“Mavi vatan”, quiere decir “Patria azul”, es una expresión totalmente en boga dentro de la geopolítica turca, está permeabilizando a la sociedad y es la idea fuerza que engloba todos los esfuerzos y ambiciones turcas en el Mediterráneo oriental, particularmente las grandes bolsas de gas natural que se hallan ante las costas de Chipre.
El Servicio Geológico de Estados Unidos estimó en 2010 que en la región de la cuenca del Levante del Mediterráneo oriental se podía encontrar una media de 1.700 millones de barriles de petróleo recuperable y una media de 3,5 billones de metros cúbicos de gas recuperable. La cuenca del Levante se encuentra principalmente en aguas chipriotas e israelíes en el Mediterráneo oriental. Para una cronología completa de los extraordinarios descubrimientos de gas recomiendo la lectura de este artículo de Offshore Technology. Estos yacimientos, incluso en los precios tan bajos actuales motivados por una demanda en claros signos de debilidad y con los inversores retirándose, se estima que se trataría de miles de millones de dólares e influencia más allá del dinero para estas naciones. Particularmente, Líbano, Israel, Egipto, Chipre y Grecia.
Esto explica que durante el verano de 2019 Turquía inició trabajos de prospección en busca de hidrocarburos en la zona marítima exclusiva de Chipre con los buques sísmicos Fatih y Yavuz. La República de Chipre ha denunciado la intrusión turca y obtenido el apoyo político de la Unión Europea, de la cual Chipre es miembro pleno. Pero la diferencia estriba en que mientras hasta no hace tanto tiempo el conflicto entre Grecia y Turquía venía derivado de la situación de Chipre, ya que estaba Turquía haciendo prospecciones en la zona norte ocupada de la isla, ahora el conflicto se ha extendido como una mancha de aceite al trasladarse a alta mar, avivando todas las tensiones previas que estaban soterradas poniéndolas al descubierto y exacerbadas, pues insisto: esto trasciende al dinero, se trata de una influencia enorme.
Turquía no reconoce la República de Chipre desde que la isla alcanzó la independencia de Reino Unido –en 1960– y se planteó –en 1963– un proyecto de unión (Ένωσις "enosis", una reedición de la Gran Idea o Μεγάλη Ιδέα) con Grecia apoyado por el 80% de los grecochipriotas, y rechazado por la población minoritaria (20%) de origen turco (turcochipriotas) y partidarios de la "taksim" (partición). En 1974, Turquía invadió el noreste de la isla durante la Operación Atila y proclamó allí un «Estado Federal Turco de Chipre» que se convertiría después en la actual República Turca del Norte de Chipre, mediante la autoproclamación de independencia de 1983, un Estado de facto reconocido como nación únicamente por Turquía.
Turquía alega defender los derechos de los turcochipriotas como propietarios, a partes iguales con la comunidad grecochipriota, del petróleo existente en la zona marítima exclusiva de la isla.
Por su parte, la República de Chipre denuncia la ocupación militar turca del noreste de la isla y la intrusión de Turquía en su zona marítima exclusiva. Desde que la República de Chipre se convirtió en miembro de la Unión Europea –en 2004– esta última le ha expresado su apoyo, pero sin hacer nunca el menor esfuerzo concreto por defenderla ante Turquía. Nuestros lectores interesados pueden abordar la cuestión en el dossier geopolítico que desde esta revista digital se está construyendo sobre la materia.
Lo cierto es que, para Turquía, estos depósitos se hallarían dentro de lo que interpreta como su zona económica exclusiva, y es ahí donde llega el choque con Grecia y Chipre, pues para ambos ejecutivos, se estaría ignorando la soberanía griega y chipriota, además de los elementos de derecho fijados en la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, que, por cierto, jamás ha sido ratificada por Turquía.
De hecho, de acuerdo con el discurso que dirigió el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, con motivo del Día de la República, que se conmemora cada 29 de octubre, momento en que se recuerda la fundación de la República de Turquía, durante el discurso del año pasado merece la pena señalar ciertos elementos. Por ejemplo, dentro de la apropiación de la figura de Atatürk por parte de Erdoğan, es interesante que lo llama Ghāzī Mustafa Kemal Atatürk. Subrayo este hecho, porque los Ghāzī se caracterizan por su celo religioso, ya que es un campeón heroico del islam, en pleno espíritu de Yihad contra los cristianos. Esto conectaría con el poder blando de Turquía expresado en sus series, y que ya tuve ocasión de analizar, y que recomiendo repasar, mediante este artículo, que aborda la pugna por este apartado del poder blando entre árabes y turcos para la región MENA y Asia Central. Bien, Ertuğrul entró en combate apoyando el bando de la fe, como buen ghāzī, mismo nombre que tomaría su heredero Osman Ghāzī para justificar sus campañas contra el Imperio bizantino. Bien, pues Ertuğrul entró a favor de un débil ejército selyúcida, y su ayuda resulta decisiva, y como consecuencia, Kaikubad I, sultán selyúcida de Rüm (1220-1237) le concedió a Ertuğrul las tierras de Karaja Dağ, una montaña cerca de Ankara. El relato indica que la justificación del líder selyúcida para otorgar estas tierras a Ertuğrul fue para repeler cualquier incursión hostil de los bizantinos u otro adversario. Sobre esta apropiación de la figura de Atatürk y su manipulación para ajustarla al asalto y concentración de poder de Erdoğan, recomiendo repasar este artículo, pues es fundamental para comprender las bases de la situación actual en la República de Turquía. La idea que estaría fijando Erdoğan en la mente de los turcos está vinculada con la fundación del sultanato turco, y en su pugna con los griegos bizantinos, tras la conquista de Constantinopla en 1453 por Mehmed II, llegaría la autoproclamación del sultán como Kayser-i Rum, literalmente “César de los romanos”. El siguiente referente está también claro al respecto, y no se puede entender una parte sin la otra, y es que “Atatürk, quien participó en la victoria de nuestra Guerra de Independencia y el establecimiento de nuestros estados”. De nuevo repasar el artículo sobre Ayasofia resulta fundamental para entender la argumentación del presidente Erdoğan.
A continuación, el siguiente eje del discurso de Erdoğan gira alrededor de las operaciones llevadas a cabo en Siria y que permiten aspirar a la tutela de los recursos hídricos y de hidrocarburos, no sólo ya de Siria, también del Kurdistán iraquí. Para el presidente Erdoğan,
“Gracias a Dios, tenemos 82 millones de ciudadanos listos para marchar hacia el martirio sin dudarlo en lo que respecta al futuro de su país y nación, adhan, bandera y santos. Nuestra nación ha demostrado su determinación en esta materia en cada situación que toca su independencia y futuro, especialmente en el intento de golpe del 15 de julio. Si las organizaciones terroristas no pueden lograr el éxito en nuestro país a pesar del enorme apoyo que las respaldan, es gracias a esta postura firme y decidida de nuestra nación. El Escudo del Éufrates, la Rama de Olivo y por último las Operaciones de Manantial de Paz que venimos realizando en Siria en los últimos años también forman parte de esta lucha.”
Dentro de la ceremonia tuvo parte, y esta parte es clave, Deniz Yarbay Engin Ağmış, miembro del Comando de las Fuerzas Navales, al frente de la fragata TCG Gökçeada. Y al respecto, en su diálogo con el presidente de la República de Turquía, mencionó lo siguiente:
“Como fragata TCG Gökçeada, llevamos a cabo la Operación Escudo Mediterráneo en el Mediterráneo oriental con nuestros otros barcos de superficie, submarinos, aviones de patrulla marítima y vehículos aéreos no tripulados para proteger nuestros derechos e intereses en la patria azul.
Señor presidente, como fragata TCG Gökçeada, acompañamos y brindamos protección cercana a nuestro buque de perforación Yavuz, que realiza actividades de perforación en el suroeste de la isla de Chipre. Estamos orgullosos de enarbolar nuestra gloriosa bandera turca en todos nuestros mares mientras cumplimos con nuestras obligaciones. Quisiera expresar que estamos dispuestos a proteger cada centímetro de nuestra patria azul de 462.000 kilómetros cuadrados con gran determinación y cumplir con cualquier tarea que se nos encomiende.”
Al respecto, hay que recordar que, a iniciativa de Turquía, a partir del 1 de abril de 2006 está en marcha la Operación Escudo del Mediterráneo, cuya finalidad no es otra que la de asegurar el transporte estratégico de petróleo desde la terminal de Ceyhan, en el Mediterráneo oriental, así como impedir la proliferación de armas de destrucción masiva y otras actividades ilegales asociadas con el terrorismo.
¿Qué es la “Patria Azul”?
La “Patria Azul” no es, y esto debe quedar meridianamente claro, un recurso de comunicación política. Se trata de cambios de carácter definitivo en la doctrina y pensamiento estratégico de Turquía, que quedan vinculados al proceso estudiado doblemente en los artículos ya mencionados, de creación de líderes cada vez más conservadores, nacionalistas y religiosos, en la tradición de la síntesis turco-islámica que siguió al golpe de Estado del general Evren en 1980, con la particular “revolución cultural” vivida por Turquía en aquel compás de la Guerra Fría que se inicia en 1979, y que en la región corresponde al “Green Belt” desplegado en el flanco sur de la URSS. Se trataría de buscar un objetivo muy claro, suscitar una Weltanschauung, una visión del mundo muy concreta.
La primera vez que Cem Gürdeniz la propuso fue en 2006. Consiste en el dominio y control de amplias zonas marítimas en tres mares, el Mar Negro, el Mar Egeo y el Mar Mediterráneo, y cuya resolución implica la declaración de nulidad del Tratado de Lausana de 1923. El crecimiento de su población actualmente ronda los 82 millones de habitantes y se estima que en 2030 consolidará los 90 millones de habitantes, hacen que la falta de energía en su suelo debe paliarse para su seguridad energética aplicada al desarrollo industrial y necesidades de la población mediante los principales proveedores de energía de Turquía, que son Rusia, Irán, Irak y Libia. De esos países, Turquía importó en 2018 más de un millón de barriles de petróleo al día y más de 51.000 millones de metros cúbicos de gas. Más aún, la mayor parte del comercio de Turquía se realiza por mar y garantizar la libertad de navegación se ha convertido en una de las principales prioridades de seguridad nacional para el establecimiento de Turquía.
Por otro lado, la memoria de los bloqueos navales de italianos, griegos y otras potencias europeas que finalmente asfixiaron al Estado otomano entre 1911 y 1923, sirven como recordatorio de lo que sucede cuando se cede el control sobre el mar, dice Gürdeniz.
Este hecho y sus ambiciones de convertirse en un coloso energético no sólo conduce al control o influencia de estos tres mares, el Negro, el Egeo y el Mediterráneo en su parte oriental, pues en el fondo, desea influenciar mediante los Hermanos Musulmanes y el apoyo de Qatar, y su relación especial con Estados Unidos basada en que Qatar es un punto estratégico clave para la geopolítica y la influencia de Estados Unidos en la región. En concreto, la base aérea Al Udeid. Aunque la titularidad de la base es qatarí, la comparten la Qatar Emiri Air Force, la United States Air Force y la Royal Air Force. Es la sede del Cuartel General Avanzado del Mando Central de Estados Unidos, el Cuartel General de las Fuerzas Aéreas del Mando mencionado, del 379th Air Expeditionary Wing de la USAF, del 83 Expeditionary Air Group de la Royal Air Force y de la Transport Wing y 3rd Rotary Wing de la Qatar Emiri Air Force. Qatar alberga la mayor base aérea militar norteamericana en Oriente Medio, donde se hallan desplegadas, por lo menos desde 2017 más de 11.000 efectivos y operan más de 100 aviones de todo tipo, según informaba la propia Al Jazeera. Además, Qatar representa la tercera mayor reserva mundial de gas natural al contar una extensión de 11.586 kilómetros cuadrados.
Los precios del gas, en esta situación muy bajos, se compensaría si tomamos la perspectiva turca por la implosión vivida por la lira turca, y que apuntala la necesidad turca de hidrocarburos, por un lado, y la urgencia de apuntalar a su moneda mediante divisas, dependiendo como depende hasta ahora de los dólares de Qatar. Al respecto, el contexto tampoco es favorable toda vez que Israel se está centrando en la energía solar y contemporizando con las centrales eléctricas de gas, como es natural debido a los precios de mercado, y a su vez, la perforación hecha acorde con la legalidad se ha detenido en Chipre. Además, la introducción de la lira turca en el norte de Siria ocupado ilegalmente por los turcos ha comportado una caída adicional de la moneda nacional turca.
Así, de este modo, con el control efectivo de esta región, la ambición de Erdoğan no sólo sería satisfacer sus propias necesidades energéticas. Su ambición estaría orientada al control de la región MENA y a ser el agente privilegiado de la UE en detrimento, pensando pro futuro, de Rusia, ya que avanzaría hasta Azerbaiyán, y la armonización de relaciones con Irán le permite enfrentar a Arabia Saudita y a Emiratos Árabes Unidos, además de a Israel. O bien, podría tratarse de buscar una forma de negociar a la fuerza por la riqueza de la región con Grecia, Chipre, Egipto, Líbano e Israel. De hecho, a raíz del desastre acaecido en los primeros días de este mes de agosto en Beirut, Turquía se ofreció a reconstruir el puerto de la capital, con la intención de ganar proyección sobre la riqueza del lecho marino libanés.
De hecho, tal principio estratégico turco sería en verdad la réplica de la visión estratégica del presidente sirio Bashar al-Assad establecida en el año 2004, dos años antes que la turca teorizada por Cem Gürdeniz. La idea de Bashar al-Assad que consistía, y podría consistir, si se mantiene en el poder y lima las diferencias que podrían evitar este proyecto, en la coordinación de Cinco Mares, el Mar Negro, el Mar Mediterráneo, el Golfo Pérsico, el Mar Rojo y el Mar Caspio. Para lo cual debería alcanzarse hoy día un gran acuerdo entre Damasco, Beirut, Tel Aviv, El Cairo, Atenas, Nicosia, Moscú, Teherán, Riad, Abu Dabi, Berlín-París-Roma-Bruselas.
Los principios derivados de la formulación de la “Patria azul” implican dos ejes claros geopolíticos, que de hecho, igualan la doctrina de los “Cinco Mares” de Bashar al-Assad, sólo que desplaza el eje hacia Turquía y Qatar y serviría para tragarse a Irán y Egipto. Tales ejes serían:
- Primer eje: el Mar Mediterráneo, Mar Egeo y el Mar Negro; con los Dardanelos, el Mar de Mármara y el Bósforo.
- Segundo eje: el Mar Rojo, el Mar Caspio, Golfo Pérsico/Mar Arábigo, con el Golfo de Adén, la isla de Socotra, el Cuerno de África, el Canal de Suez, con el Golfo de Suez y el Golfo de Aqaba, el estrecho de Bab al-Mandab y el Golfo de Omán.
Al respecto, Turquía ha establecido bases militares y navales en Somalia, Sudán, Libia y Qatar, incluido el entrenamiento de soldados, el suministro de armas, municiones y otro apoyo militar. No obstante, el Cuerno de África tiene tres pesos pesados: Estados Unidos, Reino Unido y Francia. China intenta avanzar por ahí. Un cuerpo con una ventaja geopolítica y de influencia muy destacada lo proporciona la dupla Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos; Qatar y Turquía... muy relativo; la presencia de Qatar se mueve más en parte por la de Irán, que replica lo que sucede en Ormuz en Bab al-Mandab... Turquía es más, hoy por hoy echarse un farol, en una región de la que sobra para los principales actores, de la que carece de tecnología extractiva de recursos energéticos prometedores, que actuaría más como intermediario, pero que no puede ni le van a permitir sostener la posición. Los árabes son muchísimo más determinantes en todos los aspectos imaginables que los turcos, pues cuentan con todas las ventajas para influir, incluida la de, no sólo volver a financiar, incluso mejorar la financiación en 2021 de AMISOM. La posición en Somalia de Turquía dada la idiosincrasia del país es inútil y demasiado costoso, por no decir que el equilibrio cambiará inminentemente. Italia que ha vivido un período de caos en su política exterior lo ha compensado con los aciertos de ENI. Resumen: Erdoğan va a caer y con todo el equipo, porque pronto no le va a dar para más. Esto es lo que hay de verdad, muy resumido.
En África China ha de competir, y compite, con Rusia, que no es un gigante precisamente, por las migajas del pastel. Los colonizadores y los que cuentan con auténticos factores de influencia en la región son los que cuentan. De ahí, entre otros aspectos, el esfuerzo que hace China con Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos.
Por otro lado, Irán maneja un juego de distensión con Arabia Saudita por Irak, por un lado, pero también con Turquía y con Emiratos Árabes Unidos. Y, a su vez, Emiratos Árabes Unidos lleva un tiempo trabajando la distensión con Irán a través de la ayuda humanitaria enviada a Irán con motivo del SARS-CoV-2 y la pandemia de la Covid-19.
Y al respecto, Emiratos Árabes Unidos está desarrollando una interesante labor diplomática, también amparada por el presidente Donald Trump, ya que la posición de Turquía está marcando una aceleración en una línea que venía existiendo desde hace tiempo y que implica la coordinación y alianza de Grecia, Chipre, Egipto, Francia, Líbano, Irak, Armenia y posiblemente, en el juego de minué entraría también Irán. En todo ello, una de las piezas claves es, precisamente, Emiratos Árabes Unidos. Para la dupla de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos el frente de Turquía y Qatar en el engranaje de los Hermanos Musulmanes, a los que se suman sus acuerdos de cooperación en el campo militar, que han comportado la instalación de una base naval en Misrata (Libia) hace que la situación entre Emiratos Árabes Unidos e Irán empiece a encajar en una búsqueda de alianza entre otros escenarios, por Libia, de la misma manera que Arabia Saudita buscaría algún tipo de acuerdo con Irán por Irak, o que Emiratos Árabes Unidos lo ha hecho con Irán en el escenario del Yemen al retirar Emiratos Árabes Unidos tropas de ese conflicto. Al respecto, recomiendo la lectura del siguiente artículo publicado en Quixoteglobe, pues el autor, Necati Demircan, explica el conflicto de Libia desde la perspectiva turca y de la “Patria Azul”.
De hecho, Francia está en ascenso en la región, y esto es evidente ya para cualquiera. La presencia inmediata de Emmanuel Macron en Beirut comportó un compromiso en firme del presidente de la República francesa con los Emiratos Árabes Unidos, y con una Arabia Saudita que mantiene su influencia pero optaría por un perfil algo más bajo, dejando espacio al compañero de su dupla, Emiratos Árabes Unidos, ya que al finalizar la guerra civil del Líbano en 1989, Arabia Saudita acudió como elemento generador de estabilidad, y para ello reforzó el sistema de distribución de los diferentes grupos religiosos en el poder (cristianos maronitas que ejercer la presidencia, musulmanes chiítas que ejercen la presidencia de la cámara parlamentaria, y musulmanes sunníes, que ejercen la presidencia del Gobierno). Poco a poco, tal sistema de compartimentos estancos y representaciones por grupos ha alcanzado al conjunto de la sociedad, que ha mimetizado hasta en lo más simple. A ello se sumaría el acuerdo con Hezbolá manifestado de diversas maneras y expresado por Nasrallah, lo que invita a pensar a cierto acuerdo estratégico entre Irán y Francia para Líbano, en el que también estarían la dupla Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita.
Esto hace que Francia tenga ahora acuerdos militares con Emiratos Árabes Unidos, Grecia, Chipre y Egipto para detener a Turquía, aliado en la OTAN y candidato a la Unión Europea.
No obstante, Turquía se fía de los lazos que le unen con Alemania, basados en la comunidad turca, por un lado, y kurda por el otro. A lo que se sumaría el Islamische Gemeinschaft Millî Görüş y la relevancia de Colonia al respecto. Esto se ha manifestado en el tradicional amparo de la RFA hacia los Hermanos Musulmanes, sin importar si hablamos de Argelia como de cualquier otro lugar, acogiendo a sus líderes más prominentes. Según parece, Merkel recibió la promesa de Erdoğan de que Turquía empezaría una distensión y flexibilización de su postura en los próximos días.
La armada turca, una proyección de futuro inmediato
La armada turca opera con notable regularidad tanto en el Mar Mediterráneo, como en el Mar Negro, con un marcado énfasis frente a Bulgaria, la otra pieza de la proyección exterior de Turquía junto a los griegos y a los árabes, y en el Mar Egeo, junto a la cadena este de islas de Grecia.
La armada turca ha iniciado operaciones asimismo en el Mar Rojo, en el estrecho de Bab al-Mandab, el Mar Arábigo y el Golfo Pérsico. A ello ha sumado un creciente interés en realizar operaciones conjunto-combinadas con Pakistán, basadas en una perspectiva estratégica en la que Turquía la utilizará para desarrollar una presencia permanente en el Mar Arábigo y el Golfo de la India.
Turquía comprende que su topografía terrestre, al estar cubierta por montañas, es una ventaja defensiva y está a salvo de los ataques terrestres. Por el contrario, la frontera marítima de Turquía, que se extiende a lo largo de tres mares, es su flanco débil por un lado y, por otro, es el que constituye una oportunidad para sus necesidades energéticas e independencia y expansión económicas.
Este entendimiento, que se encuentra bien en las raíces de la historia otomana, llevó a Erdoğan al poco tiempo de alcanzar la formación de gobierno, a desarrollar un programa estratégico orientado hacia el empoderamiento y el fortalecimiento de la fuerza naval que recibió el nombre de Milgem.
El programa Milgem cuenta con una interesante financiación y con medios, y se basa en el principio de que la clave para la acumulación de fuerzas de Turquía y su establecimiento como potencia regional e internacional es el desarrollo tecnológico e independiente de la industria turca local, de lo que dependería el desarrollo de drones y del caza de superioridad aérea bimotor desarrollado por la Turkish Aerospace Industries (TAI), llamado TAI TFX, y que cuenta con la asistencia en el aspecto tecnológico de la británica BAE Systems.
Turquía anunció también la apertura el 29 de julio de 2019 de su primer laboratorio de pruebas e investigación en las instalaciones de la Tusas Engines Industries en Eskisehir, en Anatolia Central, y que ha de servir para empezar a dotar a Turquía de su propia tecnología militar. En definitiva, la industria de defensa turca se centra en el desarrollo y la producción de embarcaciones, aviones y sistemas de armas avanzados para el ejército en general y la marina en particular, y persigue la ambición de convertirse en un exportador de armas líder en el mundo, lo que le permitirá influir en países y políticas, como ocurre en los modelos estadounidense, chino y ruso.
Dentro del proyecto Milgem, se han desarrollado y construido cuatro corbetas para la guerra antisubmarina, una corbeta de recopilación de inteligencia, cuatro fragatas de guerra de superficie y cuatro fragatas para la guerra antiaérea. Se están construyendo también cuatro modernas corbetas para la armada paquistaní durante los últimos años.
En cuanto a las fragatas de la armada turca, cuenta con tres tipos diferentes, las de mayor tamaño son las llamadas clase “Gabya” o clase “G”, de las que Turquía tiene hoy en día 8 fragatas FFG de la clase 'Oliver H. Perry', de Estados Unidos y provenientes de la US Navy, y están dotadas con 8 misiles antibuque de la clase Harpoon, y en 4 de ellas tienen 40 misiles antiaéreos SM-1 MR SAM, y en otras 4 el lanzador VLS Mk-41 más reciente con 33 misiles del tipo Evolved Sea Sparrow (ESSM). El resto de fragatas son de la clase “MEKO-200” en dos variantes, 4 pertenecen a la clase "Barbaros" y otras cuatro a la clase “Yavuz”, idénticas en todo, salvo que las “Barbaros” están equipadas con el radar de Thales SMART-S Mk2, a la altura del SPY de AEGIS. Todas llevan misiles antibuque del tipo Harpoon, y para las “Yavuz” lanzadores Mk-16 para los misiles RIM-7 Sea Sparrow, mientras que las “Barbaros” están dotadas con el lanzador VLS Mk-41 para misiles Evolved Sea Sparrow (ESSM). En cuanto a corbetas, los turcos cuentan con dos tipos, la clase “Burak” y la clase “Ada”. La primera son diseños franceses a partir de la clase “D’Estienne d’Orves”, adquiridas a Francia, y portan 4 misiles antibuque del tipo Exocet. La clase “Ada” son más modernas e incorporan sensores de alta calidad del tipo Thales SMART-S Mk2, con un armamento compuesto por 8 misiles Harpoon.
Turquía dispone de 12 submarinos que cuentan con años de servicio y que se están actualizando, con lo que el número operativo es menor. Se trata, en su integridad de submarinos de diseño alemán basados en la clase “209” y su evolución, la clase “214 AIP (Air-Independent Propulsion)”, que permite al submarino funcionar sin necesidad de emerger a superficie a tomar aire, al contar con células de combustible que lo habilitan. Hoy en día los turcos cuentan con 3 tipos de submarinos: 4 del tipo “209/1200” o clase “Atilai”, de los que dos están fuera de servicio. El resto son 4 del tipo “209/1400” de la versión T1, y otros 4 de la versión T2. Todos van armados con torpedos de 533 mm. Cuenta con 4 submarinos del tipo “214”, pero su adquisición ha sido tardía, de todos ellos el primero casi está listo, pero a efectos prácticos es como si no tuviera ninguno.
Durante los últimos años, se acabaron 33 lanchas de desembarco para la marina turca, que están diseñadas para llevar a tropas de infantería y vehículos blindados en costas enemigas, caso de las islas del Egeo, potencialmente y, por ejemplo, por no mencionar a Chipre. En definitiva, el desarrollo de la capacidad de flanqueo marítimo y el aterrizaje en las playas por parte de Turquía le permiten operar contra las islas orientales de Grecia y tomar el control de ellas durante una campaña.
Además, Turquía construye de forma independiente en sus astilleros locales seis submarinos alemanes del modelo U-214, bajo la aprobación y ayuda de los astilleros alemanes HDW. Se estima que los seis submarinos turcos, que incluyen capacidades AIP, que habilitan a los submarinos para alcanzar una larga permanencia en inmersión, estén operativos entre los años 2021-2027 y se unan a la flota de 10 submarinos más, que Turquía ha estado operando durante mucho tiempo. Adicionalmente, Turquía cuenta con 19 lanchas lanzamisiles, de diseño alemán, pero de diferente tipo, de las que 9 de ellas son de la clase 'Kılıç', que son más grandes que el resto y cuentan con 8 misiles del tipo Harpoon, las diez restantes llevan 2 de estos misiles.
Lo más destacado de la acumulación de fuerzas navales turcas es la construcción del portaaviones, desde el cual se espera que se operen aviones F-35B. Se trata del buque TCG Andadolu (L-400), un buque LHD o Landing Helicopter Dock, del estilo del español Juan Carlos I (L-61) en el que está basado y que se está construyendo en el astillero turco de Sedef, buque de asalto anfibio con capacidad aérea, además de poner a flote lanchas de desembarco desde el dique seco interno. El buque, que se supone que estará operativo durante 2021, desarrolla una capacidad operativa significativa para Turquía en el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo, con énfasis en su actividad operativa en Libia, Sudán y otros países de la región. Turquía está considerando construir un segundo buque de este estilo.
Durante los próximos años, se espera que la armada turca opere 16 aviones de reconocimiento, unos 40 helicópteros, 16 submarinos (incluidos los seis nuevos submarinos), 21 fragatas, 18 corbetas, 35 lanchas de misiles, 32 dragaminas, una nave nodriza para logística y suministro de largo alcance, y docenas más de buques generales. En la armada turca sirven a unos 260.000 soldados, incluidas unidades de comando y fuerzas marinas, que son entrenados regularmente por Estados Unidos, y están equipados con misiles antitanques avanzados, vehículos blindados y armas para el combate terrestre. Ni que decir que estas fuerzas están acumulando una interesante experiencia operativa en la campaña en Siria y Libia, que se espera les ayude a mejorar su capacidad operativa y la doctrina de combate.
Para una comparativa entre el poder naval turco y el griego aconsejo este artículo.
La aplicación práctica de la “Patria Azul”
El primer empuje práctico de gran alcance del concepto “Patria Azul” viene vinculado al contralmirante Cihat Yaycı, Jefe del Estado Mayor del Mando de las Fuerzas Navales. Paradójicamente, fue nombrado Jefe del Estado Mayor General con la decisión publicada oficialmente por el presidente Erdoğan, pero renunció a su cargo. Yaycı, ha sido una de las piezas de las que se ha valido Erdoğan para alcanzar el asalto al poder y su proceso de concentración alrededor de su persona. En concreto, Yaycı fue quien desarrolló la práctica denominada "Fetömetre" para desenmascarar a miembros de la Organización Fethullah Gülen en el ejército; además, es el auténtico artífice del acuerdo firmado con Libia en diciembre para la determinación de zonas económicas exclusivas, de lo que hablaré más abajo.
Yaycı ha publicado dos libros, el primero de ellos es de 2019 y su título se podría traducir al español como “Libia es el vecino marítimo de Turquía”. El segundo libro es de este año y se titula “Reto compartido del Mediterráneo oriental y Turquía”. La forma en que se ha desarrollado la idea teórica de “Patria Azul” que define una estrategia para expandir la soberanía marítima turca corresponde al contralmirante Yaycı. Este principio de proyección de poder geopolítico se construye sobre la siguiente premisa: de acuerdo con Yaycı la clave de Libia en la lucha por el poder en el Mediterráneo oriental parte de la adopción de una perspectiva diferente del mapa mediterráneo. Para ello resulta fundamental trazar la línea partiendo de la siguiente terna de ubicaciones: Marmaris-Fethiye-Kas, en Turquía, y unirla con la línea costera Libia de Derna-Tobruk-Bardiya. Se insiste en que deben ser considerados vecinos, y en trazar las líneas en diagonal argumentando que la posición geográfica inclinada de Turquía en el mapamundi hace que Turquía, no sólo se apropie de las aguas chipriotas, también de las aguas griegas, y con ello se eliminaría a Grecia y Chipre del control de las aguas del Mediterráneo oriental, y postulaba a Turquía como socio preferente para Egipto e Israel, apoyándose en la geopolítica de los Hermanos Musulmanes (el GNA de Sarraj en Libia, Qatar, Turquía… pero también ansían recuperar Egipto favoreciendo el derrocamiento de Al-Sisi), además de extender su influencia hacia Túnez, donde la influencia de los Hermanos Musulmanes se expresa a través del partido político Ennahdha, liderado por Rached Ghannouchi, y con el presidente tunecino, Kaïs Saied pivotando en algunos aspectos hacia Turquía, a lo que se sumaría Hamás en Palestina, que orbita entre Qatar y Turquía), con lo que la expansión de la apropiación de Turquía y Qatar cabe esperarla en toda la región MENA, induciendo a la desestabilización de la región, como ya sucedió con las Primaveras Árabes, o profundizando en conflictos potenciales como el de la Cabilia a través del Movimiento por la Autodeterminación de Cabilia, que actuaría como resorte de seguridad para mantener a Argelia en una esfera de cordialidad y buen entendimiento, como hasta ahora han sido en términos generales las relaciones Argel-Doha-Ankara.
Turquía reclama derechos de explotación en un área que dice que es su plataforma continental. Por su lado, Grecia afirma que todas sus islas habitadas cuentan con una zona económica exclusiva de 200 millas, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, convención que, como se ha dicho, Turquía se niega a aceptar pues implicaría perder todo ese espacio.
Al respecto, el acuerdo de Turquía con la Libia del GNA de finales de 2019 permite crear un corredor turco-libio cuya hegemonía corresponde a Turquía y que cortaba la delimitación conforme a la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar entre Egipto y Grecia, cosa que implica desde el punto de vista turco que Creta no tiene plataforma continental, una de las islas grandes del Mediterráneo, por no hablar de Kastelorizo. A ello se sumaría también el proyecto EastMed, que une a Grecia, Chipre e Israel y que pretende la construcción de un gasoducto para vender gas a la UE excluyendo a Turquía y el norte de Chipre bajo ocupación turca.
No obstante, la renuncia de Yaycı y su relativa “caída”, un proceso típico en Erdoğan, el valerse de otros y luego “defenestrarlos”, ha supuesto el aumento del interés por parte de comentaristas y medios de comunicación que forman parte del erdoğanismo, que son la inmensa mayoría, hacia el auténtico autor de este pensamiento estratégico, el antiguo contralmirante turco Cem Gürdeniz, cuya presencia se ha prodigado últimamente en los medios populares de Turquía. Tanto los escritos como las intervenciones televisivas de Cem Gürdeniz apuntan hacia una doctrina más agresiva y en busca de oposición con los rivales por el Mediterráneo oriental (Grecia-Chipre, Egipto, y desde luego los recursos de Siria y Líbano. A título de ejemplo, Turquía tardó horas en ofrecerse a reconstruir el puerto de Beirut tras los terribles hechos sucedidos en la explosión del 4 de agosto de este año, sin duda, acceder a sus recursos y presionar a Siria e Israel estaban en su agenda.
Cem Gürdeniz. Semblanza del autor de “La Patria Azul” y conexiones
Gürdeniz, nacido el 24 de marzo de 1958 en la provincia de Estambul, es un caso típico dentro de otros altos cargos militares turcos: tras su escolarización en la escuela Sarıyer İlkokulu, pasa al centro de formación secundaria Haydarpaşa Lisesi, un centro de secundaria público, de los “anatólicos”, que admiten a los estudiantes con las puntuaciones más altas en las pruebas estandarizadas a nivel nacional (TEOG). Tras su paso pasará a la formación secundaria castrense, cuando ingresa en la escuela secundaria naval turca Deniz Lisesi Heybeliada, situada en la isla de Heybeliada en el Mar de Mármara, al sureste de Estambul. De allí pasará a entrar en la Academia Naval, donde se graduará en 1979. Entre 1983 y 1985 cursará un programa de posgrado en la Escuela de Posgrado Naval. Completó su educación en la Escuela de Guerra Naval de Turquía (1989) y en la Escuela de las Fuerzas Armadas (2002). Tiene también un Máster en gestión de personal y política exterior por la Université Libre de Brussels (ULB). Gürdeniz podría situarse en el espectro de una izquierda nacionalista turca, uno más de un grupo en auge y que atrae a esta corriente de pensamiento a destacados antiguos oficiales de las Fuerzas Armadas, que se manifiesta en una desconfianza y preocupación por la influencia de Estados Unidos y lo que llaman “el marco atlántico”, en referencia a lo que podríamos llamar “el bloque OTAN”. No obstante, su desconfianza no sólo se proyectaría hacia occidente. De hecho, la búsqueda de la autosuficiencia energética llevaría a expresarse en clave nacionalista turca, con lo que marcarían distancia con todos: rusos, iraníes, griegos, armenios, georgianos, italianos, franceses, británicos-norteamericanos…
Como oficial de cubierta sirvió en diferentes destructores y fragatas. Asumió el mando de la fragata de misiles guiados TCG Gaziantep en 1998 y la Tercera División de Destructores en 2002.
Ascendido al rango de Contralmirante (medio bajo) en 2004 y medio alto en 2008. Se desempeñó como Jefe del Departamento de Estrategia y luego como Jefe de la División de Planes y Políticas en el Cuartel General de las Fuerzas Navales de Turquía. Se ha desempeñado como comandante del Grupo de Buques Anfibios y Flota de Minas entre 2007 y 2009. Se retiró en 2012. Fundó el Foro Marítimo de la Universidad Koç de Estambul en 2015. Todavía se desempeña como Director del Foro Marítimo. Es columnista de un diario sobre temas marítimos y autor de 8 libros relacionados con estrategia marítima, historia y cultura marítimas.
Además del servicio en varios buques de guerra y una gira en la sede de la OTAN, pasó largos períodos de su carrera trabajando en estrecha colaboración con Estados Unidos, lo que incluye dos años de residencia en la Escuela de Posgrado Naval.
No obstante, fue arrestado junto a otros oficiales superiores tres años más tarde de alcanzar el rango de Contralmirante medio alto, en 2011. Esta detención sucedió en el contexto que parte del proceso que recibió el nombre en clave de “Ergenekon”, un valle mítico en Asia Central, patria originaria de los pueblos túrquicos. Este proceso empezó en 2007 y estaba relacionado con presunto terrorismo de Estado durante la Guerra Fría y hasta los años noventa del pasado siglo XX. El auto de acusación de Ergenekon alcanzó los 2.455 folios cuando empezó el juicio en julio de 2008. De este proceso surgió un segundo sumario en 2009, y hasta un quinto sumario que dieron lugar a un macroproceso con 275 personas imputadas. En 2010 se inició otro juicio vinculado a Ergenekon, llamado Poyrazköy, y más tarde una investigación en paralelo permitió otro macrojuicio, que partía de la llamada Operación Balyoz (Balyoz Harekâtı, “Operación Mazo”). El periódico de corte liberal, Taraf, publicó una serie de documentos que le hicieron llegar ciertas fuentes, y que acusaban a Grecia de derribar un avión turco sobre las aguas del Egeo, además de bombardear dos mezquitas de Estambul, con la finalidad de sembrar la confusión y justificar un golpe militar, dentro de la ya mencionada en otro artículo, dilatada tradición golpista. De acuerdo con el Ejército, estos documentos tan sólo serían parte de un ejercicio de simulación basado en escenarios dentro de un contexto de un seminario militar. La Operación Bayoz implicó la imputación de 365 personas, en su mayoría militares de alto rango.
No obstante, a medida que se proseguían las investigaciones los encargados de la investigación y de la acusación pasaron de creerse instrumento del destino para salvar a la patria a ir albergando cada vez más dudas, pues las detenciones a partir de cierto punto se focalizaron en la oposición al AKP, ya fuera esta periodistas, académicos o miembros en general de la sociedad civil turca. Sobre este particular, y para simplificar la exposición aconsejo consultar la investigación que ejecutó sobre la Operación Bayoz el premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, Dani Rodrik, llamada The Plot Against the Generals. Tan sólo decir que se mencionaban matrículas de vehículos implicados en acontecimientos de 2003 que fueron emitidas tres años más tarde, en 2006; y, lo que ya resultó definitivo de la manipulación de pruebas fue que la redacción de los documentos que probaban la supuesta intentona golpista de 2003 contra el AKP de Erdoğan fueron hechos en formato de Microsoft Office 2007, que habían guardado en el formato de 2003, pero los metadatos de los archivos demostraban que la versión original era Microsoft Office 2007. Tales documentos eran la principal prueba de la acusación para la Fiscalía.
Dentro del juicio sobre la Operación Bayoz de 2011 Gürdeniz fue declarado culpable y sentenciado a 18 años de prisión, pero ante tales evidencias como las comentadas en el párrafo anterior, fue puesto en libertad en 2015. Los macroprocesos Ergenekon y Balyoz no concluyeron hasta 2013, con penas para la mayoría de los acusados, y con algunos de ellos fallecidos antes de la lectura de la sentencia al morir en prisión preventiva o suicidarse ante la difamación de su honor y persona.
A partir de 2016, a los cuatro años de retirarse, Gürdeniz se ha consolidado como una persona recurrente en los medios de comunicación de masas de Turquía, al principio, sobre todo, se centraban en ir contra el confuso golpe de 2016, y afirmando que se trataba de un golpe de Estado impulsado por Estados Unidos y sus aliados en Europa por el acercamiento estratégico de Turquía a Rusia para romper su techo de cristal geopolítico. A ello se sumaría la versión oficial de Turquía, expresada con fecha de 20 de julio de 2016, cuando afirmaba el entonces embajador turco en España, Ömer Önhon, que “No hace falta un juicio para saber que Fethullah Gülen está detrás del golpe”. Para Gürdeniz todo ello no haría más que confirmar la mano atlantista en el golpe de Estado de la noche del 15 al 16 de julio de 2016.
Es interesante subrayar cómo no fue hasta 2014, momento en que la alianza entre Gülen y Erdoğan ya se había roto definitivamente y ambos pugnaban por eliminarse mutuamente (aconsejo repasar, de nuevo, este artículo), momento en que el kemalismo estaba totalmente derrotado de las estructuras de poder. Fue en ese momento cuando el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional empezaron a revocar sentencias, paso a paso. Interesante subrayar cómo todos los errores y vulneraciones procesales, tan burdas y evidentes, sirvieron para tal fin. En 2016 el Tribunal Supremo concluye que no ha existido jamás ninguna organización terrorista o golpista llamada Ergenekon, y que los condenados en este proceso y el subsidiario, Balyoz, lo habían sido mediante pruebas falsas, escuchas ilegales o declaraciones de testigos que no contaban con una identidad que se hubiera podido establecer.
Para Gareth Jenkins, “Nunca hubo una intención real de indagar sobre el Estado profundo, sino que el juicio fue un instrumento del AKP y del movimiento Gülen para acabar con sus oponentes políticos (…) La tragedia es que ni siquiera se aprovechó la oportunidad para investigar a algunos de los imputados que realmente habían estado implicados en malas praxis durante la década de 1990”.
También, el 29 de abril de 2016, el ministro Davutoğlu fue cesado aprovechando su vuelo desde Qatar, país que visitaba en misión diplomática, además que mientras el ministro volaba el AKP, a las órdenes de Erdoğan, retiró a Davutoğlu toda facultad de designar a los secretarios provinciales del partido; y, simultáneamente, un blog acusaba a Davutoğlu de haber “traicionado al jefe” (en referencia a Erdoğan), y que se había vendido “a Occidente y sus caballos de Troya”, ya que con ello estaba impidiendo la senda de asalto y concentración de poder en la figura política de la Presidencia de la República de Turquía que estaba realizando Erdoğan. Tomando como referencia tal contenido del blog la prensa y los medios de masas progubernamentales de Turquía cargaron contra Davutoğlu sin piedad y con insistencia. Dimitió de todas sus responsabilidades. Más tarde se averiguó que este blog estaba gestionado por un grupo de personas a cuyo frente estaba Berat Albayrak, a la sazón yerno de Erdoğan. Se había gestionado la primera parte del golpe para asegurar el asalto al poder de Erdoğan. La segunda parte vino en cuestión de semanas, con el golpe de Estado del 15 al 16 de julio.
El hecho de que la primera medida, además inmediata, consistiese en destituir a 2.745 jueces, 5 de los 22 miembros de la cúpula del poder judicial turco y la detención de 140 magistrados del Tribunal Supremo, acusados todos ellos de connivencia con los militares… y todos ellos, como ya se ha dicho miembros de la “Hizmet” (Servicio) o la “Cemaat” (Comunidad), el movimiento de inspiración del Opus Dei de Fethullah Gülen. De hecho, en el proceso de “demonización” del antiguo aliado contra el kemalismo en febrero de 2015 la Policía los tildó de “terroristas”, en alusión al PKK, y pasó a llamar a la Cemaat, FETÖ, que son las siglas para "Organización Terrorista de Fethullah".
Desde luego, el que desde la base de Estados Unidos, en Pensilvania, los gülenistas declarasen su nula implicación y desconocimiento de tal golpe de Estado. También es interesante el lema que la Junta Militar tomó, Yurtta Sulh, Paz en la Patria, un lema kemalista. El general de más rango implicado, Akın Öztürk niega su premeditación y que su participación fue también para que los sublevados depusiesen las armas, además de negar ser simpatizante de los gülenistas. De hecho, los acusados afirmarán haberse sentidos movidos por el bien de la patria, pero nunca para favorecer a Gülen, ni tampoco afirman tener vínculo alguno.
En el aspecto del desarrollo del golpe se puede apreciar una cadena de despropósitos increíble: cortan el puente sobre el Bósforo, pero dejan sin ocupar el otro puente. Tardan más de dos hora en alcanzar la sede de TRT, la radiotelevisión turca, la abandonan en pleno golpe y bastante antes de rendirse, ocupan CNN Türk pero no la NTV, el canal de noticias de más audiencia de Turquía y totalmente afín a Erdoğan, bombardean el Parlamento y con ello labran su propia ruina en caso de haber alcanzado el éxito, y por si fuera poco, bombardean el palacio presidencial, el Palacio de la Cinco Colinas en Ankara (Beştepe Sarayı), unas dependencias de más setenta hectáreas con un complejo presidencial construido de más cuarenta mil metros cuadrados, unas mil habitaciones, una gran mezquita, salón de congresos y una inmensa biblioteca… y el piloto golpista es incapaz de acertar a tamaña mole, cayendo la bomba totalmente fuera del complejo construido, pero eso sí, causando la muerte totalmente accidental de 5 transeúntes, que están dentro de los 248 muertos (180 civiles, 72 policías y 6 militares). Y además Erdoğan estaba de vacaciones, con lo que no estaba allí, y todo el mundo sabía dónde estaba, pues el diario Sözcü había publicado un amplio reportaje fotográfico en el que se determinaba el complejo hotelero en Marmaris en el que se alojaba, el chalé concreto que ocupaba y las medidas de seguridad adoptadas. También el edecán del presidente sabía exactamente la localización del presidente Erdoğan, y fue detenido como parte de la trama. El comando que debía eliminarlo recibió la orden a las 02:00 horas del 16 de julio, junto con las coordenadas, cuando sus helicópteros recibieron la autorización para despegar en Esmirna. Llegaron a las 03:20 horas cuando Erdoğan había aterrizado en Estambul, momento en que aterriza el avión presidencial y ha sido “amenazado” durante el vuelo por dos F-16 de los golpistas, que no atacan el avión, mientras dos cazas F-16 leales al presidente llegan y escoltan el avión presidencial. El golpe de Estado había empezado un viernes, 15 de julio de 2016 a las 21:30 horas, momento en que todo el mundo está en la calle, conduciendo, cenando, o viajando a las segundas residencias… ¿por qué no hacerlo durante la madrugada? Según Erdoğan su cuñado se lo dijo. Además, los golpistas tuvieron la deferencia de dejar cruzar al primer ministro, que justo a las 21:30 horas cruzaba el puente del Bósforo para ir a su casa en el barrio de Tuzla. Diez minutos más tarde estaban ocupando los golpistas el puente.
Es en este contexto que Gürdeniz hace su aparición para el gran público de Turquía. Cuando Erdoğan ha empezado la fase final de la concentración de poder, ha eliminado de la ecuación a Davutoğlu, está operando en Siria, y se define con ello una nueva línea geopolítica en Siria e Irak, para controlar recursos hídricos y de hidrocarburos… y se prepara la ofensiva sobre el mar. La teoría de la “Patria Azul” de Gürdeniz se estaba preparando para ser expuesta ante el gran público, primero defendiendo el contralmirante Gürdeniz a Erdoğan en los extraños acontecimientos del 15 al 16 de julio de 2016.
A partir de ahí, la ofensiva contra Estados Unidos y Europa occidental es una constante en la columna semanal de Gürdeniz en el periódico Aydınlık, medio de difusión del Partido Vatan, en clara línea de pensamiento nacionalista ulusalcı, es decir nacionalismo de izquierda, y eurasianista, donde el argumento constante, a la manera de Catón el Joven de Carthago delenda est, Gürdeniz insiste en esta cuestión, pues el interés de Washington es perjudicar el ascenso de Turquía al rango de potencia mundial, según Gürdeniz. No obstante, no condena el que Turquía sea un Estado miembro de la OTAN, pero insiste en que el futuro de Turquía está en el eurasianismo, particularmente con Rusia. Tanto en sus entrevistas como en sus publicaciones, insiste en la construcción de profundos vínculos con Rusia, prioritariamente, y también con China, pues así Turquía podrá promover sus intereses, y constituirse en baluarte de nuevo, esta vez contra los intereses de las “potencias imperialistas de Occidente”, particularmente Francia, Estados Unidos, Reino Unido… pero también, Grecia y los grecochipriotas, como elementos subsidiarios.
En mi opinión, Erdoğan está usando ese concepto para apuntalar su estrategia de una Turquía geoestratégica y energética, moviéndose entre Estados Unidos, Rusia e Irán para sus diferentes desafíos y como piezas con las que “jugar” su particular partida. A la manera de un Ludovico Sforza, jugando entre los Valois y la España de los Reyes Católicos y el Sacro Imperio Romano-Germánico desde el ducado de Milán, con los apoyos de la república de Venecia y el papa Alejandro VI y su hijo César Borgia, sólo que a una escala macro. En este sentido, las ideas de Gürdeniz y su persona, con sus avatares, lo hacen particularmente relevante en estos momentos, y que desde luego permite superar a Davutoğlu y su línea geopolítica inteligente. Al respecto, tanto sus ideas políticas como su alcance y difusión en los diferentes medios de comunicación de Turquía, controlados desde el entorno de lucro que permite Erdoğan y el erdoğanismo neoliberal, lo sitúan entre los seguidores de Doğu Perinçek y el Partido Vatan ("Partido Patriótico"), ideas estas que estarían bastante extendidas, por otro lado, dentro de bastantes partes del actual ejército turco, que una vez eliminado el kemalismo, habrían tomado la bandera del eurasianismo, siendo con bastante probabilidad estos sectores dentro del ejército los que estarían contando con mayor protección y promoción por parte de Erdoğan tras el golpe de Estado de 2016, manifestándose secularistas, pero con un eje puesto en la oposición más frontal posible en Gülen, los kurdos y Occidente.
Para Doğu Perinçek Estados Unidos persigue la intención, cada vez más manifiesta, de oponerse a Turquía, y estaría trabando una alianza con las potencias regionales, que entrarían en una potencial fase de ascenso en sus ambiciones; y, dentro de este contexto, Grecia, los griegos, lo que incluye a los grecochipriotas, serían el instrumento de Occidente para tal fin. Precisamente, por estos motivos Gürdeniz promueve y anima a Erdoğan a emprender una ofensiva contra Grecia y los grecochipriotas, pues para él los griegos son tradicionales enemigos de Turquía y tradicionales amigos de Occidente. Para él, y en esto insiste muchísimo, las aguas que rodean las aguas de las islas griegas en el Egeo no le permiten a Atenas aprovechar los depósitos de gas natural que son estratégicos en las aguas del Mediterráneo oriental y el Egeo, y donde los griegos, los chipriotas y los egipcios serían las nuevas potencias, de acuerdo con el ordenamiento jurídico internacional, motivo por el cual Turquía se niega a aceptarlo. Para él Grecia vive en un mundo fantasioso respecto a su pasado, y construye sobre esa base fantasías sin fin. Al carecer de fuerza militar en comparación con Turquía, sigue afirmando Gürdeniz, Grecia adquiere el papel de instrumento de Occidente, entiéndase Estados Unidos y la UE, y sobre esta base, para él ilusoria, quiere mantener su soberanía, soberanía trazada de acuerdo con las leyes internacionales como ya se ha marcado, en el Egeo, el Mediterráneo oriental y el Mar Negro.
De acuerdo con Gürdeniz, “Grecia y la administración grecochipriota pensaron que podría extraer 150.000 kilómetros cuadrados de mar de Turquía. Pensaron que los turcos son gente de tierra, no gente de mar, y que la UE y Estados Unidos obligarían a Turquía a aceptarlo. No, no permitiremos tal cosa". Concluye, literalmente, “Deberían conocer su lugar. El Rubicón se ha cruzado”, dice Gürdeniz.
El Partido Patriótico, Partido Vatan, o Vatan Partisi en turco, es un partido nacionalista de izquierda que se define a sí mismo como partido de vanguardia y que agrupa a socialistas, nacionalistas turcos, kemalistas y revolucionarios. Es una suerte de sincretismo que une estas posiciones con la doctrina geopolítica del eurasianismo. Entre 1992 y 2015 fue llamado Partido de los Trabajadores, y ha estado liderado desde 1992 por Doğu Perinçek y vinculado desde el momento de su fundación a generales y militares de alto rango, los cuales cayeron dentro del proceso Ergenekon y Balyoz. Se muestra partidario de abandonar la OTAN y de abandonar también la candidatura de Turquía a ser Estado miembro de la Unión Europea, así como contrario a Estados Unidos. También es un firme defensor de tener fuertes relaciones con Rusia, China, Corea del Norte, el Partido Comunista de China y el Partido de los Trabajadores de Corea. También es partidario de tener fuertes lazos con Irán, aspecto este en el que Erdoğan se ha mostrado a favor desde la revolución de 1979, pues comparte su visión teocrática, y él mismo empieza a mostrarse como líder de los Hermanos Musulmanes en la figura de un posible “Califa” que le permitiría extender una teórica influencia sobre los musulmanes, ya trabajada sobre la base de la intervención en el Foro de Davos en 2009 y con las acciones tomadas en Ayasofya y la Iglesia de San Salvador de Cora, con lo que el Ayatolá sería el líder del islam chií, y él lo sería del sunní. A pesar de oponerse a la intervención en Siria y de tratar de promover mejores lazos con el gobierno de Al-Assad, sí que ha apoyado la operación turca contra Rojava.
En definitiva, el Vatan Partisi ocupa el espacio entre determinadas élites, ante todo militares, que durante la primera década del siglo XXI ocupó el CHP, principal defensor del kemalismo hasta su destrucción en las estructuras de poder de Turquía. En definitiva, participa del elitismo, en este caso reclamado de izquierda. Por aquel entonces el CHP estaba liderado por el nacionalista Deniz Baykal y por el aparato de poder establecido desde hacía décadas y que residían en los mejores barrios. Para ese aparato de poder del CHP el AKP de Erdoğan era un proyecto para dominar Oriente Medio impulsado por la Administración de George W. Bush, con el que Erdoğan y su entorno mantenían buenas relaciones, construidas a través del empresario y exportador de frutos secos Cüneyd Zapsu, y que quería dividir Turquía usando a los kurdos. En palabras de Ertuğrul Günay, socialdemócrata, diputado del CHP desde 1977 y secretario general del partido a partir de 1992, en 2005 expulsado del CHP por sus opiniones, “Nuestra izquierda es nuestra derecha”, tal y como recoge Mourenza (2019, Capítulo 7 nota al pie 5).
Mavi Vatan, la omnipresencia de la “Patria azul”
Durante marzo de 2019 la marina turca hizo ejercicios a gran escala bajo el nombre de “Mavi Vatan 2019”. El diario oficial de la Escuela de Guerra Naval de Turquía lleva el nombre de “Mavi Vatan”. Varios oficiales de alto rango, caso del también columnista del diario del Partido Vatan, Aydınlık, el contralmirante Soner Polat, el almirante Özden Örnek y el contralmirante Mustafa Özbey se han pronunciado en declaraciones por vía oral o escrita, tanto en periódicos como programas de televisión en posiciones afines con el Partido Vatan de Doğu Perinçek a favor de la “Patria azul”. De hecho, la presencia de Turquía en Libia queda supeditada a la aplicación de esta doctrina por parte del contralmirante Cihat Yaycı, como se ha mencionado más arriba, y que ha sido vendido al pueblo de Turquía como un triunfo en nombre de la “Patria azul” del país.
Sin embargo, la cesión fulminante del contralmirante Cihat Yaycı, el cual fue degradado oficialmente de conformidad con un decreto presidencial el 16 de mayo de 2020, y que invita a pensar que la doctrina tiene sus claros límites para la agenda personal de Erdoğan. Dentro de las Fuerzas Armadas turcas el contralmirante Yaycı es, en líneas generales, un visionario estratégico que estaba en marcado ascenso y que defendió la línea propuesta por Gürdeniz, llegando en su bibliografía reciente a cuestionar la soberanía griega de las islas del Egeo. La acción de honor de Yaycı de renunciar antes que aceptar la degradación por parte de Erdoğan es interpretada por los analistas como una lucha de poder abierta dentro de las Fuerzas Armadas. Para la prensa turca esto se ha debido a que el ministro de Defensa Hulusi Akar veía a Yaycı como un competidor para su puesto y que Erdoğan lo veía con muy buenos ojos, cosa que extraña con el control personal de Erdoğan en todos los aspectos posibles. Para otros estaría detrás la mano de Fethullah Gülen, que habría influenciado mediante criptogülenistas a Akar y a Erdoğan. Para otros Erdoğan y Akar lo destituyeron obligados por las presiones de Estados Unidos y la UE. Yo creo que simplemente se trataría de controlar el ascenso de este grupo de poder potencial. Es decir, tutelado por Erdoğan y para sus fines, estupendo. Pero perder el juego entre Irán, Estados Unidos, la Unión Europea y Rusia, eso sí que de ninguna manera.
Para Gürdeniz, el contralmirante Yaycı ha sido víctima del complot gülenista de turno, respaldado por Grecia y el “frente atlántico” de amplio espectro, sin embargo, afirmó su esperanza en que el Estado seguirá "haciendo el mejor uso del conocimiento avanzado y la experiencia del almirante Yaycı". En cambio, y esto es relevante, Perinçek emitió una dura crítica pública a Yaycı por su negativa a aceptar su degradación, ya que "En un momento en que nuestra armada se enfrenta a amenazas en el Mediterráneo oriental y Chipre, y el ejército está en guerra desde dentro y desde fuera, uno no renuncia".
Estas declaraciones de Perinçek han tenido consecuencias, pues Cem Gürdeniz ha anunciado que deja de colaborar con el periódico Aydınlık de Perinçek y que continuará su labor en otro medio de comunicación fervientemente kemalista, OdaTV. Se trata de un portal de noticias en internet fundado en 2007, uno de los portales de noticias más seguidos de Turquía fundado por Soner Yalçın y Cüneyt Özdemir, y bajo la dirección de Barış Terkoğlu, un periodista y escritor y también columnista del diario Cumhuriyet, un periódico kemalista de izquierdas. De hecho, el 14 de febrero de 2011 Barış Terkoğlu fue detenido dentro del proceso Ergenekon por pertenencia de unos documentos que tanto Barış Terkoğlu como otros periodistas tendrían en su poder en sus ordenadores, pero tales documentos, según se probó, fueron introducidos en sus ordenadores de una forma remota.
No obstante, la destitución de Yaycı ha comportado el ascenso del almirante Yankı Bağcıoğlu, y ha gozado de gran repercusión en los medios turcos, pues fue el responsable de los ejercicios navales “Patria Azul 2019”. Al respecto, declaró a una delegación naval francesa que Turquía “continuaría incansablemente en sus operaciones de patria azul” junto con sus compromisos con la OTAN. En términos generales, dentro de los sectores propios del kemalismo, nacionalismo ulusalcı y eurasianista, que encarna mayoritariamente el Partido Vatan, la destitución de Yaycı ha generado una confusión y perplejidad, pues entendían que sus ideas y representantes estaban en ascenso y se seguiría la línea geopolítica marcada por ellos con el correspondiente impacto total en las relaciones internacionales, pero Erdoğan tiene su propia agenda en la que el centro es él y necesita seguir un juego entre los diferentes agentes, al menos de momento para progresar en su poder, y que se vale de las bases y armas desplegadas por Estados Unidos en Turquía, su posición en la ribera norte del Mar Negro, donde juega un papel en Ucrania que puede interesar a Estados Unidos, y equilibrar también así a Rusia en Libia, Siria y Ucrania.
En Ankara han sentado muy mal las cada vez más próximas relaciones de Washington con Grecia, iniciadas ya en la parte final al frente del ejecutivo de Alexis Tsipras y que se han manifestado en el “Acuerdo de Cooperación de Defensa Mutua” firmado en Atenas el 5 de octubre de 2019 y que supone que el Pentágono invertirá en la base de Souda Bay 6 millones de euros, además de los 12 millones que invertirá en la base de Larissa, a lo que se ha sumado que el primer ministro griego Kyriakos Mitsotakis anunció que su gobierno firmó con el Pentágono un acuerdo que persigue la modernización de los F-16 de Grecia, por un monto de 1.500 millones de dólares. Y anunció que Grecia se plantea la compra a Estados Unidos de drones y de F-35. Grecia es, después de Turquía, el miembro de la OTAN que desde hace tiempo consagra al sector militar el más alto porcentaje de su PIB: un 2,5% frente al 2,39% del PIB que destina Grecia.
También se garantiza a Estados Unidos el uso ilimitado del puerto de Alejandrópolis, en el Mar Egeo, al borde del estrecho de los Dardanelos, vía fundamental de tránsito marítimo, sobre todo para Rusia. Además, la región turca europea de la Tracia oriental es el punto de llegada, a través del Mar Negro y desde Rusia, del gasoducto Turk Stream.
A esto hay que sumar el voto del Congreso de Estados Unidos a favor de levantar un embargo de armas contra Chipre de hace décadas, han sido igualmente recibidos con ira y asco en Turquía. Y, sin embargo, no hay nada en la postura oficial de Turquía que ponga en duda sus vínculos con la OTAN o con Estados Unidos en particular. El documento de estrategia oficial de la marina turca, publicado en 2015, no menciona para nada la "Patria azul", claro que entonces estaba aún Davutoğlu y Erdoğan estaba construyendo su proceso de asalto y concentración de poder. No obstante, el documento de estrategia oficial de la marina turca vigente, de 2015, sí que afirma que los derechos marítimos, en particular a lo que respecta con la "riqueza económica contenida" cerca de sus fronteras, son de hecho "uno de los más temas importantes que influyen en nuestras relaciones con países [cercanos] a nuestro entorno marítimo litoral”. Una simple lectura superficial de la página web principal de la marina turca presenta imágenes, clips de medios e informes que describen sus esfuerzos de colaboración con los socios de la OTAN.
A ello se sumó el despliegue de Turquía en Libia a principios de este 2020 para apoyar a Fayez al Sarraj, que está al frente del GNA. Esto sirvió para sacarse de la manga una unión de dos zonas marítimas exclusivas, la libia, negociada con el GNA a finales de 2019 a cambio de la intervención de Turquía, y la turca, dejando a Chipre, Grecia y Egipto en una situación que les perjudicaba, y cuyo acuerdo no se sustentaba en el derecho internacional, que supone alargar en más de 500 millas marítimas la zona reclamada por Turquía esperando que la UE no reaccionaría, tal y como ha pasado con Chipre, Grecia, Siria, Irak, Libia... y con la baza de jugar con los refugiados. Se ha sumado el hecho de que este verano, el pasado 7 de agosto, Grecia y Egipto sí que han delimitado sus respectivas zonas económicas exclusivas, y de acuerdo con la legislación internacional esta vez, pero perjudicando el acuerdo entre Turquía y Libia del GNA.
A partir de este momento se suceden los acontecimientos. Turquía denuncia el mismo día 7 de agosto, a pesar de que el acuerdo alcanzado por Grecia y Egipto está plenamente de acuerdo con la legislación internacional.
Al respecto, Turquía ya preveía esta situación y deseaba reafirmarse en su posición en la zona, para lo cual el mes pasado Turquía emitió un aviso conocido como Navtex para estudios sísmicos en aguas entre Chipre y Creta.
A este anuncio el presidente francés, Emmanuel Macron, pidió que Turquía fuera "sancionada" y acusó a Ankara de pisotear los derechos de Grecia y Chipre, mientras las tres naciones luchan por explotar las reservas de gas recientemente descubiertas.
Las relaciones entre la Unión Europea y Ankara se han ido deteriorando en los últimos años tras ciertos avances entre ambas partes por múltiples cuestiones, a pesar de que Turquía sigue siendo formalmente un candidato a ser un Estado miembro.
Fue en este contexto que se produjo la cuestión de Ayasofya, de la que ha hablado en este artículo.
La postura de Washington quedó fijada ese mismo día: "Estados Unidos alienta a todos los estados a resolver sus fronteras marítimas pacíficamente de acuerdo con el derecho internacional", dijo un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos tras la firma de un acuerdo de fronteras marítimas entre Grecia y Egipto el jueves, con lo que, dado que el único acuerdo posible de acuerdo con la legislación internacional es el de Grecia y Egipto. Tal situación ha provocado el enfado de Turquía, que insistía por vía del presidente Erdoğan al presidente Donald Trump para que Estados Unidos apoyase a Turquía en Libia.
El lugar de la “Patria Azul” y el asalto al poder y la concentración de este por parte de Erdoğan
A ello se sumaría el Consejo Turco, formado por Turquía, Azerbaiyán, Kazajstán, Kirguistán, Turkmenistán, Uzbekistán y la República Turca de Chipre del Norte, un instrumento político que permite coordinar acciones a una escala interesante en su juego de presión a la UE y a Grecia y a los grecochipriotas. De hecho, atención a este espacio porque puede ser la ambición turca llevada a cabo y planificada en los años 90 del pasado siglo XX, y que de hecho podría estar ocupando paulatinamente el espacio de la Unión Euroasiática del presidente Vladímir Putin, con la ayuda e intereses de China en esa región. Tampoco podemos olvidar que los pueblos túrquicos, las poblaciones de habla turca, que sumados a este bloque y que se hallan en las Repúblicas Federales de Rusia de Bahskiria y Tartastán, miembros de TÜRKSOY, además de la Región Autónoma China del Turquestán Oriental, alcanzamos a los 200 millones de personas de habla y culturas túrquicas, la gran familia túrquica, con esos millones de personas repartidos entre el norte de África y el Oriente Próximo además de la propia Turquía, lugares que ocupó el Imperio otomano; y otra parte en Asia Central, Rusia, el sur del Cáucaso y el noroeste de Irán. Hay actualmente seis países túrquicos independientes: Azerbaiyán, Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán, Turquía y Uzbekistán. La llamada República Turca del Norte de Chipre sólo es reconocida por la propia Turquía como nación, pero también la reconoce Najicheván, una región autónoma de Azerbaiyán. Entre los pueblos túrquicos hay comunidades sunnitas (Turquía, Uzbekistán, Kazajistán, los uigures de Xinjiang en China, Turkmenistán, Kirguistán, los tártaros de Crimea en Ucrania/Rusia, los karakalpakos de Uzbekistán, los baskires, los cumucos, los karacháis y los balkarios, los tártaros de Rusia), chiitas (Azerbaiyán, los kashgai de Irán), cristianas ortodoxas (los chuvasios y los yakutos de Rusia, y los gagaúzos de Moldavia), budistas tibetanas (caso de los tuvanos) y judías (los túrquicos caraities y crimchacos de Ucrania).
Por otro lado, el AKP o Partido de la Justicia y el Desarrollo, se ha transformado en un partido que es realmente erdoğanista, donde las ideas del líder son la auténtica ideología. El partido de Erdoğan empezó siendo un partido de masas que se había escindido del Refah, islámico, para conquistar el poder y ser un partido de ideología “atrápalo todo” al más puro estilo de lo que se da en Europa. Ahora ya es, evidentemente un partido dirigido por un caudillo con una movilización permanente para alcanzar objetivos y defenderse de los enemigos eternos de Turquía. Adicionalmente, el AKP representa la máxima expresión política de la entidad de los Hermanos Musulmanes. Esta situación se traslada a Libia, donde el GNA de Faez al-Sarraj cuenta como elemento de fortaleza y relativa estabilidad para su posición con Khalid Almishri, el líder de los Hermanos Musulmanes de Libia y que está al frente del Alto Consejo de Estado, pieza esta fundamental para el equilibrio de fuerzas contra el otro gran fiel de la balanza libia, el poder de la Cirenaica de Haftar.
La reunión que tuvo lugar en Trípoli recientemente entre el GNA, el gobierno de Turquía, la familia gobernante de Qatar, los Al-Thani, y los líderes de Hamas son una suerte de “Estados Generales de los Hermanos Musulmanes”. Entre el Consejo Turco, los Hermanos Musulmanes y la proyección de la “Patria Azul” en su vertiente doble y que abarca los “Cinco Mares” trazados en su doctrina geopolítica por al-Assad, se está construyendo el proyecto de polo imperial con centro en la persona de Erdoğan, mezclando una visión personalista del legado de Atatürk, el neo-otomanismo, y ciertas tendencias a actuar como líder del mundo musulmán adoptando ciertos resortes de la teocracia de inspiración safávida de Irán, y que espera controlar la región MENA ampliada, hasta el Cuerno de África y una proyección en el Mar Arábigo.
Este pensamiento sustituiría a la stratejik derinlik o “profundidad estratégica” del antiguo ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoğlu, que marcó un decenio de otro tipo de acciones diplomáticas, consistentes en concebir a Turquía como una encrucijada tricontinental (Europa, Asia y África), cosa que llevó a la creciente influencia de Turquía en la región MENA y el mundo musulmán y arabo-musulmán en general. Trabajó una agenda con el principio rector de la cooperación estratégica, aumento de comercio, etcétera. El abandono, según Davutoğlu, de la concepción de la Guerra Fría del país y su ubicación eran fundamentales, pero había que impulsar una recuperación de las raíces culturales e históricas, reforzar las relaciones con todos aquellos lugares que en algún momento fueron parte del Imperio otomano y promocionar una política que llamó de “cero problemas con los vecinos”, que tendiera a la resolución de conflictos que permanecían sin resolver desde el pasado apoyándose en el soft power turco, consistente en la expansión empresarial con las consecuentes relaciones comerciales al alza, buscar asociaciones marcadas por la solidaridad compartida, el uso de la cofradía gülenista y su maquinaria de influencia no ya en Turquía, en todo el mundo, y la producción audiovisual que convirtió a Turquía en el mayor exportador del mundo de series de televisión. Esto se manifestó en el trabajo asertivo que redujo tensiones y resentimientos con los Estados que se oponían en la extinta Yugoslavia para poder penetrar con fuerza en los Balcanes, con la mirada puesta en Bosnia-Herzegovina. Pero en el Cáucaso trabajó para mejorar las relaciones con Armenia y Turquía se postuló, con cierto éxito, como elemento negociador entre Rusia y Georgia tras el verano de 2008 y los enfrentamientos que tuvieron lugar mientras se desarrollaban los Juegos Olímpicos de Pekín. Más aún, abrió el camino para una mayor influencia turca en Asia Central al actuar como intermediario y propiciador de un diálogo entre Afganistán y Pakistán, por no hablar de la ofensiva que llevó a Turquía a Latinoamérica y África, siendo artífice junto al Brasil de Lula da Silva, de una propuesta presentada conjuntamente a la comunidad internacional para tratar de iniciar la resolución del contencioso que venía derivado del programa nuclear de Irán… pero jugó un papel, que era la gran apuesta realmente del ministro Davutoğlu, de alcanzar un éxito en las negociaciones entre Siria e Israel sobre la base de los altos del Golán, la firma de la paz entre ambos países y el correcto funcionamiento de las relaciones diplomáticas entre Tel Aviv y Damasco, pero fracasaron a raíz de los bombardeos a Gaza en 2008. No obstante, la cadena de acontecimientos que van desde el conflicto en Siria, pasando por la situación en Gaza y el distanciamiento entre Turquía e Israel, escenificado en el Foro de Davos el 29 de enero de 2009 cuando replicó la justificación de los hechos sucedidos un mes antes en Gaza y que había costado 1.100 vidas de palestinos y la de 13 soldados israelíes. Es el “famoso” momento del “one minute” de Erdoğan, y que le ganó los corazones de todo el pueblo árabe de la región MENA al replicar el discurso de Peres en lo referente a Palestina… y con ello la influencia de la Hermandad Musulmana en la región impulsada por estas palabras. A ello se suma el derrocamiento del presidente de Egipto de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Morsi en 2013… y que hicieron el giro de la política exterior turca el final de la agenda de Davutoğlu.
No obstante, el hueco dejado por Davutoğlu como creador de una doctrina en política exterior de carácter estratégico y que permita construir el futuro del país, todavía no se ha llenado. Y no lo ha hecho porque falten candidatos. No es el caso, casi podríamos decir que “sobran”, pero todavía no se ha formulado este principio estratégico. La excepción, quien podría empezar a acercarse a esa categoría, y que seguiría el mismo camino que Davutoğlu: primero asesor personal de Erdoğan, y después ocuparía el ministerio, es precisamente Gürdeniz. Se muestra como el oficial retirado relevante con un discurso propio que defiende y argumenta, y cuenta con el espacio en los medios turcos de hoy día, con lo que, de forma tácita, cuenta con el apoyo de Erdoğan. Resulta también relevante que este espacio lo ocupe alguien que proviene de la Marina. Y este hecho es muy resaltado por él, pues insiste en los medios que Turquía tiene la tendencia histórica de no apreciar los logros y las tradiciones marineras del país. De ahí surge su formulación: defender las aguas del país, esos 462.000 kilómetros cuadrados de azul, la “Patria Azul”, es tan importante como la protección, “hasta el martirio” por parte de los 82 millones de turcos, del suelo de Turquía.
Aunque quizás pueda llegar a ser Gürdeniz el candidato óptimo para el kemalismo, eurasianismo de izquierdas que pueda desplazar a Erdoğan, que en un contexto en lo social, económico y geopolítico como el que puede entrar Turquía y la región, podría ser un candidato óptimo.
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