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El South China Morning Post del pasado 8 de enero de 2022 nos informaba que la República Popular de China construirá un "puerto de libre comercio de datos" en el distrito de Nansha (Guangzhou, Guangdong) para 2025. La instalación servirá como proyecto piloto para la transferencia de información digital entre China y el resto del mundo.
Beijing persigue crear un primer cuello de botella, a la manera de los que se pueden observar en la navegación y comercio marítimos, a través del cual retener datos confidenciales para su propio interés nacional y recopilar lo que es útil en nombre de los rivales, Estados Unidos sobre todo, pero no solamente, que acceden a la República Popular de China.
Al respecto, China no hace más que dar forma a una serie de medidas que apuntaban en esta dirección desde 2017, hasta ahora en un sentido legislativo: ha adoptado tres leyes al respecto, respectivamente sobre ciberseguridad, seguridad de datos y protección de información personal. Esta terna de leyes han constituido el núcleo del sistema creado por Xi Jinping para transformar al país en una potencia cibernética y defenderlo de amenazas externas e internas. Las empresas extranjeras temen que el marco legal permita que Beijing acceda a sus datos y las haga menos competitivas en el mercado de la República Popular de China. A su vez, hallará su pleno potencial en la Revolución Industrial 4.0.
Se espera que este proyecto piloto de Nansha, con un financiación estimada que ronda los $ 5 mil millones, incluya un centro de datos, un parque industrial para big data y un laboratorio de comunicaciones en la llamada Broad Bay, que involucra partes de Guangdong, Hong Kong y Macao. El puerto digital se conectará a la red de cable submarino en el extranjero.
De hecho, Hong Kong puede conectar el Área de la Gran Bahía con el resto del mundo, jugando exactamente el mismo papel que San Francisco en el Área de la Bahía de San Francisco/Silicon Valley.
Ambas ciudades son lugares de reunión, según un informe conjunto publicado por el grupo de expertos estadounidense Bay Area Council Economic Institute y el Hong Kong Trade Development Council (HKTDC). El informe, "El Plan del Área de la Gran Bahía de China de bahía a bahía y sus sinergias para los negocios de EE. UU. y el Área de la Bahía de San Francisco", se centra en las conexiones entre las dos regiones.
Al igual que San Francisco es el lugar de encuentro entre Asia y Estados Unidos, Hong Kong es el lugar de encuentro de otros países de la corona de influencia de China y más allá con la China continental.
Además, el que Beijing haya optado por establecer una estructura similar en Guangzhou tiene que ver con el siguiente aspecto: la mayoría de los gigantes tecnológicos de China se concentran en la parte sureste de la República Popular, comenzando con Alibaba y Tencent. Colosos a los que Beijing ha dejado claro que sus recursos (datos y conocimientos) deben ponerse al servicio de los intereses estratégicos chinos y no deben utilizarse para crear centros de poder alternativos al Partido Comunista.
Adicionalmente, Guangzhou se encuentra a pocos kilómetros de Hong Kong que, a pesar de las fuertes tensiones internas, sigue siendo un punto de acceso privilegiado para las multinacionales extranjeras que desean invertir en China. Y es por consiguiente un teatro relevante para la competencia tecnológica entre Beijing y Washington.
El área que comprende Guangdong, Hong Kong y Macao fue fundamental en el lanzamiento de la política de reforma y apertura en 1978. Hoy su narrativa se reescribe para marcar el vínculo entre el presidente y el desarrollo económico de China.
El delta del río Pearl, que incluye la provincia de Guangdong y las Regiones Administrativas Especiales de Hong Kong (HKSAR) y Macao (MSAR), y ha venido jugando hasta el momento un papel esencial en la geopolítica china, al menos tres razones, a las que hay que añadir ahora el puerto de datos:
1/ Es una de las zonas económicamente más dinámicas de la República Popular de China, con planes para convertirla, puestos ya en marcha, en una gran aglomeración urbana, con el nombre de "Bahía Ampliada".
2/ Incluye a la antigua colonia británica, que Beijing quiere incorporar a la economía nacional, al mismo tiempo que amortigua sus demandas democráticas, y su movimiento.
Sumando los puntos 1/ y 2/ tenemos que la administración de Hong Kong anunciaba en octubre de 2021 un plan para construir una nueva metrópoli de 2,5 millones de habitantes entre Hong Kong y Shenzhen y que una a ambas. El proyecto implica la construcción de un millón de casas y un enlace ferroviario con el centro de la ciudad de Guangdong. Por lo tanto, la intención es ocupar el área relativamente escasamente poblada entre la ciudad propiamente dicha de Hong Kong y la frontera con el resto de la República Popular de China.
Al anunciarlo, la gobernadora Carrie Lam habló explícitamente de una nueva era abierta por la ley de seguridad nacional y las reformas electorales. Estas son las medidas con las que la República Popular de China reprimió el levantamiento de Hong Kong y puso fin de manera efectiva a su estatus especial. Es decir que tenemos la formación de "China: un país y un sistema".
La nueva metrópoli es, por consiguiente, parte de la asimilación de la antigua colonia británica al resto del país. La intención es acercar más a los hongkoneses y físicamente a la China más China han. Si esto permitiera una inmigración masiva de chinos desde el interior, la cepa que se rebeló en 2019 y que sólo parcialmente (1% de la población) emigró al exterior después de la represión, se alteraría o se diluiría mucho.
Hong Kong también tiene un problema de vivienda endémico, pues es demasiado caro el metro cuadrado. Pero ciertamente no nos enfrentamos a una política benigna. La intención no es aumentar el bienestar de la clase media local, sino diluir hasta hacerla desaparecer con esa excusa su sentido de alteridad.
3/ El dominio del inestable Mar de China Meridional, una parada obligatoria en los flujos comerciales mundiales, a lo que ahora se añaden los "nuevos cuellos de botella" a lo Mahan de los datos, además de ser un posible escenario de confrontación entre el Ejército Popular de Liberación (EPL) y las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
En fin, el abrumador éxito de la facción ligada al poder central en las elecciones al Consejo Legislativo (LEGCO) de Hong Kong es, cuando se observan los datos con una mínima atención, una muestra de la oposición silenciosa de Porto Scented a la absorción definitiva en la República Popular, algo que Estados Unidos y sus asociados tratarán, evidentemente, de aprovechar.
Los candidatos cercanos al poder central y regional obtuvieron 89 de los 90 escaños, constatando la evidencia de que los partidos situados en posiciones que podríamos llamar de partidarios de la democracia han sido barridos... pero con una evidencia que es insoslayable: sólo acudió a las urnas el 30% de los que tenían derecho a votar, cosa que constituye el porcentaje más bajo de la historia y es la señal de la oposición latente de los habitantes de Porto Scented hacia Beijing.
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