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El pasado 27 de agosto de 2022, Josep Borrell Fontelles, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, hacía el siguiente anuncio en su cuenta de Twitter:
A este anuncio se llegó tras las conversaciones mantenidas durante este mes de agosto, habiéndose fijado una fecha límite en el 1 de septiembre, tras ser cambiada la anterior fecha límite del 1 de agosto.
Las tensiones entre Serbia y Kosovo estallaron el mes de agosto particularmente cuando Priština dijo que obligaría a los serbios que viven en el norte, que cuentan con el respaldo de Belgrado, que no reconoce las instituciones de Kosovo desde su declaración unilateral de independencia de Serbia en 2008, a comenzar a usar placas de matrículas de automóviles emitidas en Priština.
Serbia todavía considera legalmente a Kosovo como parte integral de su territorio. La prorrusa Belgrado afirma no haber provocado tensiones y conflictos allí, y acusa a Priština de pisotear los derechos de la minoría serbia. Recordemos que los serbios étnicos representan el 5% de los 1,8 millones de habitantes de Kosovo, que es 90% de etnia albanesa. De modo que en el norte de Kosovo hay de facto una doble administración: serbia y kosovar. Tras la independencia de Kosovo en 2008, Belgrado mantuvo instituciones paralelas, comisarías, tribunales, ayuntamientos, etc. Desde su llegada al poder, el gobierno de Albin Kurti en 2021 ha querido establecer un equilibrio de poder con Serbia para acabar con este sistema, en nombre del principio de "reciprocidad", y con ello afirmar la soberanía.
La situación se calmó después de que el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, bajo la presión de Estados Unidos y la Unión Europea, acordase posponer la aplicación de la ley en lo que respecta a las matrículas hasta el 1 de septiembre de 2022, y las fuerzas de paz de la OTAN, o KFOR, presentes desde junio de 1999, supervisasen la eliminación de los controles de carretera establecidos por los serbios. Esto sucedía dentro del marco que vino fijado el año pasado por el anuncio del representante especial de la Unión Europea para el diálogo entre Serbia y Kosovo, Miroslav Lajčák, del acuerdo entre Belgrado y Priština para una desescalada en la frontera común.
El acuerdo, alcanzado el 30 de septiembre de 2021, establecía la eliminación inmediata de los controles de carretera practicados por los serbios y, a partir del 2 de octubre de 2021, la retirada de las Fuerzas Especiales de Kosovo. Al mismo tiempo, los observadores de la misión de mantenimiento de la paz KFOR de la OTAN pasarían a estacionarse en los cruces de Jarinje/Jarinjë y Brnjak/Bërnjakë, durante al menos dos semanas, pasando a desempeñar funciones de gendarmería.
La percepción de Belgrado es que la KFOR cuenta con un sentimiento velado de desprecio por el antiguo enemigo serbio. En más de una ocasión, Serbia dijo que estaba dispuesta a tomar partido "para proteger a los ortodoxos", en donde la referencia no tiene una connotación religiosa, más bien estamos ante una cuestión estrictamente identitaria, pues la ortodoxia es un componente esencial del nuevo nacionalismo serbio. Este aspecto, como he venido señalando en varios documentos, y que recomiendo repasar íntegramente en este enlace en que se hallan para su consulta, es algo por lo que Rusia estaba y cada vez está más interesada, con la finalidad de abrir un frente de guerra en la retaguardia de los Balcanes, al igual que en Siria Turquía debe ahora contemporizar también su operación, pues Rusia desea abrir otro frente ahí, y más con los puntos de vista manifestados por el presidente Erdoğan con respecto a Crimea, algo que tampoco es la primera vez que hace, pero sí que es la última y que cuenta con un peso específico interesante.
En octubre del año pasado el embajador ruso Alexander Botsan-Kharchenko y el agregado militar Alexander Zinchenko pasaron revista a las tropas serbias en la frontera con Kosovo, acompañados por ministro de Defensa serbio, Nebojša Stefanović, y el jefe de personal, Milan Mojsilović. Adicionalmente, Estados Unidos se vió en la necesidad de advertir a las autoridades de la República de Srpska (Bosnia y Herzegovina) que dejaran de lado cualquier impulso secesionista, así como la idea de tener fuerzas armadas autónomas. En aquel contexto, los serbios de los territorios ubicados más al norte de Kosovo pasaron a protestar contra una operación generalizada contra el contrabando de la policía kosovar. Los alborotadores serbios bloquearon varias carreteras en Mitrovica y Zvecan, arrojando piedras a los agentes kosovares, que respondieron con gases lacrimógenos y bombas ensordecedoras. Para la comunidad serbia, la operación contra el contrabando representó una auténtica violación del acuerdo para la desescalada , que preveía la retirada de las Fuerzas Especiales de los municipios serbios, tal y como he explicado. También constituyó un bloqueo a la importación de bienes primarios como alimentos y medicinas desde Serbia. Desde el punto de vista kosovar, la intervención policial sirve para evitar que la minoría serbia se abastezca de armas con la intención de provocar la secesión del norte del país.
La ciudad de Mitrovica, por donde fluye el río Ibar, presenta una particularidad interesante, pues la parte norte de la ciudad es de etnia serbia, mientras que al sur del eje marcado por el río Ibar hallamos a la comunidad kosovar
La desconfianza mutua se ve exacerbada por la creciente e histórica intolerancia étnica que arrasa los Balcanes Occidentales. Incluso el nombre de los ejercicios militares conjuntos serbio-rusos era indicativo: "Escudo eslavo 2021". Para la ocasión, la Federación Rusa transfirió los sistemas de artillería antiaérea y de cohetes móviles Pantsir-S, como para simbolizar la cercanía con el "hermano eslavo y ortodoxo" y para subrayar la evanescencia contextual de la misión KFOR de la OTAN. Mientras que la Alianza Atlántica se esforzaba por implementar con éxito tareas de gendarmería mundanas en el norte de Kosovo, el Kremlin demostraba preparación para el combate en el sur de Serbia.
En fin, en caso de que se llegase a un nuevo caso de conflicto bélico, Washington podría optar por el uso de drones General Atomics MQ-9 Reaper (también llamados Predator B) y cazabombarderos con sede en la rehabilitada base aérea de Câmpia Turzii (Rumanía), donde se hizo una inversión de $ 152 millones para la modernización de la Base Aérea Câmpia Turzii 71 "Emanoil Ionescu" en Rumania. Los quince proyectos del centro aeronáutico de Transilvania se financiaron con fondos de la Iniciativa Europea de Disuasión, el programa de la Casa Blanca para la seguridad en Europa, y que perseguían respaldar en este eje de la defensa euroatlántica el flanco este de la OTAN.
Los drones estadounidenses MQ-9 Reaper desplegados allí desde enero de 2021 tienen absoluta capacidad para operar de manera eficiente en la recopilación de información en los tres frentes marítimos: Báltico, Adriático, Negro/Egeo. La posición de la base permite una rápida intervención militar (bombardeo) en los teatros más calientes de la zona de los Balcanes-Mar Negro:
1/ Rusia-Ucrania;
2/ Turquía-Grecia (más improbable); y
3/ Balcanes Occidentales.
La ubicación de la base “Emanoil Ionescu” en el interior de los Cárpatos le permite escapar de los ataques aéreos y marítimos rusos desde el Mar Negro. Sería la base aérea multinacional "Mihail Kogălniceanu" cerca de la costa la que absorbería el primer impacto en caso de guerra, compartiendo la mayor parte de las pérdidas entre los aliados de la OTAN y de este modo permitir que la fuerza aérea estadounidense, más protegida, organice una inmediata reacción y eventual recuperación de posiciones. A esto habría que añadir los cazas polivalentes F-35 Lightning II, que se van adquiriendo por países de la región, además de los que podría situar allí Estados Unidos, junto a los ya presentes F-22 Raptor.
Adicionalmente, entre las obras presupuestadas constaba la construcción de un centro de mando, ya que Câmpia Turzii ha venido respondiendo a Aviano en Italia, además de la construcción de un nuevo depósito de municiones, sobre el que se podría desplegar armas nucleares y que se sumarían a las bases de İncirlik (Turquía) o, más simplemente, de Ghedi (Italia), creando una triple cuerda de proyección y disuasión.
De hecho, Rumanía ha venido intentando desde hace varios años subrayar la necesidad de una mayor presencia político-militar estadounidense y occidental en la región del Mar Negro para garantizar una cooperación euroatlántica en la seguridad colectiva. En este sentido Rumanía ha trabajado con prontitud con sus socios presentando numerosos e interesantes proyectos de infraestructura caracterizados por propósitos tanto geoeconómicos, ya sea que hablemos de aviación mediante drones, misiles, logística o en el campo de la energía, así como geoestratégicos, aprovechando cada oportunidad de discusión en los tres grandes foros de la política exterior de Bucarest como son la OTAN, la Unión Europea y la Iniciativa de los Tres Mares (Trimarium, o también 3SI).
Es así cómo podemos entender que el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, acusase a Moscú de alimentar la agresión de Serbia, fingiendo ignorar que los líderes del poder ruso ahora han aceptado de facto la independencia de su país, dadas las circunstancias. Llegando al hecho de que Putin ha tratado de legitimar el reconocimiento de la República Popular de Donetsk y Lugansk apoyándose en el precedente fijado en Kosovo, y de paso poniendo en claro al socio serbio de que sólo es cuestión de tiempo que llegue el reconocimiento ruso de la independencia de Kosovo.
Pero como ya expliqué y hemos podido comprobarlo más recientemente, la presencia de China también debe señalarse, y con ella, sus intereses, llegando a ser Rusia un "proxy" chino en no pocos aspectos y en cualquier escenario, particularmente a partir del 24 de febrero de 2022. Beijing está sustituyendo y afirmando de una forma astuta y progresiva, pero que ya empieza a ser evidente, como el principal socio de Belgrado, no ya en términos comerciales, también culturales y militares. Como lo demuestra la entrega de misiles tierra-aire HQ-22, cuya instalación se puede comparar con la de los Patriots en Taiwán por parte de los Estados Unidos, algo que han querido subrayar las autoridades de una China en fase de afirmación y consolidación del espacio cada vez más agresiva y en clave de pugna para el asalto definitivo a la hegemonía global.
El miércoles 29 de junio de 2022, Kosovo anunció que todos los vehículos con placas de matrícula emitidas por Serbia en Kosovo entre el 10 de junio de 1999 y el 21 de abril de 2022 tienen hasta el 30 de septiembre de 2022 para obtener una placa RKS. Esto incluye a los coches con matrícula serbia KM (Kosovska Mitrovica), a lo que cabe añadir que el gobierno de Kosovo también decidía que "a toda persona que se presente en la frontera con documentos de identidad expedidos por las autoridades serbias se le expedirá a partir de ahora un documento de identidad temporal de sustitución en el puesto fronterizo". La base de tal decisión sería la aplicación del acuerdo sobre la libertad de circulación firmado por Kosovo y Serbia el 2 de julio de 2011, que Serbia ya empezó a aplicar.
Sin perjuicio de que en Bosnia-Herzegovina Vučić tiene un margen de maniobra relativamente amplio para favorecer la secesión de la República de Srpska, en Kosovo tiene las manos atadas, algo de lo que es plenamente consciente Vučić. La presencia militar de la OTAN en la antigua provincia serbia (KFOR, con 3.800 soldados actualmente) es suficiente disuasión para enfriar los ánimos de Belgrado.
Como podemos ver, el secretario general de la Alianza Atlántica hacía esta declaración que Vučić debía leer correctamente. Y no menos interesante fue la respuesta de Chen Weihua, alguien que es una voz oficial china, pues es el jefe de la redacción del China Daily en la UE, además de columnista:
No es que simplemente China reaccione al bombardeo no intencionado de la embajada de China en Belgrado en 1999, además tiene que ver con la defensa de sus posiciones e intereses. De hecho, los incidentes en la frontera serbio-kosovar tuvieron lugar apenas cinco días después de la reunión en Washington entre el primer ministro kosovar Kurti y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y que como consecuencia la crisis remitió al presionar Estados Unidos a Kosovo y conseguir aplazar un mes la entrada en vigor de la medida según la cual la minoría serbia de Kosovo deberá disponer de placas y documentos de identidad kosovar. Por cierto, recordemos que no está reconocida por Rusia y Serbia además de por otros cinco miembros de la Unión Europea, como son España, Chipre, Grecia, Eslovaquia y Rumanía.
Desde Ucrania, a su vez, el diputado Oleksiy Goncharenko anunció que Kiev "está lista para actuar con sus tropas sobre el terreno" para defender a Priština "de la guerra de agresión" que pretende librar Serbia. A pesar de que Ucrania decidiera en marzo retirar sus 40 cascos azules de Kosovo y que ni siquiera reconozca la independencia de este último, algo que quizás podría llegar a suceder (o no) en una eventual negociación con Rusia por Ucrania.
En definitiva, Serbia tiene pleno control sobre las estructuras del norte, pero Aleksandar Vućič parece hasta ahora reacio a aceptar la presión rusa por lo que esto implicaría, porque no quiere entrar en una confrontación con la OTAN. Por lo tanto, prefiere que Kosovo sea la causa de la tensión a los ojos de la OTAN, mientras que desde Priština se podría estar aprovechando esta situación con medidas para ampliar su soberanía y hacerla cada vez más efectiva hacia el norte, donde la minoría serbia se concentra y Belgrado ejerce una influencia. Como se puede percibir, el equilibrio queda en manos de la OTAN realmente.
De este modo, si echamos la vista atrás, durante la última década, China ha aumentado significativamente su presencia en los Balcanes, dirigiéndose a ciertos sectores económicos como la energía, las infraestructuras y las nuevas tecnologías a través de grandes y opacos programas de financiación, y se ha añadido a ello el sector industrial militar chino. De una forma que podríamos llamar "quirúrgica" se ha evitado Kosovo, al que Beijing no reconoce su independencia y, por consiguiente, no ha establecido relaciones diplomáticas con Priština.
La posición oficial de China es la de dar apoyo a la integridad territorial de Serbia, y los medios de comunicación estatales chinos siguen describiendo a Kosovo como una "provincia autónoma" bajo soberanía serbia, es decir el escenario hasta la guerra de 1999. Pero la aceleración de la transición de hegemonía, la formación de bloques y el refuerzo de sus capacidades para enfrentarse por la hegemonía global puede conducir a una mayor implicación china en Kosovo por las siguientes razones:
1/ Ascenso económico de China y su creciente influencia internacional han conducido a un poderoso fortalecimiento de su política exterior, con la necesidad de capturar mercados de todo tipo e implantar su Revolución Industrial 4.0, con su tecnología, etcétera.
2/ Posibles paralelismos con el estatus internacional de Kosovo y Taiwán, cosa que podría llevar a China a intensificar su resistencia a que Kosovo obtenga un mayor reconocimiento internacional, precisamente para evitar que Taiwán logre un progreso similar.
3/ En el contexto de la guerra en Ucrania y con una mayor tensión en el Mar de China Meridional entre otros escenarios, Serbia puede favorecer a los chinos frente a la carta rusa y hacia dónde Moscú ha empezado a situarse como consecuencia de lo iniciado el 24 de febrero de 2022, siendo otro factor que debe contemplarse en la necesidad rusa de vencer en Ucrania definitivamente, de manera tal que al final Beijing es quien de verdad puede oponerse a la entrada plena de Kosovo en las instituciones internacionales. De hecho, el que Kosovo acabe por ser una posible moneda de cambio para Beijing en su búsqueda de control sobre Taiwán, o en futuros aspectos de las relaciones de China con Estados Unidos y la UE es un escenario que debe contemplarse.
A pesar de que Taiwán reconoció de inmediato la independencia de Kosovo tras el 17 de febrero de 2008, Priština ha venido mostrándose reacia a abrir relaciones diplomáticas, incluso informales, con Taipei. Pero la llegada al poder de Vetëvendosje en la primavera de 2021 parece, sin embargo, haber movido ligeramente las líneas. En diciembre de 2021 se crearon grupos de amistad parlamentaria en los parlamentos de Taiwán y Kosovo con el objetivo de "aumentar los intercambios parlamentarios, mejorar el entendimiento mutuo entre los pueblos de Taiwán y Kosovo y ampliar conjuntamente el espacio internacional de ambos países".
No obstante, Kosovo no es miembro de la ONU, la UE, la OTAN o instituciones similares, y esto es algo que debe tenerse en cuenta.
Conclusión del acuerdo
Al final, el acuerdo anunciado por Josep Borrell establece que Priština se compromete a no introducir el requisito del permiso de residencia para las personas que entren en Kosovo con documentos de identidad serbios, y Aleksandar Vučić ha aceptado suprimir el permiso de residencia que Belgrado imponía a los titulares de documentos de identidad kosovares para entrar en Serbia.
El primer ministro kosovar, Albin Kurti, también se congratuló de lo que consideró una "victoria", al afirmar que los ciudadanos de su país podrán ahora circular "libremente" por Serbia. Sin embargo, todavía no se ha anunciado ningún compromiso sobre la cuestión, igualmente sensible, de las matrículas. Aleksandar Vučić dijo que no veía "ninguna posibilidad" de llegar a un acuerdo sobre esta cuestión, recordando que las autoridades de Kosovo comenzarían a matricular los vehículos matriculados en Serbia a partir del 1 de septiembre, lo que el gobierno de Kosovo ha confirmado oficialmente que se completará en dos meses.