países. Las dificultades de África retrasan el momento en que el continente dará salida al consumo y seguirán arrojando a millones de personas a las rutas migratorias, resquebrajando los sistemas sociales de los países desarrollados y haciendo estallar la miseria mundial, aunque también es posible que si el desarrollo industrial arranca en Europa, este acceso a mano de obra barata impulse los salarios a la baja, aumente la brecha social, e impulse el descontento social y el auge de los partidos populistas que son expresión de unas élites desplazadas y de unas clases medias destruidas en los últimos diez años. Al igual que Estados Unidos hace con los pueblos latinoamericanos. Craso error por parte de Europa, si aspira a esto.
India se encuentra en una situación similar a la descrita anteriormente. El FMI ha advertido muy seriamente de los riesgos de devaluación de la moneda.
Oriente Medio está quizás bien situado para participar en la historia del crecimiento mundial, pero necesita unirse a uno de los tres bloques de poder: eurolandia, dólarlandia o yuanlandia. De todas formas, con la salvedad de Egipto, nos encontramos ante poblaciones relativamente pequeñas: menos de 500 millones de habitantes, y esto si incluimos Turquía e Irán, 600 millones si añadimos Egipto. El FMI sólo habla de un crecimiento del 4% en 2022, a pesar de las perspectivas de la región, aunque dependerá precisamente de lo que apuntaba el viernes pasado en El Trazo de Kalamos.
ASEAN quizás podría ser el mercado más prometedor, pero ya está capturado por los AUKUS, que va más allá de submarinos, reventar contratos a Francia, alentar a los "soberanistas" y la ruptura del "euro" (por si fuera poco). Al firmar un acuerdo estratégico con Australia pasa a desequilibrar sus relaciones internacionales entre China y los anglosajones (AUKUS), inclinándose hacia el bando más conflictivo, contribuyendo al agravamiento de las tensiones regionales y al debilitamiento económico de su gran vecino. La rivalidad está surgiendo cada vez más visiblemente entre el RCEP pro-China y el CPTPP anti-China, dos gigantescas zonas de libre comercio con numerosos solapamientos, será una fuente de divisiones para la ASEAN y toda la región y, por tanto, de debilitamiento estratégico… como lo es para África, sólo que de otra manera. ¿Repetirán los anglosajones esta misma estrategia con Europa? ¿La Unión Europea se polarizará tras las acciones con el bloque de Europa Central y del Este, por un lado; y los latinos por otra? Lo sucedido con Bielorrusia ha ido bastante en esa dirección, ver al respecto este enlace, y que recomendamos repasar El Trazo de Kalamos del lunes y del martes pasado.
Pero eso no es todo. Mervyn King, en esta entrevista publicada en El País ahora hará un año avisa de los siguiente: “Se avecina una nueva crisis de endeudamiento, y será pronto”, y alerta de la posibilidad de una crisis financiera en la eurozona. En sus palabras, y ante los hechos palmarios:
"Y lo que se avecina es una crisis de endeudamiento, que llegará pronto. La deuda global está por encima de los niveles de 2007, y empresas y Estados la han aumentado aún más con la pandemia. Cuando se retiren las muletas del Estado habrá quiebras de empresas, y muy probablemente crisis de deuda soberana en los países emergentes. El hecho de que todo eso vaya a suceder de forma más o menos sincronizada es un problema serio, con potencial para provocar una crisis financiera, particularmente en la zona euro. Es imposible saber cuándo y dónde va a suceder exactamente eso, por la incertidumbre radical, pero el sistema chirría por el lado de la deuda"
Y añade:
El euro se creó pretendiendo que una unión monetaria es viable sin unión fiscal. Eso provoca constantes tensiones, como ya vimos en 2010 en el Sur: en ausencia de transferencias fiscales del Norte al Sur es muy difícil mantener unida la zona euro. Con la covid, Europa no ha optado esta vez por la austeridad sino por los fondos europeos: por las transferencias fiscales. Pero de momento es algo temporal, para una sola vez, y en cambio ese es un reto permanente para la eurozona”. “El ministro alemán Wolfgang Schäuble vino una vez a mi despacho en Threadneedle para pedirme consejo sobre cómo solucionar los problemas del euro. Y yo no tengo la solución, pero sí le di tres opciones: desempleo permanente en el Sur, más inflación en el Norte o unión fiscal. ‘No me gusta ninguna de las tres’, dijo. Y ese es el problema, porque lo único seguro es que llegará otra crisis y entonces será tarde para arreglar el avión en pleno vuelo. Argumentar como hizo Schäuble en su día que el superávit alemán es útil para el conjunto del euro porque genera déficits en otros países es no haber entendido las consecuencias de una unión monetaria”.
Conclusiones
Empecé hablando de la idea fija y de lo que más profundo tiene el ser humano es su piel, título del libro, "La idea fija" y cita del mismo de Paul Valéry, y lo asociaba a "La piel de Zapa", la novela que consagró a Honoré de Balzac, y su vinculación con el mito fáustico, algo de lo que hablaremos desde el Instituto Symposium.
Y es que la idea fija de mantener las expansiones monetarias que caen en manos del aparato financiero, de volver a la austeridad, no de entrar en la creación de una moneda de verdad en Europa, una unión monetaria, fiscal y bancaria, de no planificar... Esa idea es nefasta y nos lleva directamente al desastre, incluida a Alemania, que es incapaz de funcionar como ha existido hasta ahora en el contexto de una Revolución Industrial 4.0. Los respectivos establishments alemán, pero quizás seguro el español, con su incomprensión absoluta del momento y de las auténticas posibilidades de este país y de solventar de paso la cuestión de la España vaciada, eso sí, a cambio de que todo cambie para siempre, y en ese juego no han querido entrar nunca porque este país es rentista en sus élites desde la unión de reinos en adelante, lleva a las dificultades de cosas como que se presupueste I+D+i y que luego no se gaste todo porque no hay el elemento tractor, y no lo hay porque las élites nacionales no quieren, y no quieren porque si quisieran se forjaría otra España, y a su vez España se hunde en la miseria e irrelevancia por su gestión nefasta. Comparen la "lista de enemigos de España". Empezamos con Francia, Reino Unido y ahora vamos ya por Marruecos y sin entender realmente cuál es el juego porque a nuestras élites no les interesa entenderlo. ¿Quién será el próximo enemigo de España en esta farsa? El que siempre ha sido: el rentismo de nuestras élites, de ahí su alergia a Europa, sus loas al soberanismo una vez ya no pueden seguir gastando como quieren los fondos de Europa, véase el caso del lino, que se da una subvención para que tenga un efecto tractor en el sector primario y secundario, y acabó pudriéndose en los campos de la oligarquía mientras cobraban la subvención, sea esta aristocrática o no; al igual que tampoco eran excesivamente anti-europeístas en el marco del euro barato que hemos hablado por los pelotazos inmobiliarios y las infraestructuras inútiles para impulsar la economía del país y no sus bolsillos... y una vez se ha acabado esto, porque se ha acabado, entonces salen a cubrirse como dice Maquiavelo: "las mejores murallas son las de carne humana".
Europa tiene muchos desafíos, esta es la realidad que tenemos delante, veremos cómo sigue la cuestión del coronavirus... y otras variables.
Por hoy es todo. Mañana vuelve el formato habitual.
Gracias por leer (y por compartir).