Buenos días,
En 1983 Pat Benatar lanzaba la canción "Love Is A Battlefield", entre cuyos versos Pat Benatar decía algo así como: "We are strong / No one can tell us we're wrong".
The New York Times publicaba el pasado 20 de diciembre de 2021 un artículo sobre las últimas técnicas chinas para manipular las redes sociales como Facebook y Twitter. Cada vez más autoridades, incluso de un perfil bajo como la policía de Shanghai, contratan perfiles falsos en el extranjero con contratos oficiales para crear la impresión de que Beijing tiene seguidores internacionales, cosa que luego se informa en los medios locales.
El 21 de mayo una rama de la policía de Shanghai publicaba un aviso en línea en el que hacía una oferta para contratistas privados para desempeñarse en los que los funcionarios chinos llaman "gestión de la opinión pública". Esto no es algo nuevo, pues se viene haciendo este tipo de contrataciones para apoyo de los funcionarios públicos con la finalidad de mantenerse al día con las redes sociales chinas y modelar la opinión pública a través de la censura y difusión de publicaciones falsas. Es sólo que ahora, tal y como reconoce el propio The New York Times, han dirigido su atención fuera de las fronteras chinas.
Este fenómeno no es tampoco algo nuevo, por ejemplo, recientemente en España la plataforma de verificación Newtral.es explicaba que no existe una película llamada "The Omicron Variant" y que el cartel de esa película inventada es una manipulación de ‘Sucesos en la IV Fase’. Evidentemente alrededor de las vacunas se puede observar multitud de elementos de este estilo.
Durante la campaña para las presidenciales de Estados Unidos entre Donald Trump y Hillary Clinton también tuvimos ocasión de ver esta pugna en las redes sociales mediante imágenes recurrentes en Internet, los que llamamos "memes", por ejemplo:
También The New York Times hizo una investigación y halló que estaban en la esfera de producción de Rusia... sucede lo de siempre: "no es el gobierno de Rusia, es alguien que está ejerciendo este negocio en Rusia", y lo mismo puede decirse de todos. Son más bien agentes que crean este tipo de contenidos para batallar por las mentes de las personas que están en Internet recibiendo "duchas de información" que confirman su propio sesgo... y el factor determinante es que luego han de posicionarse en algún sentido, apoyar el Brexit, a Trump, que el virus no existe pero que lo ha hecho China (en serio, lo he leído y oído).
Lejos de lo que nos puede parecer (y hacer creer), no es patrimonio de un espectro concreto. Por ejemplo, los progresistas también hacen sus "memes":
Realmente fue bajo la presidencia de George H. Bush que se aprobó la construcción de un muro entre San Diego y Tijuana, pero fue la administración Clinton la que se decidió a construirlo, y de hecho, a impulsar y llevar más lejos ese muro, y desde entonces no ha habido presidente que no haya hecho su contribución. De tal manera que estamos ante una doble paradoja: Trump prometiendo hacer un muro que ya había empezado a hacerse bajo la administración Clinton, cuando a lo que él se refería era a ampliarlo (como todos los presidentes han hecho), y los progresistas o demócratas atacando realmente a sus dos grandes referentes: Clinton y Obama, porque ambos construyeron muro.
Retomando el reportaje de The New York Times, nos explica la forma en que lo hace la República Popular de China,
La policía de Shanghai busca crear cientos de cuentas falsas en Twitter, Facebook y otras importantes plataformas de redes sociales. El departamento de policía enfatiza que la tarea es urgente, lo que sugiere que quiere estar listo para dar rienda suelta a las cuentas rápidamente para dirigir la discusión.
Las redes de cuentas tipo bot, como las que la policía de Shanghai quiere comprar, han impulsado un aumento en el tráfico en línea a favor de China en los últimos dos años. A veces, las publicaciones en las redes sociales de esas redes refuerzan las cuentas oficiales del gobierno con me gusta o reposiciones. Otras veces atacan a los usuarios de las redes sociales que son críticos con las políticas gubernamentales.
A veces, las publicaciones en las redes sociales de esas redes refuerzan las cuentas oficiales del gobierno con me gusta o reposiciones. Otras veces atacan a los usuarios de las redes sociales que son críticos con las políticas gubernamentales.
Y citan el siguiente ejemplo, Facebook eliminó 500 cuentas después de que se utilizaran para dar difusión a los comentarios de un supuesto biólogo suizo llamado Wilson Edwards (no es que sea un nombre muy común en Suiza), quien supuestamente había escrito que Estados Unidos estaba interfiriendo con los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud para rastrear los orígenes de la pandemia de coronavirus. La embajada suiza en Beijing dijo que Wilson Edwards no existía, pero los medios estatales chinos ya habían citado las acusaciones del científico falso.
El departamento de policía busca una mejora en la sofisticación y el poder de alcance: una serie de cuentas con seguidores orgánicos que pueden dirigirse a los objetivos del gobierno cuando se les marque.
La solicitud sugirió que los oficiales de policía entendieron la necesidad de un fuerte compromiso con el público a través de estos perfiles de contratación. El compromiso más profundo da credibilidad a las personas falsas en un momento en que las empresas de redes sociales están eliminando cada vez más cuentas que parecen no auténticas o coordinadas.
Las redes de bots que se han vinculado al gobierno de China se destacan por su falta de compromiso con otras cuentasa a pesar de que se pueden usar para engañar a otros y aumentar la cantidad de me gusta en las publicaciones oficiales del gobierno, la mayoría de esas cuentas automatizadas tienen poca influencia individualmente por el motivo que tienen pocos seguidores, es decir que el rastreo de una cuenta en una red social permita dar con una persona real, y a ser posible motivada.
No obstante se resalta algo interesante, en 2018, comenzaron una nueva campaña para detener a los usuarios de Twitter dentro de China, propietarios de cuentas que habían encontrado formas de sortear los bloqueos del gobierno, y obligarlos a eliminar sus cuentas.
Ahora, la campaña se ha extendido a los ciudadanos chinos que viven fuera de China. El documento detalla cómo la policía de Shanghai quiere descubrir las identidades de las personas detrás de ciertas cuentas y rastrear las conexiones de sus usuarios con el continente. Luego, sus oficiales pueden amenazar a los miembros de la familia en China o detener a los titulares de las cuentas cuando regresan al país para obligar a los críticos en línea a eliminar publicaciones o incluso cuentas enteras.
En campañas de información chinas anteriores, se han utilizado cuentas tipo bot para agregar una cantidad poco realista de me gusta y retweets a publicaciones en medios gubernamentales y estatales. La ráfaga de tráfico artificial puede hacer que sea más probable que las publicaciones se muestren mediante algoritmos de recomendación en muchos sitios de redes sociales y motores de búsqueda.
La policía de Shanghai explica muy claramente la funcionalidad que desea el departamento, demostrando una familiaridad con los algoritmos de recomendación en las redes sociales. Su enfoque subraya algo que los funcionarios de propaganda saben bien: un grupo de cuentas basura puede hacer que una publicación de una cuenta oficial parezca viral brevemente, lo que le da una mayor exposición y le otorga credibilidad.
Los funcionarios buscaban una empresa que no sólo mantenga e implemente cuentas falsas, sino que también genere contenido original. La demanda de videos es alta, algo más allá del meme, las "imágenes en acción".
Un documento separado revisado por The Times muestra que la misma rama local de la policía de Shanghai compró servicios de grabación de vídeos de una compañía diferente en noviembre. La policía le pidió al proveedor que proporcionara por lo menos 20 vídeos al mes y que los distribuyera en las redes sociales nacionales y extranjeras. El documento se refirió a la tarea como producción de video original que se utilizaría para librar la "batalla de la opinión pública".
Tres semanas después de que la solicitud del departamento de policía de Shanghai se hiciera pública, una empresa llamada Shanghai Cloud Link ganó la licitación, según muestran los documentos. La oferta ganadora de Shanghai Cloud Link ofrece una ventana a cuánto pueden costar algunos de estos tipos de servicios de desinformación, la propuesta de Shanghai Cloud Link insinuaba un nuevo modelo basado en servicios, uno en el que los funcionarios pagan mes a mes, una especie de suscripción para la manipulación de las redes sociales.
Por otro lado, el 18 de diciembre Reuters publicaba una investigación sobre cómo Amazon ayudó a impulsar la agenda económica y política global del gobernante Partido Comunista. Y, en particular, cómo promovió su propaganda, lanzando el proyecto Chinabooks o prohibiendo comentarios negativos y reseñas sobre el libro del presidente Xi Jinping, para hoy día en su sitio chino Amazon.cn, el libro publicado por el gobierno no tiene reseñas de clientes ni calificaciones. Y la sección de comentarios está deshabilitada.
Recordemos que las calificaciones y las reseñas son una parte crucial del negocio de comercio electrónico de Amazon, una forma importante de atraer a los compradores.
El análisis
Es decir, los rivales de Washington y Londres han utilizado las redes sociales para difundir propaganda durante años. Pero no es menos cierto que el caso de Amazon no es un hecho aislado, pues la NBA también lo hizo.
El baloncesto es una de las herramientas de poder blando de Estados Unidos, y resulta ser, como deporte, muy popular en la República Popular de China. Así, en 2019 el tweet publicado (y luego correspondientemente eliminado) por el gerente general del equipo de los Houston Rockets, Daryl Morey, en apoyo a las manifestaciones que se estaban dando en aquel momento a favor de la democracia en Hong Kong, desencadenaron un altercado con la República Popular de China que ponía en peligro las actividades de la NBA en el mercado chino.
La NBA gana, según afirma Forbes más de 4 mil millones de dólares en la República Popular de China. En 2015, Tencent firmó un contrato de $ 500 millones con la liga nacional de baloncesto norteamericano por cinco años. Aproximadamente 500 millones de personas siguieron la NBA en su plataforma en 2018. La cuenta de Weibo de la NBA (que es el equivalente de Twitter en China) es seguida por más de 41 millones de usuarios.
La República Popular se centra en el deporte (fútbol y baloncesto sobre todo) para diversificar la economía china y expandir las inversiones extranjeras en sectores que tienen en apariencia un perfil algo más bajo en geopolítica, pero nada más lejos de la realidad. Además, el deporte actúa como un elemento de cohesión social. Tras 40 años de crecimiento vertiginoso, la economía china se está desacelerando y se está transformando y busca las palancas para poder lanzar la Revolución Industrial 4.0 que la ha de poner de nuevo en el centro de la región, y desde allí "ad astra". Seguir el deporte, especialmente si es en equipo, sirve para desviar parcialmente la atención de la población de los problemas socioeconómicos que enfrenta el país y que empiezan a percibirse en varias tendencias, como es la salud mental según estadísticas del propio gobierno de China o la actitud hacia el trabajo. Además, la práctica de actividades deportivas inculca disciplina y contribuye al bienestar físico. Según afirma la NBA, más de 300 millones de chinos juegan baloncesto. China quiere convertirse en líder mundial en el deporte también para consolidar su poder blando: los Juegos Olímpicos han sido (y los próximos Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, de lo que hemos hablado en relación al renminbi digital o e-CNY en un reciente Trazo de Kalamos que recomendamos repasar). Ganar concursos internacionales alimenta la narrativa de un país ganador, fortalece el sentimiento de pertenencia nacional a nivel nacional y favorece la difusión de la marca china en el exterior, al igual que la Superliga china de fútbol ha tratado de atraer estrellas (o jugadores más consolidados) hacia la competición, junto a técnicos y preparadores occidentales... actualmente su modelo está en crisis debido a la pandemia y los jugadores y técnicos abandonan la competición. Un duro golpe para el Soft Power de China hacia el exterior, pero también hacia el interior.
En definitiva todo ello nos muestra un cambio en la aceptación del gobierno en el aspecto tecnológico y las herramientas de manipulación y construcción de "la realidad" que son las redes sociales. El clima general en torno a los gigantes digitales está cambiando rápidamente. Existe la antipatía hacia los monopolios, que se une a la que profesan también los medios tradicionales por las redes sociales consideradas inadecuadas para proteger la palabra democrática de Estados Unidos. Es necesario apaciguar el malestar social también alimentado por las prácticas de estos actores. Está el endurecimiento del desafío con China. Existe la necesidad consiguiente de buscar formas no violentas de contener a Beijing para no ir a la guerra, pues realmente no se puede ir contra China (todavía). Se intenta disciplinar a las grandes potencias económicas para subordinarlas a un mundo más marcado por la competencia geopolítica.
Solicitudes a las que estos sujetos no pueden responder simplemente confiando más datos a las burocracias federales: prácticamente todas ya se las pasan. Pero el liderazgo en tiempos de paz es ajeno a Washington. Funciona en momentos de desafío absoluto, al igual que Estados Unidos sobresale en las guerras de este tipo y nunca ha ganado una táctica desde 1945... aunque aquella "la ganó" en otros términos: subestimar a la Unión Soviética y a la estructura puesta en marcha por el Imperio británico, ciertamente con los suministros estadounidenses es algo con lo que los norteamericanos se sienten muy cómodos, pero no es la realidad. El resultado será inevitablemente un compromiso. Salvo que la cuestión con China dé un peligroso salto cualitativo.
Y anuncia otra evidencia: el mundo digital es financiero o hiperfinanciero, pero no es real, causa problemas y no se adapta a un mundo necesitado de producción para la gran competencia geopolítica que iniciamos, además de haber dado demasiado poder de influencia a unas personas que pueden desear llevar sus sueños al campo de la realidad administrativa y tangible.